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domingo, 22 de febrero de 2015

Capítulo II


    Suena el despertador y no tengo ni un ápice de ganas de ir a la oficina, enciendo el teléfono y tengo un mensaje de Jimena.

"Me tomo el día libre, en mi mesa, encima de mi agenda hay dos notas importantes, son dos nuevos clientes, llámalos para concretar una cita.
No me llames  si no es cuestión de vida o muerte, no estoy disponible".

¡Lo que me faltaba hoy!
   Mientras desayuno miro por la ventana y observo el tráfico aumentado por la lluvia, en cada coche un pensamiento, una historia, un protagonista... somos huellas de la vida, cada ser es único y cada uno, ve la vida distinta... 
    Sumergida en la melancolía de mi pensamiento sin ganas de nada, me dirijo a la ducha, al mirarme al espejo intuyo que hoy no voy a tener un buen día ¡hoy no! y para completar me toca estar sola.        
   Entro en el vestidor sin inspiración alguna y me inclino por el negro, elijo uno de mis pitillos, blusa de gasa, mi abrigo oversize de cuadros escoceses, guantes de cuero y mis stilettos de Valentino, para el bolso me impulso por el satchel de CH. Me maquillo estilo pin-up, añadiendo mis gafas de mariposa, para ver si con este look, disimulo la tristeza que mi cara refleja.
   Mi sombrero y a la calle perfecta para que nadie note nada.

                            …

    Al cruzar la esquina que da al edificio donde trabajo, doy un tropezón, hago equilibrismo para no caer y cuando logro enderezarme marco el paso firme como si no hubiese pasado nada pero... ¡me muero de vergüenza! se me parte un tacón ¡mis Valentinos! El día no podía empezar peor, suerte que tengo en la oficina mis botas planas, que para el día de hoy tan ajetreado no me van a venir nada mal. Aunque eso de ir plana es un castigo para mí.

-
- Bon dia, Valentina ¿le ha ocurrido algo?
-
- Bon dia para tí Aitor, se me partió un tacón en la esquina.
-
- ¿Se hizo daño?
-
- No, gracias.

    Me dirijo al ascensor avergonzada por entrar descalza en el edificio y con los pies empapados. Lo primero que hago en cuanto termino con mi desastre, es llamar a los dos clientes de Jimena.

                              …

    Miro el reloj... ¡son las seis! No he parado en todo el día, estoy completamente saturada. Me duele la cabeza, llamo a mamá...

          - Valentina, dime cariño.
          - Hola mamá, ¿cómo estas?
          - Muy bien, acabo de llegar a casa
          de la clínica, estoy agotada. 
          Cuéntame...  
          - A ver por donde empiezo... llevo 
          un día de mucho estrés, he 
          tenido dos reuniones, que 
          ocuparme de unos clientes 
          nuevos de Jimena que hoy no vino 
          a trabajar, modificar unos 
          planos,... empecé mal el día 
          desde temprano, se me partió un 
          tacón esta mañana.
          - ¿Te hiciste daño?
          - No, fue más la vergüenza que 
          otra cosa.
          - Y a Jimena que le pasó, ¿por 
          qué no fue a trabajar?, ¿está 
          enferma?
          - No, se tomó el día libre, aunque 
          la verdad ayer yo…
          - Ayer tú ¿qué? cuéntame cariño.
          - Anoche fuimos a cenar, con 
          Diego y un amigo suyo. Yo perdí 
          las formas y me comporté como 
          una estúpida mal educada.
          - Y eso por qué mi vida, ¿que 
          pasó?
          - Nada mamá, Jimena que está
          siempre intentando buscarme
          pareja y por eso organizó una de 
          sus citas, la verdad es que   
          no pasó nada malo, pero ya 
          sabes como soy. Además estoy 
          cansada de su insistencia. Es muy 
          pesada.
          - ¿Pero qué fue lo que hiciste?
          - Levantarme de la mesa a la 
          espera de los postres e irme sin 
          explicación.
          - Tan feo era el amigo de Diego 
          como para salir corriendo... 

