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domingo, 26 de noviembre de 2017

Alas...



   No son los palos que te da la naturaleza los que más duelen; si no... los que te dan gratuitamente esos cuerpos vacíos y sin alma que caminan entre nosotros cada día. 
   La vida es dura y te golpea; pero más duro son los golpes del propio ser humano.
   Aún así es bonito seguir pensando que queda bondad en este mundo.



   No permitas que te corten las alas y consérvalas siempre blancas 

domingo, 17 de septiembre de 2017

No Quiero 📖

¿A que estás esperando para teletransportarte a esta fantástica historia? 

No lo pienses más y ve por "No Quiero" 

Una vez que abras la primera página no lo podrás cerrar... 



Librerías Jerez de la Frontera.

Librería Luna Nueva
Centro Ciudad; Calle Eguilaz, 1 

Librería El Laberinto
Centro Ciudad; Calle Remedios, 9

Venta Online  

Amazon 
https://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss_2?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&url=search-alias%3Dstripbooks&field-keywords=No+Quiero

Fnac
http://busqueda.fnac.es/SearchResult/ResultList.aspx?PageIndex=2&Search=No+Quiero&sft=1&sl=2.7141666

La Casa del Libro (ebook) 
https://m.casadellibro.com/buscador/busquedaEbooks?nivel=5&auto=0&cursoractual=0&maxresultados=6&busqueda=no+quiero+Noem%C3%AD+Fern%C3%A1ndez

El Corte Inglés (ebook)
https://www.elcorteingles.es/ebooks/search/?s=No+Quiero

Editorial Circulo Rojo
http://editorialcirculorojo.com/no-quiero/

viernes, 15 de septiembre de 2017

Rompe con lo que no te haga feliz.

   El rey de tu corazón no permite que seas esclava de tus latidos, sumisa de tú dolor y verdugo de tus sueños.


   El amor no es una lucha; es un camino en línea recta, si el de arriba es el tuyo; estás de suerte, pero si no lo es... Coge el primer desvío que encuentres; para empezar a quererte. 

lunes, 11 de septiembre de 2017

Ángel

¿Sabéis por qué creo en los Ángeles? 
Porque tuve la gran suerte de conocer a uno. 

Sonrisa eterna, llena de nobleza, de fuerza. 
Ojos negros, como el ébano pero con el brillo de las estrellas.
Corazón limpio, puro, sincero...
Alas transparentes como sus sentimientos.
Amor en cada poro de su piel morena.
Belleza inmensa, por dentro y por fuera.

Ella es, mi eterna Teresa.  


sábado, 26 de agosto de 2017

martes, 8 de agosto de 2017

F R I E N D S

No permitas que las excusas cotidianas te impidan pasar un rato con ellas...

¡Etiqueta a quien te hace sentir cómoda siendo verdaderamente tú! 



#amigas #risasaseguradas #forever

sábado, 13 de mayo de 2017

Feria de Mayo...

    Y por fin llegaron los volantes, los colores, las flores, los abanicos, los paseos a caballo, los encuentros entre amig@s, las luces, las risas, el vino, las sevillanas, la bulería, el inconfundible compás de mi Jerez, la fiesta de mi tierra y su encanto; ese real convertido en una alfombra albero, desbordando alegría, risas, arte y señorío.  Acompañado por ese peculiar sonido que nos regala la magestuosidad de nuestros caballos, tan elegantes, tan únicos, tan bien peinaos.
¡Y qué voy a decir yo! Si soy Jerezana por donde me quieran mirar.


¡Me encanta la feria! 
¡Me encanta mi feria! 

domingo, 7 de mayo de 2017

¡Feliz día de la madre!

El mayor misterio de la vida; la mujer... 

Sin ellas, simplemente no existiría la humanidad...

¡Feliz día de la madre!


domingo, 23 de abril de 2017

¡Feliz día del libro!

