Translate

lunes, 3 de octubre de 2016

El Complot

Capítulo II



   Al fin terminó mi turno, me dirijo a casa agotada, no tanto físico como mental. 
Y ahora me toca ver a la rana Gustavo. Porque eso es lo que es un asqueroso y repelente anfibio. ¿Cómo ha podido tener la sangre fría de engañarme durante tanto tiempo? Y lo peor es ¿cómo ha podido llegar a dos semanas de nuestra boda? ¡Maldito! Te vas acordar de mí hasta tu último segundo de vida, hasta tu último aliento. Bueno, bueno, bueno... Lo de Carmen no tiene nombre; la fea esa... ¡Qué asco de tía! Se lo tengo que contar a alguien; a mí madre no puedo porque no me va a dejar seguir con mi venganza, mi hermana aún peor con lo dramática que es, mi hermano lo descarto porque no quiero que cumpla condena en la cárcel. Mejor se lo digo a mis consejeras y amigas incondicionales. Ellas nunca me fallan. Como si me leyera el pensamiento suena mi teléfono.

- Hola amiga...
- Isabel, ¡contenta me tienes! Te he escrito mil whatsapp, te llamé ayer, te llamé esta mañana y tampoco... Ahora iba para tu casa. ¡Me tenías asustada!
- ¿Estás cerca de mi casa?
- Si, llegando.
- Ok, yo también estoy llegando, voy rápida porque he quedado a las diez con la rana.
- ¿Qué rana?
- Gustavo.
- ¡Qué dices! Me parto... ¿Por qué le llamas así? 
- Ahora te cuento. 
- Ahora me cuentas ¿qué? Estás muy rara Isabel ¿te pasa algo?
- ¿QUÉ SI ME PASA ALGO? 

   Me río a carcajadas sin poder parar...

- ¡Isabel!
- Amiga vas a flipar mucho. Hazme caso, ¿sabes si Montse está trabajando? 
- No, pero creo que tenía cumpleaños hoy ¿por? Ay por favor, ahora me estás poniendo más nerviosa, no tardes me tienes en ascuas. Yo ya estoy aquí en la puerta.
- Ok; a mí me quedan dos minutos. 
- Bye...

Llego y ahí está mi Blanca.

- Ay amiga ¡por dios! ¿Qué te pasa? 
- La adrenalina Blanquita, la tengo por las nubes...
- Pues dame un poco porque estoy que me caigo.
- No, esta es tóxica hazme caso.
- Por favor cuéntame ¡ya!

   Le cuento todo a mi gran amiga, que me acompaña desconsoladamente en mi llanto impotente; pero ambas hemos llegado a la misma conclusión ¡plantón en el altar y punto!

- Isabel lo de las rosas negras me parece lo más... ¿Qué vas hacer con tu vestido?
- Cambiarlo de color también... Ahora lo quiero negro...
- ¡Me encanta! Pero vamos a centrarnos en que tenemos que dejar bien atados todos lo cabos. No se nos puede pasar ni una Isabel. 

   A pesar de lo mal que realmente estoy no puedo aguantar la risa con Blanca, no puedo ni mirarla a los ojos, los tiene que se le van a salir de órbitas y con lo que le gusta a ella un complot está histérica...

- Te veo emocionada Blanquita...
- No sé si más que con la boda ¡fíjate!
- Serás capulla...

   Nos echamos a reír con una risa silenciosa de las que provoca dolor de estómago... 

- ¡Blanca! Me doy una ducha rápida y me visto... ¡Mira qué hora es!

   Mientras me desnudo rápidamente continuamos hablando de nuestro perfecto plan. Salgo de la ducha y ahí está mi Blanca con la mirada perdida; seguro que está tramando algo...

- ¿En qué estás pensado Blanca?

   Le digo mientras cojo mis denim rotos y mi camiseta blanca de algodón en la que se lee "yo soy tú ídolo" y mis converse. 

- No Isabel, eso no. ¡Ponte este vestido hazme el favor!
- ¡Uf! Paso de vestidos hoy... 
- Hazme caso, es ideal y tú con lo morena que eres estás guapísima de blanco. 
- Bueno, esta camiseta es blanca y me encanta.
- Esa camiseta es ideal, pero no para hoy amiga.