   Nos echamos a reír las dos.

         - Precisamente feo no era, pero  
          preguntó más de la cuenta...
          - La próxima vez, que Jimena le 
          haga entrega de un manual de 
          instrucciones. No se como se 
          atreve conociéndote...
          - Pues eso mismo pienso yo. Y lo 
          peor es que ahora me siento mal. 
          Innecesario todo esto.
          - Bueno, no se lo tomes a mal, ella
          lo hace con toda su buena 
          intención. 
           - No lo hago, si lo hiciera ya no 
           seríamos ni socias.
           Bueno mamá dale un 
           beso a papá y está semana me
           pasare a veros...
          - De tu parte, ven cuando quieras.
           Te quiero mucho mi vida.
          - Yo también te quiero mamá. 
      
                              ...

   Mi cabeza da vueltas sin parar, los remordimientos se están apoderando de mi mente. Y no precisamente por ese tal Pablo, la verdad, me importa bien poco lo que piense de mi, pero Jimena, no se lo merece... aprovechando la subida de sensibilidad poco habitual en mí y sin pensarlo decido llamar a Jimena...

-
- ¿Quién necesita una transfusión de sangre?, ¿quién está a punto de morir?
-
- Jimena, soy yo.
-
- Ya lo sé, por eso te pregunto.
-
- Lo siento de verdad, siento muchísimo lo de anoche, fué de vergüenza.
-
- ¡Umm! Tiene buena pinta, sigue…
- Pues eso...
- Eso, ¿nada más? No creas que está vez se me pasará tan pronto bonita. De vergüenza es poco. Yo no sabía que explicación dar a Pablo. ¿Cuándo vas a empezar a cambiar el chic?  Se que a veces hago demasiado incapié en que te des una oportunidad, pero eso no justifica tú comportamiento que además de infantil...
- ¡Para ya! No te llamo para que me des un sermón.
- No, ¡claro que no! Tu me llamas para decir lo siento y listo. Aquí no ha pasado nada. Valentina deberías de arreglar esa mente...
Te lo digo en serio, una cosa es que no quieras tener pareja y otra muy distinta que no puedas relacionarte y eso sí es un problema. Tus oídos no van a escuchar siempre lo que ellos quieran. Fue un comentario sano y de lo más normal... Pero tu barrera te impide ver más allá. 
- ¡Cállate! no vayas por ahí...
- ¡No! Hoy no me callo ni debajo de agua. ¡Ya está bien! y no lo digo por Pablo, tampoco por mí, es por tí Valentina... Verdaderamente ¿eres feliz así?


   No puedo contener más las lágrimas y rompo a llorar...

-
- ¡Valentina! ¿Estás llorando?, ¿dónde estás?
-
- Llevo un día malísimo estoy de bajón, de verdad que lo siento. No puedo decir nada más...
-
- Esta bien, para una vez que me pongo dura contigo me haces chantaje emocional... ¡Eso no vale! 
- No te sientas mal, es el estrés, de verdad... llevo un día de perros. 
- ¿Quieres qué tomemos algo?, ¿te apetece venir a casa?, ¿voy yo?, dime…
-
- ¡No! ¡no! , prefiero tomar algo, así desconecto un poco, estoy tonta y como me vaya a casa será peor. 
-
- ¡Ok!, ¿dónde?, ¿a que hora?
-
- Estoy todavía en la oficina.
-
- Perfecto, me visto y nos vemos en Slow, ¿te parece?
-
- Ok, allí te espero, no tardes que voy para allá.
-
- Adeu, finsara.

                             …

    Tengo una amiga que no me la merezco, no se como me aguanta, entro en el baño, me retoco y me marcho.
¡Menos mal que me da aire libre! Vaya día y que pintas… desde esta mañana sin ir a casa y para rematar en planos, pero tampoco tengo que gustarle a nadie y menos hoy.