   Enfrentarme a un papel en blanco es lo más alucinante que he experimentado nunca... 
Descubrir la capacidad de plasmar en un papel lo que pasa por mi mente... Construyendo así desde la primera letra, una historia nacida de la nada, unos personajes inventados (que toman vida) y todo eso; poder compartirlo con vosotros, para mí, no tiene precio...

   A su vez, leer; es el arte y la capacidad de trasladar tu mente. Meterte en un libro de verdad, es desaparecer de todo lo real y eso desde mi punto de vista es pura MAGIA.



¡Feliz día del libro!

jueves, 30 de marzo de 2017

Ojos...


El reflejo de tu alma son tus ojos...



Tristeza, deseo, odio, venganza, pasión, mentira, dolor, amor, inocencia, maldad, envidia, alegría, desesperación, esperanza, traición, decepción, remordimientos, desconfianza, ilusión, pánico... 

Cuando mires a alguien, ábrelos bien; no le pongas filtros, porque en ellos, encontrarás una puerta virtual , que te llevará directamente al corazón de la persona que estás mirando.

viernes, 24 de marzo de 2017

Como un cuento...


   Un frío y tormentoso día de enero de 1951; me dirigía a casa de tía Consuelo, llorando a lágrimas vivas... En cuanto mi tía abrió la puerta y me encontró desconsolada -me preguntó que me pasaba- Le dije que no me quería ir con mamá y papá; que me quería  quedar con ella. Mi tía me hizo entender con sus sabias palabras; que era imposible en ese momento, pero que con la caída de la primavera me estaría esperando. Ese era nuestro secreto, pasar el verano juntas. Yo me quedé más conforme, más tranquila y menos angustiada. Ya que separarme de tía Consuelo, era la peor experiencia que había vivido en mis dieciséis años de vida. 
   La situación española, obligó a mi familia a viajar a Bruselas, donde papá había encontrado trabajo; pero yo aún no entendía nada; ya que lo único que quería era quedarme en mi tierra, no entendía porque tenía que dejar mi casa, mis cosas, mis amigas, todo... 
                       
            Cinco meses después.

   Después de pasar por Bruselas y terminar en Francia; por fin llega la primavera. Estaba loca por volver a mi tierra y estar con tía Consuelo, poder ver a mis amigas, a mis primas, poder dormir en mi habitación con mis cosas de siempre... La felicidad que sentía y la emoción era incalculable. Estaba cansada de mudarme de un sitio a otro. Echaba de menos mi hogar. 

   Al llegar a mi pueblo querido, Pedraza de la Sierra. Me sentía feliz, por fin ese olor inconfundible, esas preciosas calles y por fin caras conocidas...
Todos en el pueblo nos recibían con mucha alegría.
   Llegamos a casa y allí estaba tía Consuelo esperándonos. No pude aguantar la emoción y ambas llorábamos como niñas...

- ¡Qué bonita estás Carmen! ¡Qué mayor! Eres toda una señorita. Parece mentira que en tan pocos meses hayas cambiado tantísimo.



   Pasamos todo el día juntas, más tarde llegaron mis amigas y nos fuimos a la plaza del pueblo para hablar tranquilas. No podía asimilar que en tan poco tiempo ya todas tenían sus respectivos novios. Me contaban super emocionadas como se les declararon, el primer beso... María era la única que aún se veía a escondidas. Las demás ya estaban pedidas en compromiso.

- ¿Y tú Carmen? Cuéntanos algo... Con esa ropa de firma francesa que traes, seguro que has conquistado algún galán por ahí. 

   Me preguntó Encarna, la más curiosa de las tres, pero yo; no tenía nada que contar, al menos de lo que ellas esperaban. Les estuve explicando todos lugares que había visitado y todas las ciudades que había conocido... Lo mal que lo pasaba cada vez que nos teníamos que mudar. El trabajo nuevo de mis padres y lo triste que habian sido esos meses para mi. Aunque eso sí, estaban como locas por ver todos mis vestidos de alta costura de la tienda donde trabajaba mi mamá como vendedora. Seguidamente fuimos a mi casa y al día siguiente pedimos permiso para ir todas a la ciudad vestidas de alta costura, pasamos un increíble e inolvidable día y fue como una especie de despedida muy divertida. Nos creíamos la crème de la crème francesa e íbamos todas cordinadas en distintos cuadros; fuimos la expectación de toda Segovia...