   No me queda otra que hacerle caso y ponerme mi mini vestido oversize. Me miro al espejo y la verdad que me queda ideal. 

- Blanca ¿Las cuñas? Paso...
- Isabel por favor, suelta las converse.
- Está bien...

   Vuelvo hacerle caso; me pongo mis cuñas de esparto doradas y mis labios rojos. 

- Ponte un poco de rímel Isabel.
- ¡Ay no! Creo que me voy a desnudar, te has pasado; este es más tu estilo, yo me siento muy arreglada.
- ¡Qué dices Isabel! Estás guapísima y aún más con los labios de color rojo, sabes que no necesitas pintura; ni siquiera base guarri, pero el rímel en esas pedazo de pestañas que tienes te hará una mirada penetrante e irresistiblemente irresistible. Acuérdate que no puede romper contigo. Tienes que ser tú y en el altar. No hay ni puede haber otra opción.

- Esta bien, dame el rímel. Blanca por favor escúchame bien, hasta que no te de un toque no entres en su casa por favor. Un fallo y se nos va todo al traste. La cámara colócala en su habitación. Y encárgate tú de localizar a Montse. 
Cuando termine mi tormento nos vemos aquí en mi casa. 

- Perfecto y por lo demás; no te preocupes que ya lo sé, así que ve tranquila, no vomites y no bebas; mira que se te puede ir de las manos ¿ok?
- Si amiga, gracias por todo.
- No seas tonta ¡eh! 

   Salgo de casa pitando y otra vez tarde... Es que siempre voy tarde por mucho que lo intente. Menos mal que está cerquita.
Y por fin llegué...
Respiro hondo y me bajo del coche. 

- ¡Qué guapa!

   Con mucho disimulo le doy un toque a Blanca.

- Siempre he sido guapa, de cualquiera de las formas... Y yo te amo tanto por apreciar toda la belleza que me envuelve, justamente toda la que a ti te falta, pero para mí no la necesitas... Porque eres tú, solo tú...
- Isabel ¡para!  Me estás asustando...

   Yo me río sin parar porque en el fondo ahora mismo lo mataría delante de todos pero no lo voy hacer, porque será peor vivir sin poder tenerme y sobretodo pasando antes por la humillación que le espera... 

- Asustada estoy yo, desde anoche he descubierto otra Isabel y esta me gusta mucho más.
- No se Isabel, me tienes descolocado desde la llamada de esta mañana y ahora que estás aquí conmigo no se...
- ¿Qué no sabes mi amor? 
- ¡Joder! La verdad que así da gusto que hablemos, en los 6 años que llevamos juntos nunca te he visto así.
- Porque nunca hemos estado a dos semanas de nuestra boda cari... No imaginas las ganas que tengo de que llegue ese día. 

   Lo cojo fuerte de la mano y le doy un beso, no se como tengo estómago para esto pero tengo que evitar a toda costa que sea el quien anule la boda. Seguidamente le digo en el oído en un leve susurro...

- Te amo tanto Gustavo. 

   Me mira y me corresponde con un falso beso. 

- Isabel, tengo que contarte algo importante...

¡No por Dios! No te vayas a confesar...

- ¡Cállate mi amor! Disfrutemos de las vistas y ya está...
- ¿Qué vistas Isabel? 
- La de este pub maravilloso, mira que decorado tan chulo, deberías cambiar el salón. Mañana me voy de compras con tu tarjeta cari... Quiero cambiar algunas cosas de mi casa.
- Pero si vamos a vivir en la mía, Isabel ¿de verdad que estás bien? 
- Mejor que nunca cariño. Pero tienes razón Gustavo, será que la ilusión que tengo de casarme contigo es tan importante para mí, que estoy alteradisima. 
- Isabel, me tienes sin palabras... No esperaba esto hoy de tí.
- Yo tampoco esperaba lo de ayer cariño, sinceramente me ha cambiado la perspectiva de la vida que tenía, es como si hubiese despertado...
- Lo llego a saber y hablo mucho antes contigo.

