Translate

domingo, 19 de febrero de 2017

Desesperación...

Capítulo XIII



- ¿Qué haces? ¡Me has asustado imbécil! ¿Estás loco o qué? 
- No quería despertarte, lo siento.
- Ya me estás dando las llaves de mi casa y te estás largando. No quiero verte ¡fuera! 
- Isabel; tranquila por favor.
- ¡Tranquila! ¡Qué cara! ¿Tranquila me vas a decir? Me dejas por whatsapp y ahora apareces en mi casa de madrugada tan tranquilo, es que...
- Isabel por favor te lo pido; Tranquilizate y escuchame.
- ¡Qué no! ¡Qué no! ¡Qué no Mateo! Que ya está bien de pasarlo mal. Que no puedo mas ¿me oyes? Cuando no es una cosa es otra... Estoy cansada. No quiero oír mas excusas ni historias de... me ha pasado esto o lo otro. ¡Qué no!

   Viene hacia mí y me pone la mano en mi boca para silenciarme... Sus ojos brillan y luchan por intentar ganarle la batalla a las lágrimas que al pestañear recorren su cara... No quiero ser débil pero no puedo verlo así porque me rompe el corazón.

- Nena por favor; perdóname. 

   Me dice; mientras coge mi cara sus manos.

- Yo te amo, mas que a nada ni a nadie en este mundo. Lo eres todo para mí. En cuanto leí tu mensaje mandándome a la mierda sabía que estabas mal y por eso estoy aquí, haciéndome daño porque sabía que si te veía o te oía todo iba ser mas duro para mí.

   Rompo a llorar contagiada por su pena que ni siquiera le deja hablar...

- Pero mas duro ¿qué? Si es verdad que me quieres y me amas tanto porque me dejas Mateo ¡me estás volviendo loca! Por favor cuéntame que te pasa... 

   Limpia las lágrimas de mi cara...

- No me llores Isabel.
- ¿Por qué estás así Mateo? ¡Mírate! ¡Estás destrozado! ¿Qué es lo te pasa? Dímelo por favor. 
- Me marcho a EEUU mañana y no me preguntes mas por favor.
- ¡Cómo que te vas a EEUU mañana! Y eso ¿por qué? ¿Qué ha pasado? 
- No te puedo decir. Si vuelvo prometo contártelo todo. 
- ¿Si vuelves? ¿Cómo que si vuelves? A ver... Espera; ¿hay posibilidad de que no vuelvas? Y tú qué crees ¿qué voy a estar aquí esperándote? Cuando ni siquiera estás siendo sincero... 
- Nena deja de preguntar y pasemos esta noche juntos... Lo necesito; te necesito.
- ¡Si claro! Esta noche juntos como si tal cosa y mañana te vas sin saber si vas a volver, eres un egoísta de mierda ¡no! Que lo sepas ¡no! ¡No voy a pasar la noche contigo! Ni está, ni ninguna otra. Como tú bien has dicho esta mañana, esto se ha terminado, así que deberías de haberte ahorrado el viaje. Te hubieses quedado en Jerez preparando tus cosas para irte a no sé dónde y a todo esto ¡A saber si es verdad! Ya no creo nada de ti. ¡Vete de mi casa Mateo! No quiero volver a repetírlo. Solo piensas en tí. Me pides pasar la noche contigo y mañana ¿qué pasa conmigo? ¡Eh! ¡Dime! Me quedo aquí sola, esperando que algún día vuelvas, si es que lo haces... 
- Nena por favor...
- ¡No me toques! No vuelvas a tocarme nunca mas.
- Isabel no me digas eso por favor. 
- ¡Qué te vayas de mi casa! ¡FUERA! 

   De repente me besa, llorando con su frente pegada a la mía, me suplica nuevamente que pasemos la noche juntos... Estoy desesperada porque lo amo, porque no sé qué es lo que pasa, porque no encuentro explicación lógica a lo que me está pidiendo, no se porque se va ni el motivo de su desesperación. 
    Sin poder evitarlo me derrumbo y le correspondo con un beso porque también quiero estar con el, es lo que mas deseo y por eso me dejo llevar por el momento dejando el mañana en un futuro imprevisible que en este momento quiero olvidar. Susurrando con su boca frente a la mía...

- Isabel te amo, te amo, te amo...

   Yo siento que el corazón se me hace polvo, no quiero que este momento termine nunca, quiero quedarme aquí en sus brazos para siempre.