   Rápidamente pasaron esos quince días que tenían mis padres de vacaciones y no nos quedó otra que volver a París. Esta vez estaba más concienciada en mi partida... Nos despedimos de casi todo el pueblo y los tres con lágrimas en los ojos dijimos adiós a nuestro pueblo encantador.

   Pasados cuatro meses; una tarde de muchísimo frío estaba esperando a mi madre en la puerta de Les Années, terminando de leer "Más allá de la felicidad". Dando vueltas mientras continuaba leyendo esta novela tan bonita, al llegar a la esquina, tropecé con un muchacho de mas o menos mi edad, al mirarle noté una inmensa sensación de tristeza en sus ojos... era muy guapo, de cabello castaño, ojos color miel, y una piel muy fina... El recogió rápidamente mi novela del suelo y me dijo mirándome a los ojos -Désolé- al oír el acento de su -lo siento- en francés; noté que era español ¡cómo yo! -No ha sido nada- le respondí y el me sonrió, es ahí cuando mi corazón empezó a palpitar muy rápido. Tenía la sonrisa más bonita y sincera que había visto en mi vida -¿Española?- me preguntó; le contesté que -sí- con mucho orgullo; después de ese momento, empezamos hablar y hablar sin parar. Desde ese mismo instante nos convertimos en inseparables, teniamos la costumbre de vernos a la misma hora y lugar. Nos llevábamos horas conversando de todas nuestras cosas... Siempre venía muy buen perfumado y aseado, pero muy humilde vestido, acompañado de una mochila de la que no, se separaba nunca. Así pasábamos las tardes desde nuestro primer encuentro, me encantaban todas las historias que me contaba y me hacía mucha gracia la intensidad con la que lo vivía. Esos eran los momentos más bonitos, interesantes y divertidos que había vivido en toda mi vida; se me pasaban las horas volando y lo único que quería es que llegara el día siguiente para volver a estar con el. 
   Una noche llegué a casa a la hora de cenar y mamá estaba loca de contenta. Papá había conseguido un trabajo nuevo de alto salario y ya mamá, no tenía que seguir trabajando, pero la mala noticia para mí era, que nuevamente teníamos que mudarnos. Yo empecé a llorar desesperada porque no quería dejar de ver a Manuel. Me enfadé muchísimo y esa noche me acosté sin cenar. 
Más tarde salí de mi habitación y le pregunte a mamá que cuando nos íbamos. Me dijo que partíriamos a la mañana siguiente, no lo podía creer, ni siquiera tenía la oportunidad de despedirme de Manuel. Esa noche esperé que se durmieran mis padres y me escapé como una loca para ver si lo veía. Las calles estaban solas, era muy tarde, ni siquiera sabía dónde vivía. Me senté desesperada y cansada de caminar, en nuestro sitio de encuentro llorando, derrotada por la impotencia de mi situación. Me volvía loca de solo pensar, que no volvería a ver más a Manuel; ese muchacho de ojos tristes que me robó el corazón y de repente; apareció... me abracé a el desesperadamente, le dije que me tenía que ir a la mañana siguiente, partíamos para Alemania está vez y que no sabía si volvería. De sus ojos salieron lágrimas de dolor; me cogió la cara con ambas manos; regalándome el primer beso de amor. Ese amor que yo sentía por él, era mutuo, pasamos la noche juntos refugiados en un portal de una de las calles parisinas. Fue la noche más bonita de toda mi vida, pero tristemente, llegó la aurora y tuvimos que separar nuestros caminos -No dejaré de buscarte hasta mi último aliento- Yo lloraba y lloraba; el me llenaba de besos y finalmente me acompañó a casa. Ahí fue la última vez que lo vi...