   Se ríe el hijo de puta y yo le acompaño falsamente... Ríe, ríe que quien ríe el último ríe mejor.

- ¡Ay! Gustavo; se me olvidaba comentarte una cosita.
- Dime Isabel...
- No quiero casarme en la iglesia, aunque sí quiero que nos case tu amigo Ramón.
- ¿Y eso ahora Isabel?
- Es que me apetece más hacerlo todo en el mismo sitio Gustavo y así no andamos mareando a nadie. Anda dime que sí por fi.
- No se Isabel, las invitaciones están entregadas, es mucho jaleo.

   Las invitaciones entregadas y tú a punto de anular nuestra boda por Carmen cabrón.

- No te preocupes que yo me ocupo de avisar a todos. 
- Está bien... Voy a pedir otra copa ¿qué quieres?
- Lo mismo.
- Perfecto, vuelvo enseguida Isabel.

   Aprovecho que se levanta Gustavo para llamar corriendo a Blanca...

- ¡Ay Isa por Dios! Estoy a punto de infarto. Estoy con Montse, ya hemos conectado la cámara; ahora viene Luis para conectarla con tu portátil.
- ¿Le habéis contado a Luis?
- Si, no sabes cómo está; bueno Montse mejor ni te cuento lo que ha soltado por la boca, pero ya la conoces...
- Te dejo que ya viene.
- Espera Isa, ¿todo bien? 
- Si, espero que siga así la cosa, me estoy conteniendo lo más grande. Cómprame una caja de donuts para mi sola. Adiós. 
- Vale pero no tardes mucho más.
- No.
                           ...

- Ya estoy aquí ¿he tardado?
- Mucho mi amor, se ha hecho eterno el camino de aquí a la barra, pensé que ibas de peregrino en el camino de Santiago.

   Se ríe y me da un beso, ¡qué asco! 

- Isabel, quiero que sepas que tú cambio, me ha hecho recapacitar en muchas cosas; me alegro mucho que te hayas dado cuenta de tus errores y de tus faltas de atención para conmigo. 

   ¡Qué fuerte! Tengo que salir de aquí no lo aguanto más... ¡Le quiero pegar!

- Si mi amor, pero ahora es otro futuro el que nos espera, mucho mejor del que compartíamos. 
- Siempre has sido mi gran amor Isabel.
- ¿Tú único amor querrás decir no?
- Si Isabel, sin duda.

   Y sigue, y sigue engañándome... No conoce lo que es tener escrúpulos. 

- Bueno Gustavo, me tengo que ir ya... Sabes que mañana estoy de doblete y hoy no descansé nada.
- Espera Isabel, tengo ganas de estar contigo.

   Me coge de la muñeca cuando me estoy levantando, no quiero que me toque; ¡uf! Qué hostia le daba ahora mismo...

- Me quedaría encantada, pero...

   Mi momento de actriz me está superando, finjo una cara de circunstancia y... 

- Gustavo, no te lo quería decir; me tengo que ir porque te estoy preparándo una sorpresa para nuestro gran día que te vas a querer morir ¡hazme caso! Pero tú tranquilo que ya no nos queda nada y después de estos últimos días de estrés tendremos todo el tiempo del mundo ¿vale?

  Se levanta y me da otro beso...

- Isabel, por cierto; compra lo que quieras, para tu casa o la mía. No quiero que mi preciosa prometida viva insatisfecha en nuestro hogar. 

   ¡Nuestro hogar! ¡Qué poca vergüenza! Vas a flipar cuando te llegue la factura de todo mi nuevo mobiliario que tú me vas a pagar... 

- ¡Ay gracias cari! 

  Le tiro un beso con la mano; y ahora entiendo cómo del amor al odio hay solo un paso. Con una ansiedad que me muero salgo de allí, lo más rápido que dan mis piernas de sí. 

                              ...

   Entro en casa y ahí están mis agentes privados... Sus caras son un poema.

- ¡Eh! ¿Qué pasa aquí? Pena de los que no tienen remedio, de mí no ¿entendido? Así que ya quiero que borreis de vuestros rostros esas caras de circunstancia con la que me estáis mirando.

   Se levanta mi Luis dirigiéndose hacia mí con su peculiar e inconfundible movimiento de caderas; primero me mira sonriendo y seguidamente me abraza...

- Te admiro tanto amiga... Eres lo puto más ¡Vale! Qué nunca se te olvide eso.
- Gracias Luis, pero estoy bien de verdad, lo que sí... es algo impaciente por la sed de venganza que me posee. Pero ya va quedando menos. Montse ¿Por qué lloras? 
- Porque es todo muy fuerte; cuando me llamó Blanca no me lo creía. He avisado a Lola. 
- ¡Madre mía! ¿Qué ha dicho? 
- Viene para tu casa, estábamos esperándola. 
- Bueno, como ya Blanca os ha contado todo; no perdamos tiempo... ¿Qué tenemos? 

                            ...

   ¡Madre mía! Por fin sola, necesitaba estar en silencio un ratito... Me prepararo una infusión de menta poleo por el atracón de azúcar que en mi organismo han dejado esos malditos donuts; ¡No quiero más azúcar en mi vida! Me enciendo un cigarro. 
   De repente me da el bajón que estaba esperando e inevitablemente empiezan a brotar lágrimas de dolor por mi cara acompañadas de una increíble impotencia. Un sentimiento desconocido en mi que me ha provocado la enorme decepción que me he llevado de Gustavo. 
   Ni el cansancio ni el agotamiento pueden hacerme tener una pizca de sueño... Enciendo mi portátil y entro en la aplicación que me ha instalado mi Luis para tener completamente controlada la situación y para mi sorpresa Gustavo y Carmen están discutiendo, conecto mis aurículares con el máximo volumen que permiten para enterarme de toda la conversación... 

- Gus, no me lo puedo creer...

  ¿Gus? ¡Yo de verdad eh! 

- Carmen cariño, por favor. Entiéndeme, como la voy a dejar ahora. Esto va ser un escándalo y aún así tendríamos que seguir viéndonos a escondidas un tiempo.
- Gus, no aguanto mas...

   Carmen empieza a llorar por la impotencia que le está provocando la decisión que ha tomado Gustavo... Abro el chat de mis amis; les voy retransmitiendo en directo lo que está sucediendo. ¡Qué fuerte! Su intención es casarnos y esperar un año más para dejarme ¿pero con qué clase de persona he estado compartiendo mi vida estos años? Carmen está como una loca ¡qué se joda! 

                             ...

   Después de dormir solo dos horas y tener que apagar mi portátil por no ver en directo como se acuestan en la que iba ser mi casa, no me queda otra que levantarme para ir a trabajar... Suena mi teléfono y es Mario el florista.

- Buenos días Isabel, soy Mario y tengo muy buenas noticias...
- No esperaba menos de tí.
- Me ha costado lo mío pero vas a tener tus rosas negras ¿cuándo podemos vernos? 
- Mañana tengo el día libre, te llamo más tarde y te confirmo la hora.
- Perfecto, gracias.
- A tí.

   ¡Bien! Una cosa menos, llego a mi consulta motivadisima. Llamo a Lola y Montse para que me hagan el trabajito sucio de miles de euros... 

- Lolita...
- Hola Isabel, estaba esperando tu llamada, en media hora recojo a Montse para irnos a comprar la nueva decoración de tu piso.
- Sin contemplaciones ¿ok? Lo tienes todo ¿no?
- Si, estoy emocionadisima. ¡Por cierto! Luis y Blanca están hablando para celebrar la no boda en el Palacio del Negralejo, posteriormente le enviaremos el mensaje para comunicarlo a tus invitados. 
- Sois las mejores amigas del mundo. 
- No mereces menos guapa. 
- Mantenme informada por favor.
- Si, ten operativo el móvil para enviarte fotitos; ah, otra cosa, se me olvidaba... 
Tenemos una despedida de tu no cambio de estado civil. 
- ¡Me encanta! 
- No creerías que te ibas a librar.
- ¿Yo? Para nada...

   Nos echamos a reír a carcajadas... 



   


No hay comentarios:

Publicar un comentario