                            …

    ¡Que frío! Le envío un whatsApp a Jimena diciéndole que la espero dentro, en la barra.
   La verdad que está ambientado para ser miércoles.

-
- Un agua con gas ¡por favor!
-
- Ahora mismo.

   De pronto una voz varonil se dirige al camarero ¿y ese acento?

-
- ¡Perdone! si es tan amable pase a mi cuenta todo lo que pida la señorita.
-
- Si es tan amable de decirme quién le informó de mi estado civil...

   No debería haberme girado. Qué guapo ¡por favor! Y encima italiano...

-
- Sólo hay que observarla, salta a la vista... no suelo equivocarme.
Una mujer guapa y atractiva, entra en un pub sola un miércoles, con cara de no tener un buen día, se sienta en la barra, pide un agua con gas y los dedos principales de ambas manos están llenos de caprichos, pero libres de compromiso... digamos pues, que todo eso suma un noventa y cinco por ciento de posibilidades de no tener pareja. Sin contar con la desagradable contestación que le decica a un caballero educado y apuesto que se le acerca... Obteniendo así, el cien por cien que llevaba esperando desde que la vi entrar por esa puerta.
  
¡Joder! Valentina, ¡tranquilízate! Esto no es real... 
  
-
- Si lo que pretende es hacerme sentir alagada, lamentó decirle que lo único que ha consiguiendo es que piense que tiene algún típo de patología rara.

    ¿Qué me pasa? Me estoy poniendo nerviosa... tengo que disimular, ¡qué vergüenza!

-
- ¡Ah si! ¿Eso piensa de mí?

   De repente quiero desesperadamente que llegue Jimena ¿dónde se mete? ¡Tan impuntual como siempre! Este hombre me está poniendo de los nervios... ¡Y no se va!

-
- No, lo que pienso es que es un machista, cara dura y prepotente. 
- Esta más guapa callada ¿lo sabia?
- ¿No tiene nada mejor que decir?
- Sólo intenté ser amable e invitarla...
- Gracias, pero no me gusta que me inviten. Tampoco me gusta que me digan señorita, es una palabra que pasa de ser vintage a tercermundista.

   Me mira fijamente clavandome la mirada hasta el punto que me veo obligada a retirarla ¿YO le he quitado la mirada a un tío?... Estoy perdiendo facultades...

            - Está bien, veo que la estoy     
            molestando, no fué mi intención.
            Disculpe...

¡Ay Dios mío! No quiero que se vaya... 

             - Disculpas aceptadas. 
             
   Me sonríe, se gira y pide al camarero una copa... de repente se vuelve a girar y...

             - Cargue mi copa a la cuenta de 
            esta chica tan simpática, por 
            favore.
             
  ¿Cómo?, este tío de que va...


- De eso ¡nada!
- Al final va a ser verdad lo que dicen de los catalanes... o quizás se refiere a que la llamé chica ¿también le molestó?
- ¡Mire! soy una mujer y punto. No seguiré entrando en su juego. Será mejor que se vaya porque cada vez que habla, empeora. 
- ¿io? no bambina... 
- Es una pena que con esa cara sólo sepa decir gilipolleces. 

  Su rostro refleja estar aguantando la risa... Aunque no se dónde le ve la gracia, lo que sí sé, es que eso aumenta aún más su atractivo. ¡Me encanta este hombre! Y al él le encanta ponerme nerviosa por lo que veo...

            - Le dijo el ratón al queso...
           Me parece que los nervios que   
           le provoco, la traicionaron 
           excediendo insultos hacia mi
           persona ¿no cree?
-
- Le diré una cosa que no volveré a repetir, conmigo se ha equivocado, pero desde el principio, a eso le sumamos que no me interesa para nada, perder mi tiempo con una persona tan prepotente como usted.
-
- Seguimos aumentando la lista, ¡me tiene fascinado! Por eso le diré otra cosa. Si esto que me dice fuese cierto, podría explicarme ¿por qué aún sigue hablando conmigo? 