- Mateo no te vayas; quédate conmigo para siempre.
- Siempre estaré contigo nena; no lo dudes nunca...

   No entiendo nada de lo que me dice pero ahora mismo estoy en el cielo aquí con el mientras se desliza desde mi cuello llenándome de besos; pero lo que tengo claro es que mi Mateo mañana no se va. Se queda, aquí conmigo para siempre; como que me llamo Isabel Espinosa.

                              ...


   Despierto y está justo a mí lado, profundamente dormido... Observo su piel tersa y morena que me encanta, su boca completamente relajada, sus pestañas y cejas negras, le paso mi mano por el pelo y ni se inmuta; me vuelve loca todo el, le cojo la mano para arroparme bajo su brazo apoyando mi cabeza en su pecho y me da un beso en la frente; al levantar la cara, lo miro, me sonríe y observó cómo sigue algo distinto en su mirada, no sé qué es, pero desprende una tristeza que me preocupa muchísimo ¿qué será lo que le pasa a mi Mateo? 

- Buenos días nena.
- No sé yo si son tan buenos...
- ¡Ah no! 
- Dime que no te vas y entonces si serán buenos.
- Isabel; tengo que irme. 

   Me incorpo frente a él mirándolo fijamente...

- Mateo, déjame entenderte. Cuéntame que te pasa por favor. Te noto muy triste, estoy muy preocupada y desconcertada. Si me dices que te pasa puedo ayudarte, apoyarte, no se... Estoy aquí para lo que haga falta. Pero no me digas que te vas sin decirme si vas a volver o no, porque me estoy volviendo loca. 
- Ven Isabel.

   Apoyada en su pecho me da la mano y entrelazamos nuestros dedos... Oigo sus latidos acelerados, mientras dentro de mí siento una alerta de que hay algo que no va bien, pero no sé el que... 

- Mateo, ¿tu familia está bien? 
- Si. 
- ¿Entonces qué pasa? 
- Mirame nena; prométeme una cosa. 
- ¡No! Yo no hago promesas así por qué si y menos aún cuando no estás siendo sincero conmigo; que pasa Mateo, ¿no confías en mí? 
- Claro que si.
- Entonces no entiendo de verdad...

   Vuelvo a incorporarme... 

- Me parece que estoy siendo mas paciente contigo de la cuenta, me dejas por whatsapp, me dices que me olvide de ti que esto a terminado, después de madrugada vienes a despedirte de mí porque te vas, me dices que pasemos la noche juntos...
- ¿Te arrepientes?
- ¡No! ¡Claro que no! Pero entiéndeme, por una sola vez ponte en mi lugar. Me dices que te vas a EEUU y no sabes si volverás pero que siempre estarás conmigo ¿qué significa eso? Me dices que me amas pero me vas a dejar sola, me dices que confías en mí pero no me cuentas que está pasando... No puedo mas Mateo. De verdad que no. Ahora que estaba todo mas tranquilo entre nosotros, que estaba pasando la tormenta como tú dices vienes con esto. No sé de verdad... No sé de que vas. Lo único que sé es que quiero estar contigo porque te quiero, porque lo estoy pasando fatal sin ti, porque eres mi aliciente cada día, porque me alimento de nuestros momentos para coger fuerzas y no derrumbarme por la impotencia de no estar contigo todos los días... 

   Mateo se echa las manos a la cara y empieza a llorar nuevamente... Me mira con sus ojos cubierto de lagrimas y me dice...

- Nena por favor, perdóname.

   Me siento desesperada, perdida, no sé cómo actuar, le cojo la cara y le levanto su cabeza para que me mire...

- Que tengo que perdonarte Mateo ¿qué pasa favor? 

   Me abraza y continúa llorando, yo contagiada inevitablemente empiezan a brotar lágrimas por mi cara de ver tan mal a mi Mateo. 

- No te lo quiero decir sin que me prometas antes una cosa, por favor.
- Dime... 
- Prométeme que si no volvemos a vernos, que si no volvemos a estar juntos, no tirarás la toalla y seguirás con tu vida. Prométeme que harás todo lo posible por ser feliz siempre. Estés conmigo o no. Prometeme que formarás una familia y que no te quedaras sola. 
- ¿Esto a qué viene Mateo? Tú no estás bien de la cabeza. Si me quieres dejar no pasa nada, pero dímelo claro de una puta vez. No me voy a morir ¿me entiendes? Déjate de historias raras, de películas y dime ¡Qué es lo que está pasando! 
- Isabel, me estoy muriendo. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario