- ¡Gerard! ¿A esto le
llamas una cena familiar?
- Si.
- ¿Si? Aquí hay mínimo
veinte personas.
- A ver nena. Relájate. Es
familiar. Todos los que
están ahí dentro son
amigos y familiares muy
íntimos de mis padres.
Se marchan mañana...
Vienen poco, siempre
quieren ver a todo el
mundo y si no hace esto
es imposible que les de
tiempo.
- No me digas nena. No
estamos en la cama.
Se echa a reír...
- Esta bien Valentina...
Me hace un gesto con el brazo para agarrarlo al entrar y lo rechazo. Frunce el ceño y entramos. ¡Qué necesidad! Me quiero ir... Con lo bien que estamos en casa. Inmediatamente se acerca Aurora...
- Hola hijo, ¡qué bien! al
fin habéis llegado... Qué
alegría volver a verte
Valentina.
- Igualmente, Aurora.
- Ignazio mira quien ha
venido con tu hijo Gerard.
Me estoy agobiando... Saluda a su hijo con una palmada en la espalda
y...
- Ben fatto, Gerard.
Valentina, per favore...
Encantado de tenerte
aquí en casa.
- Gracias, Ignazio.
Se retiran y miro a Gerard con cara de asesina... Lo capta a la primera y...
- Valentina.
Acompáñame...
Nos dirigimos a la parte trasera de la casa y a Dios gracias no hay nadie.
- ¿Tú de que vas? La
última vez que me haces
una encerrona así
¿entendido? Yo no soy el
trofeo de nadie...
- ¿Qué dices de trofeo?
- Si, tu padre te dice bien
hecho hijo y te da una
palmada en la espalda.
¿Qué significado tiene
eso? Bien hijo ya te has
cargado a la arquitecta
¿no?
- Nena, per favore. ¿Eso
piensas de mi? Sólo ha
sido porque le hablé de
ti. El me aconsejo que
fuese a por todas.
Ahora que te ha visto
conmigo le dio alegría
simplemente.
- Que parte de ¡no me
digas nena! ¿no
entiendes?
- Estas muy enfadada y
me estas poniendo
cachondo...
- Mira Gerard, cállate
mejor.
- Cuando se te pase este
enfado sin sentido me
avisas. Estaré dentro
esperándote.
¡Uf! Lo mejor que ha hecho es dejarme sola. Me enciendo un pitillo... Tengo un cabreo que no me aguanto ni yo. No debería de haber aceptado acompañarlo a ningún sitio. Soy una blanda... Pero ¡claro! Yo que sabía. Me creía que me iba dar una sorpresa. A mi sólita... Seré gilipollas. Interrumpe mi pensamiento una de las gemelas ¡lo que me faltaba! No se ni cual es de las dos...
- Hola Valentina. Me ha
dicho Gerard que
estabas aquí fuera.
- ¡Hola! ¿Qué tal? Eres...
- Soy Donata.
- Disculpa Donata, es
que sois idénticas...
- No te preocupes...
Estamos acostumbradas.
Tras una charla agradable con Donata, me siento más relajada. Decidimos después de fumar pasar a dentro. Y en cuanto entro busco a mi piloto, me guiña un ojo y sonríe. Me vuelvo para que no me vea la cara y sigo hablando con Donata, seguidamente se incorpora Antonella... Menos mal que ha sido buffet y en pie. Si me hubiese tenido que sentar en una mesa me hubiese subido la tensión a treinta...
Me dirijo al final del salón para coger algo de beber y...
- ¡Hola Valentina! Sabía
que volvería a verla
pero no creía que fuese
tan pronto.
¡Ay Dios mío! Que guapo es este hombre. A la luz está todavía más... ¡Menos mal que no está aquí Jimena!
- Hola Paolo. ¿Qué tal?
- Ahora muchísimo
mejor...
Este tío ¿se me está insinuando?
- Me alegro.
Le sonrió y siento como me cogen de la cintura...
- Disculpa Paolo.
Valentina podrías venir
un segundo.
Mi ego se dispara con los celos de mi piloto.
- Si, claro. Paolo un
placer volver a verlo.
- Igualmente Valentina.
Gerard me coge de la mano adelantando su paso al mío y...
- Carmen ella es
Valentina.
Esta señora ¿quién es?
- Hola bonita, estaba
deseando conocerte.
No tuve oportunidad
en la fiesta. ¡Qué bonita
la casa! Mi hija no
puede estar más feliz y
yo también porque se
que ahora vendrá más a
verme. Ya una tiene
unos añitos...
Gerard se ha ido aquí estoy con su iaia que no se calla y sigue, sigue, sigue... Pero debo reconocer que es un encanto de mujer y además muy graciosa... Se incorporan Donata y Antonella. Entre charlas y risas miro el reloj, no tengo hambre, no quiero beber nada, tengo sueño... Me quiero ir ¡ya! Busco a Gerard con la mirada y no lo veo... Decido no esperar más e irme. Hago como si me llamarán por teléfono. Me alejo, salgo fuera y tampoco lo veo. ¿Qué pasa que encima que me trae me deja sola? ¡Uf! Me voy.
Entro me despido de los familiares e Ignazio me dice...
- Valentina ¿y mi hijo?
- El se queda. Ya me
despedí de el. Muchas
gracias por la
invitación. Que tenga
buen viaje Ignazio.
- Grazie Valentina.
Espero volver a verla
pronto. Recuerdos a
Jimena.
- De su parte.
Cojo mi móvil para llamar a un taxi...
- ¿La dejaron sola?
- ¡Ay! Me asustó Paolo.
- No fue mi intención.
¿Quiere que la acerque
algún sitio?
- No se preocupe,
gracias. Muy amable.
Lo que tiene de guapo lo tiene de pesado ¡vete ya joder! Y por fin aparece mi amado cabrón.
- Ya estoy aquí nena.
¿Nos vamos?
- Si por favor.
Le da la mano a Paolo y noto como Gerard aprieta más de la cuenta. Yo le hago un gesto de adiós con los dedos y por fin se va ¡qué descanso!
- ¿Dónde creías que
ibas?
- Me voy a casa
¡déjame!
- Nos vamos mejor
dicho y por cierto no
me gusta nada ese tal
Paolo...
- A mi si...
Me coje como si fuese un saco de patatas...
- Suéltame Gerard.
Se ríe a carcajadas mientras me lleva al coche y no puedo evitar contagiarme. Me baja y en la puerta del copiloto me besa, de forma automática me calmo... Es lo que me hacia falta. Sus besos.
- Pensabas irte y
dejarme tirado ¿me
equivoco?
- No. ¿Cómo sabías
que estaba aquí fuera?
- Estaba arriba, con
Mateo y Pedro. Te deje
hablando con mis
hermanas y cuando
baje no estabas. Les
pregunte y me dijeron
que te habías ido... Te
dije que no
desaparecieras así de
mi vida. Y lo has vuelto
hacer.
No lo dejo terminar y lo beso... Se lo merece...
- Vámonos a casa.
- Pasamos antes por la
mía, llevo dos días
vestido de esmoquin...
¿A qué se debe tanta
prisa? ¿No te gusta mi
familia?
- Si claro que si. Tienes
una familia muy bonita.
Son todos encantadores
y me he quedado
enamorada de tu iaia es
súper simpática y
graciosa.
...
Tras una larga noche de batallitas suena el despertador, rápidamente lo apago para no despertarlo... No puedo estar más feliz. Dormir con este hombre me pone como una moto. Mi interior se ríe mientras yo disfruto del paisaje... Lo tapo y me dirijo a la ducha sin hacer ruido. Entro en el vestidor y ¡me lo quiero poner todo! Suena el teléfono. Contesto rápidamente...
- Nenita...
¿Desayunamos?
- Vale.
- Ok, te recojo en tu
casa. Vamos
directamente al museo.
Nos están esperando.
- Vale.
- ¡Tía! ¿Qué te pasa?
Me das miedo. Por qué
hablas tan bajito y por
qué contestas vale,
vale...
No puedo evitar que me entre la risa está niña es...
- ¡Ay la guarri! ¿Qué
estas con Gerard?
¡Qué fuerte! Venga
date prisa tienes que
contarmelo todo,
todo...
- Que si, a las nueve
aquí en mi casa...
- Joder que tarde son
las ocho y media falta
media hora todavía...
- Jimena déjate de
tonterías, te cuelgo
me tengo que vestir.
¡Ay dios! La que me queda con Jimena... Me decido por un Look urbano black and white, pantalón pata de gallo, blusa blanca, blazer negra, mis taconazos y mi Louis Vuitton xxl. Me maquillo sencilla porque estoy radiante... ¡Este hombre es mejor que el colageno!
Le doy un besito porque no puedo resistirme... Ahora si parece un ángel como decía Donata. De repente me coge del brazo...
- Buongiorno ¿Dónde
vas tan guapa?
- A trabajar.
- Quédate conmigo...
- ¡Ay! No me digas eso.
Sabes que me tengo que
ir... Volveré pronto.
- Pronto suena muy
lejos.
- De verdad que
intentare estar antes de
las cinco.
- ¿Me dejas solito?
- No, ya habrá llegado
Mercedes.
Nos reímos y yo disfruto con su risa tanto... Me da un beso.
- Gerard, ya, me voy.
- Llámame o escríbeme
antes de salir y te
recojo.
- Vale. Abajo está mi
coche. Ahora le diré a
Mercedes que te de las
llaves y las de casa también
para que no tengas que
estar aquí.
Le doy otro beso y lo dejo allí mirándome sin ninguna gana de irme. Salgo al salón y ya ha llegado Mercedes, la aviso para que no se asuste y le comento lo de las llaves. Me mira extrañada con un gesto de aguantar la risa.
Le doy un beso y me voy...
...
Ahí esta Jimena fuera del coche con cara de histérica...
- Valentina, corre ¡venga!
Móntate que nos
vamos...
- ¡Voy!
Nada más montarme arranca y frena. ¡Oh no! Ya le entraron los nervios ¡Dios mío! Como siga gritando me bajo...