    Gilipollas, descarado, creído,… aunque tremendamente guapo e irresistible, alto, fuerte, de piel morena como la mía, con una mirada que me traspasa, oscura como la noche ¡Valentina! ¡Concéntrate!

-
- Porque es un verdadero coñazo que no me deja... Al final va a ser verdad lo que dicen de los italianos...

    ¿No contabas con esta eh?

            - También es ¿de las que las 
             guardan para devolverla? Toda 
             una joya...
            - ¿io?, no bambino...
 - ¡Bona nit! siento llegar tarde, ¿interrumpo algo? Soy Jimena, encantada.
- Encantado Jimena, soy Gerard.

    No puedo con ella, me agota, siempre tan activa, segura, apasionada y exageradamente simpática. Ha conseguido saber su nombre en menos de dos segundos... gracias a mi amabilidad, ni nos hemos presentado.    Se llama Gerard, es italiano y yo en planos, no podía ser más patético el día de hoy ¡muy bien Valentina!  

-
- No interrumpes nada, sino todo lo contrario, tú llegada ha sido como un soplo de aire fresco.
-
- ¡Ay! gracias Gerard, por un momento me sentí violenta.

   No te enrolles Jimena por favor.

-
- No pasa nada, permítame que le explique Jimena, sólo quise invitar a esta mujer, de la que aún no sé, ni siquiera su nombre, pero ha sido una batalla perdida.

¡Ains! ¿Por qué soy así?

-
- ¡Perfecto! entonces, así tendré el placer de presentaros. 
Gerard ella es Valentina, Valentina él es Gerard.

   El se ríe mirándome fijamente de nuevo... Y yo me siento más gilipolla que nunca. No querría ver mi cara en este momento.

-
- Lo bueno dice que se hace esperar, bonito nombre, Valentina.

    Estoy hecha un flan, le dedico una sonrisa porque se la ha merecido, aunque de los nervios noto como me tiembla la mandíbula.

-
- Disculpad, con vuestro permiso me retiro, ha sido un placer.

   Estoy atrapada en un remolino ahogándome, no quiero que se vaya.

-
- Encantada, Gerard.

   Me mira sorprendido.

-
- Igualmente, Valentina.

    Se levanta y se va, en este momento me gustaría congelar el tiempo. Jimena interrumpe mis pensamientos… quería que viniera y ahora quiero que se vaya.

-
- Pero ¡bueno! Cuéntame todo, ¿quién es ese búfalo?
- Jimena ¿búfalo?, se puede ser más basta qué tú...
- Valentina lo has visto por Dios... te has fijado en sus brazos, sus piernas,... tú sabes la  fuerza que tiene que tener ese ¡HOMBRE ¿Ves? esto me quita la ganas de llegar a mi casa... 
- Pobre Diego, de verdad que no sabe con quien duerme... Y quieres... ¡Por favor! dejar de mirar.
- ¡Ay amiga! que no hay sólo uno, hay una manada... 
- Jimena ¡vámonos!
- ¿Tú estas loca? Yo de aquí no me muevo... 
Me encanta Valentina, es él, lo se, ¡lo se!, lo presiento.
-
- No empieces con esa frasecita tuya ¡por favor!
-
- Pero cuéntamelo todo de una vez, no aguanto mas la intriga.
-
- Vamonos de aquí, vámonos a mi casa.
-
- ¿Pero qué te pasa? Me dijiste que no querías ir a tu casa, ahora me dices que sí, ¡céntrate!  tienes la cara descompuesta...
- El día no ha podido ser peor, por eso quería verte para tomar algo, desconectar, disculparme  por lo de ayer, pero de repente aparece ese hombre... me encuentro perdida y bloqueada, no se que me pasa, pero…
-
- Pero ¿qué? 
-
- Pero nada, vámonos…
-
- ¡Valentina! No puedes seguir así, te lo pido por favor, sabes que puedes contar conmigo para todo
-
- Gracias, lo se, eres la mejor amiga del mundo.