              Sesenta años después

   Al cumplir la mayoría de edad volví a París, para buscar a Manuel; pero nunca lo encontré... 
Después de una vida medianamente feliz, aunque no plena; por no haber podido compartirla con el gran amor de mi vida; y a pesar de haberme casado dos veces, con dos hombres maravillosos; haber tenido dos preciosos hijos, tres hijas bellísimas y siete nietos como siete soles. Yo no era feliz.
Volví a quedarme viuda.
Y fue ahí cuando decidí, pasar mis últimos años de vida en una residencia muy bonita y acogedora que quedaba muy cerca de la casa de mis hijos... Necesitaba reencontrarme conmigo misma y ese era el lugar ideal, con esos jardines tan bonitos donde poder pasear que además justamente en la parte trasera, había dos preciosos almendros, que dejaban ver a lo lejos, el edificio donde pasé la noche más maravillosa de mi vida. Mi hija mayor, Carmen. Me acompañó el primer día y una vez me asignaron la habitación se marchó. Nos despedimos hasta el domingo y ella insistió en si estaba segura, seguidamente le contesté un sí muy acentuado y se marchó. Una vez sola, respiro y miro por la ventana, caen lágrimas de dolor por mi cara, regresé a París por Manuel, me quedé aquí para siempre por él y aquí frente a ese edifico es donde quiero morir... Recordando nuestras tardes de aventuras ingeniosas que ese muchacho de ojos tristes me contaba y me fascinaban tanto, recordando nuestro primer encuentro y esa sonrisa que hizo estallar mi corazón en mil pedazos, ese primer beso de amor verdadero y esa noche maravillosa que he recordado cada día, en estos sesenta años y seguiré recordando hasta el fin de mis días. 
   He querido a mis dos maridos muchísimo, pero no he amado a ninguno. Solo a él, solo a mí Manuel.
   Subí mi maleta encima de la cama para empezar a colocar mis cosas... Al abrir el armario, en la parte superior vi una cajita de madera, muy antigua y bien tallada. La cojí con mucho cuidado ¡esto se le abra quedado olvidado a alguien! -Pensé- Y como yo; moriré siendo muy curiosa, no quise quedarme sin saber que contenía esa caja tan bien tallada. Al abrirla me encontré un botón y una carta sin abrir. Empecé a ponerme nerviosa, tenía tantas ganas de saber que decía esa carta, que creía que me daría algo, me resultaba todo tan misterioso... 
Sin dudarlo más, cogí la carta y la abrí. Al empezar a leer...