    Nos abrazamos y al mirar detrás de Jimena, veo que Gerard está con su grupo de amigos. Estoy súper nerviosa, ¡que guapo es!.. Jimena no para de hablar, ponerme caras y yo siento que tengo tapones en los oídos, porque solo escucho un murmullo de fondo, en estos momentos todos mis sentidos están descontrolados y soy incapaz de concentrarme en algo que no sea ese hombre…

-
- ¿Me estás escuchando?
-
- Sí, no, perdona ¿qué decías?
-
- Te ha dado fuerte ¡eh!
-
- Ya, ¿estás inventando?
-
- ¿Qué haces en planos?

   Resoplo, no me apetece nada contar el día que llevo...

-
- Terrible el día, ¡completito! Se me partió un tacón en la esquina que da a nuestro edificio, estaba lloviendo y tuve que llegar descalza a la oficina.

   Jimena se ríe sin parar.

-
- Te lo mereces por lo de ayer, no creas que se me ha olvidado.
-
- Por favor, lo siento, de verdad ya no más, no volveré a comportarme así, no he podido ni dormir. No te puedo decir nada mas que eso y por favor nuevamente te pido que dejemos el tema, me siento fatal...
-
- Vale, ¡te perdono!

    Ella tan fácil de convencer como siempre, me vuelve abrazar y de repente pide dos chupitos, después pido yo otros dos y ella otros dos… entre risas miro hacia donde estaba Gerard y ya no está, en este momento tengo ganas de irme.

-
- Jimena mañana tenemos que levantarnos temprano, ¡vámonos!
Sí, porque además le dije a Diego que no tardaría en volver.

   Nos dirigimos fuera hacia su coche y me acerca a casa.

-
- Valentina dile a Sofi que la salida será el viernes, si ella puede, ¡claro!

                              …

    Entro en casa y me siento mareada, no puedo quítame a ese hombre de la cabeza... Esos ojos negros me tienen loca y mejor no hablemos de su boca ¡vaya labios! gorditos y apetitosos ¡madre mía! ¿qué me está pasando? Estoy completamente descolocada… Gerard me encanta y he sido una estúpida antipática, aunque al final espero que no se haya ido con mal sabor de boca ¿o sí? quiero volver a verlo, ¿estará de vacaciones? Me voy a duchar a ver si así se me despeja un poco la mente y recupero la cordura.
   Miro el reloj, son las tres de la madrugada... yo sin sueño, me dirijo a la cocina para prepararme una infusión y me acuerdo nuevamente de esos ojos negros... tengo que dormir, me pongo en el sofá a ver una peli para ver si así, me entra algo de sueño.

5 comentarios:

  1. Cada capítulo nos dejas con ganas de más y más, impaciente por el tercero.

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  2. Ayyyy estoy de acuerdo con Pilar . Q FLUIDEZ DE EMOCIONES JUNTASSS M ENCANTA....

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  3. Ayyy dios mioo!!! Yo quiero volver a ver a Gerard yaaa..... No me extraña que haya perturbado a Valentina, no puedo esperar otra semanaa para ver q pasa.. Estoy enganchada a esa cabeza loka llamada Valentina..
    Enhorabuenaa Noemi!!!

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  4. Disfrute mucho con este capítulo!! Jajaja, la chispa y el humor de Jimena me encantan... Gracias a ella conocemos el nombre del personaje que probablemente robe el corazón de Valentina y el de todas nosotras "Gerard".

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  5. Enganchaita me tiene! Para cuando el tercero?

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