"Querida y amada Carmen, esta es la primera vez que te escribo; quiero que sepas que el día 18 de octubre de 1951; fue el mejor y peor día de mi vida. El mejor porque junto a tí, conocí, lo que es el amor. El amor de verdad, el que no se puede romper jamás, desde que tropecé contigo la primera vez el día 6 de septiembre de 1951 supe que te amaría para siempre... Quizás nunca leas esto, pero quiero de alguna manera hacerme recordar siempre; que te encontré de casualidad y aún dentro de mi soledad; me diste los mejores e inolvidables momentos de mi vida, recuerdo que me enamoré de tí cuando me sonreíste, yo estaba inseguro porque no sabía si sería correspondido, eras toda una señorita, bellísima y siempre tan elegantemente vestida, en cambio yo, un humilde muchacho que no tenía nada que ofrecerte. Quiero que sepas que yo vivía en la calle, nunca te lo dije porque me daba vergüenza, no tenía ni techo, ni comida, ni familia... Todo lo que tenía era esa mochila que me acompañaba a todas partes y mi amor por tí. Mis padres emigraron años antes que los tuyos y ambos murieron en un accidente, me quedé completamente solo, sobrevivía más que vivía y nunca me sentí feliz hasta que apareciste tú. Después de marcharme empecé como un desesperado a buscar trabajo; tuve suerte porque encontré a una familia española muy buena y bien posicionada; Don Francisco y Doña Margarita, me ayudaron mucho; yo quería convertirme en alguien importante por ti y ganar dinero para ir a buscarte a Alemania. En tan solo cuatro años y gracias a la oportunidad y formación que me ofreció Don Francisco, me convertí en un hombre importante dentro de su empresa mercantil. Y cuando tuve ahorrado una cantidad importante de dinero fui a buscarte, me recorrí toda Alemania. E Incluso contraté a un detective privado, pero nunca te encontré, no había ninguna Carmen Reina de la Calle por ningún rincón. Mi desesperación aumentaba cada año. Volví a España, te busqué en Segovia, tu tierra; pero tampoco te encontré. A veces pensaba que no existías, que me lo había inventado, que eras producto de mi imaginación o quizás un ángel que Dios me envió para encontrar el camino... Pero en el fondo sabía que era real, que si existías, simplemente que el destino nos había separado, pero mi amor por tí no moría, si no todo lo contrario, revivía, alimentados por esos bonitos recuerdos que vivimos juntos, los mejores de mi vida.
Carmen, nunca quise a otra mujer que no fueras tú, nunca me volví a enamorar, solo de tí lo estaba y aún ahora lo estoy.
Y lo peor; es que mis recuerdos poco a poco se van a ir borrando, porque me han diagnosticado Alzheimer y lo triste no es la enfermedad sino, que no quiero olvidar lo único que me ha mantenido con vida todos estos años, tus recuerdos.  
   Por eso escribo esta carta aunque no la recibas, no pasa nada, es para mí mismo, porque no quiero olvidarte; y la leeré cada día para volver a revivir todos esos maravillosos momentos.
Solo fuiste mía una vez, pero imagínate lo grande que fue nuestro amor, que he podido alimentarme de esa espectacular noche que pasamos juntos toda mi vida.
   Dentro de poco solo me quedará de tí esta carta y este botón de tu chaqueta, que he guardado como oro, todos estos años.
   Eres y siempre serás, el grandísimo y único amor de mi vida. Y aunque no cumplí la promesa que te hice ya que no pude encontrarte. Decirte que la única esperanza que me queda es, volverte a encontrar en la siguiente vida, ahí, cuando tropecemos nuevamente, no dejaré que te marches y por fin, serás mía para siempre."

Firmado: Manuel.




   Las lágrimas continuaban recorriendo mi cara, no podía creer lo que estaba leyendo. Cogí el botón y recordé que era de una de mis chaquetas de la tienda de mamá... Estaba histérica, ¿como había podido llegar esa carta a mis manos? Le dí las gracias a Dios, a la vez que bajé a recepción para preguntar por Manuel Conde Vergara. Le pidí a Dios que no fuera tarde, lloraba bajando en el ascensor, desesperada porque me dijeran dónde estaba mi Manuel y pidiéndole a Dios una vez mas, que no se lo hubiese llevado.
   Afortunadamente me comunicaron,  que estaba en la parte de atrás del jardín, que esa había sido su habitación dos años y que la había cambiado porque en la que está ahora que también da para la parte de atrás; es la que siempre quiso pero estaba ocupada.
Corría y corría como una adolescente y... ahí lo vi, sentado de espaldas a mi y frente a los dos almendros que dan vista a donde todo comenzó. 



   Estaba muy nerviosa y además no podía parar de llorar, respiré hondo, limpié mis lágrimas y me acerqué a él... pero de pronto se levantó y yo tropecé, caí en el banco; me dió la mano y me dijo -Désolé- yo me estremecí al oír después de esos ansiosos sesenta años, nuevamente su voz, lo miré a los ojos; siguía teniendo esa mirada triste, empezaron a caernos lágrimas por la cara y como pude le respondí -no ha sido nada- el me sonrió con los ojos brillantes como dos estrellas en la noche y yo le correspondí; como si no hubiése pasado el tiempo y como si hubiésemos vuelto a 1951 empiezó a palpitarme rápidamente el corazón y volví a enamorarme de su sonrisa... Seguidamente me besó, regalándome nuevamente un beso de amor verdadero.      
 
  Un mes después,nos casamos y vivimos nuestro amor como si tuviéramos esos dieciséis años de cuando nos conocimos, porque lo único que había cambiado eran nuestros cuerpos, ya que nuestras almas seguían siendo las mismas...
   A los dos años, su enfermedad estaba muy avanzaba y había días que no me reconocía, pero yo gustosamente, como si fuese un cuento, le contaba detalladamente toda nuestra historia... Así lo continuaré haciendo hasta mi último aliento. 
Y la mayor recompensa que tengo, es que cada vez que no me recuerda y me ve "por primera vez" se vuelve a enamorar de mí nuevamente... 

FIN











   

Después de todo...



¿Pensaste que lo olvidaría?
¡No nene! No lo he olvidado.
Porque simplemente me has hecho aprender...
Y aunque la lección ha sido muy dura...
Me alegro de haber caminado por el infierno de tus crueles mentiras.
Porque ahora; gracias a eso;
Mi piel es mas gruesa. 
Mi mente mas rápida.
Mis ojos los de un lince.
Mi corazón un roble.
Y mi alma; a pesar de todo y al contrario de la tuya, sigue siendo pura...
Todo gracias a tu conciencia; esa, que me da vergüenza. 

miércoles, 22 de marzo de 2017

Alguien me dijo una vez...



Alguien me dijo una vez...

... cuando todavía era niña, que yo era lo mas bonito del mundo y yo la creí; que podía conseguir todo lo que me propusiera y también la creí.

Esa persona me hizo los mejores regalos que existen, uno de ellos, la vida y entre otros muchos, la seguridad que tengo hoy.

Esa persona; mi madre, me enseñó a no dejar de soñar, pero lo mas bonito es que me enseñó a ser ante todas las cosas PERSONA... 

Me enseñó ser humilde pero valiente, me enseñó que las cosas mas bonitas son las que se hacen porque se sienten, me enseñó a superar mis miedos, me enseñó a luchar por lo que quiero, me enseñó a ser agradecida, a quererme, a saber perdonar, a no juzgar al ajeno sin ponerme sus zapatos primero e infinitas cosas mas... 

Esa persona; mi madre, me demuestra cada día que cree en mí, por ella estoy aquí. 
 
Así que quiero que sepáis que cuando me dais las gracias, también se las dais a ella. 
Porque ella, esa persona, mi madre; es la que hace el trabajo sucio que vosotros no leéis, la que me anima, la que me motiva, la que me quita el estrés, la que no me deja parar, la que me recuerda mis logros para que no se me olvide todo de lo que soy capaz... La que me dice que da igual que me lean 30, 30.000 o 3.000.000 de personas porque mientras exista una, tengo que seguir ahí.

Esa persona es; la que cree que llegará un día en que todos mis sueños se cumplan y... ¿sabéis una cosa? que aunque ahora ya no soy una niña, ni siquiera una adolescente, porque ya soy mujer... sigo creyendo en lo que me dice esa persona, mi madre. 

Porque una vez me dijo una persona...
No dejes de creer en quien cree en ti.

Gracias mamá...

Y gracias a tod@s vosotr@s que seguís ahí para mí; por ella y por vosotras SIGO AQUÍ.

Por todas esas buenas madres que creen en sus hij@s; no dejéis nunca de creer en ellas.


martes, 21 de marzo de 2017

Tú mejor amiga...


Aquella que siempre está ahí, con la que compartes todos tus sentimientos, a la que le abres el alma sin miedo, con la que te ríes sin parar en cualquier lugar, sin que la gente entienda que pasa...

Aquella que te entiende con la mirada, que sabes si estás cansada, deprimida, motivada, decepcionada, feliz...

Aquella que te llama histérica porque se ha agotado la camiseta que le gustaba.

Aquella con la que te lo pasas igual de bien; de fiesta que en el sofá.

Aquella con la que sueñas despierta, con la que lloras, con la que te vas de compras y con la que haces la loca.

Aquella que paraliza el mundo cuando la necesitas, dándole igual la hora y el lugar... 

Aquella a la que le puedes contar que has asesinado a alguien y te seguirá queriendo igual.

Aquella que te dice siempre la verdad, la que no tiene secretos, la que pelea cuando no está deacuerdo.

Aquella que se preocupa, que no tiene excusas... 

Aquella con la que puedes hablar en silencio.

Aquella con la que da igual los años que pasen, los diferentes caminos que llevéis o los muros que os separen...

Aquella con la que compartes veinticuatro horas seguidas y cuando se va; la echas de menos...

Aquella con la que te permites simplemente; SER VERDADERAMENTE TU.


Esa es, inconfundiblemente TU MEJOR AMIGA.




Para todo lo demás, ya tenemos a las que VIENEN Y VAN...

domingo, 19 de marzo de 2017

Necesito que me mires...

Último capítulo antes de la edición...

   A pesar de una amarga noche de pesadillas y agotamiento mental; estoy loca por ver a mi Mateo. Abro las cortinas que impiden que entre la luz de mi habitación y miro el cielo azul, al bajar la mirada observo las ventanas del hospital, donde está mi ángel a punto de despertar... me ducho y le digo a Blanca que se de prisa.
   Al bajar al buffete, nos encontramos con Mercedes y Tomás desayunando.

- Buenos días ¿cómo han dormido mis niñas? 
- Yo fatal Mercedes; muchas pesadillas, pero bueno... hoy presiento que va a ser un día de buenas noticias. Hace un día precioso. 

   Tomás se levanta para acompañar a Blanca con su desayuno. -Yo creo que aquí se está cociendo algo-

- ¿A qué hora pasaba Enrique, Isabel? 
- Sobre las ocho y media. 
- Ah vale, vamos bien de tiempo. Son solo las siete. Las visitas creo que eran de nueve a diez. 
- Eso es... Por cierto; ¿José, Lucía y Lola donde están?  
- Aún no han bajado. Yo he llamado a José pero no responde. No quise insistir por si estaban descansando.
- José está muy mal; todos estamos mal en general, pero José me tiene algo preocupada. 
- Es su hijo Isabel; ningún padre debería de enterrar a su hijo, ese es el miedo que tiene. Anoche después de hablar contigo; y gracias a Dios conseguir convencerlo de que descansara aquí en el hotel, me llamó para hablar. Estuvimos conversando hasta las dos de la madrugada. Me dió muchísima pena, se sinceró conmigo en muchos aspectos que antes no reconocía... la verdad; me emocionó oír decir de su orgullosa boca, lo mal que había actuado tanto con sus hijos, como con la madre de los mismos. Y eso, es porque está bastante jodido por Mateo. Estas cosas tan desagradables, a veces, por no decir siempre, te hacen recapacitar...
- Pues a mí me parece muy triste que tenga que llegar a tu vida una situación así, para asumir y reconocer los errores. 
- Pues si Isabel; pero a veces no sé es consciente de los errores que cometemos.
- Discrepo; siempre se es consciente. Todos sabemos cuando actuamos mal o bien. Esos son excusas para no reconocer y por su puesto que todos nos equivocamos, pero no se... Si es cierto que en su día actuó mal con sus hijos y ex mujer; ahora no es el momento. 
- Bueno; hay que saber perdonar Isabel.
- Si pero Mateo, está en desventaja. No se si entiendes lo que quiero decirte. ¿Ahora de que le sirve a Mateo que el padre le reconozca ciertas cosas? Egoístamente vuelve actuar José; desde mi punto de vista. Por limpiar su conciencia. 
   Siento parecer tan cruel pero es la realidad. Las cosas hay que demostrarlas todos los días y si te equivocas no pasa nada, pero hay que saber reconocerlas en el momento, no esperar que la víctima de tus atrocidades esté moribunda para rectificar y perdir perdón. Es simplemente mi opinión. 

   Se incorporan a la mesa Blanca y Tomás...

- ¿Como estás Isabel?
- Mas animada, la verdad. Tengo muchas esperanzas puestas en la fortaleza y las ganas de vivir de Mateo, por eso creo que hoy, será un buen día.
- Yo también tengo buenas vibraciones, es mas, se lo he comentado a mi madre cuando bajamos a desayunar.
- Si que es verdad. Ojalá estéis en lo cierto, y ahora que hemos terminado, vamonos; a ver qué nos cuenta Enrique ahora. 

                              ...

   Llegó la hora de la visita y mi Mateo aún no ha despertado. Al igual que ayer me reservo para la última... 

- ¿Está nerviosa Isabel?
- Si Blanca, mucho.
- ¿Es normal que aún no haya despertado? 
- Bueno... hasta las cuarenta y ocho horas está dentro de lo normal. Además; el diagnóstico de Enrique es bastante bueno. Sinceramente Blanca; prefiero pensar que todo va salir bien. 
- Yo no voy a entrar Isa; prefiero hacerlo cuando despierte.
- Tranquila Blanca... Se perfectamente cómo eres para estas cosas y valoro muchísimo que estés aquí.
- ¡Ay amiga! Sabia que me necesitabas, al igual que yo necesito que estés bien. 

   Sale Tomás y por fin llegó mi turno.

- Te dejo con Tomás, ahora nos vemos.
- Te quiero amiga.
- Yo a ti mas.

   Respiro hondo y al abrir la puerta; mi Mateo sigue exactamente igual que ayer... vuelvo a respirar mientras me acerco. Lo miro de cerca y le doy un beso en su mano... Nuevamente siento una exagerada presión en el pecho, me trago la pena para hablarle y como puedo...

"Hola Mateo; aquí estoy otra vez. Impaciente porque me mires... No quiero que sigas haciéndote de esperar; mira que no quiero empezar a ponerme nerviosa ¡eh!
   La operación ha sido un éxito total; ¡al final va a ser verdad que Enrique hace milagros! 
   Tengo que contarte muchas cosas... entre ellas, una que se que te va gustar oír; me parece, que tu amigo Tomás y mi amiga Blanca que por cierto llegó anoche; se gustan y mucho. Ayer no tuve ánimos para preguntarle nada, pero hoy sí lo haré... así que mañana cuando te visite, ¡eso sí! Tienes que estar despierto ya; te pondré al día de todo. 
   Por otro lado, mamá y mi hermana, te envían muchísimos besos.
   Y bueno, ya que te he puesto al día, solo decirte que por tu culpa he pasado una noche de perros -río llorando e intento disimular- Mateo, Mateo, Mateo... Mi Mateo, mi jerezano guapo, te extraño tanto, tanto...
Necesito que sigas ahí por favor; me haces tanta falta... quiero que sepas que hoy hace un día espléndido y me encantaría poder disfrutarlo contigo. Ojalá fuese yo la que estuviese ahí... y tú aquí, a mi lado. Siempre me gustó mas estar tumbada que sentada, así que tenemos los papeles cambiados ¡eso no vale! No vale mi amor; no vale que me des estos sustos..." 

- Isabel tienes que salir ya de la habitación...
- Dame un minuto por favor.

" Bueno, como ves me reclaman, me quedaría a tu vera las veinticuatro horas, pero tú mejor que nadie, sabes cómo funciona esto. Así que no me queda otra que marcharme, esta tarde pasamos a verte nuevamente; y nada, no lo digo mas, no quiero que me llamen la atención de nuevo; hasta después guapo, a ver si cuando vuelva y abra la puerta; tienes la puesta en marcha de esos ojos verdes que me vuelven loca..."

   Le beso su mano y callendo lágrimas por mi cara salgo de la habitación.

- ¡Ay Isa! 
- ¡Uf Blanca! 
- Salgamos fuera para que te de el aire... 
- Blanca, necesito que despierte ya. No puedo verlo mas así.

   Se acerca Lola y me dice que quiere hablar conmigo. Blanca se queda con Tomás mientras Lola y yo vamos a la cafetería...

- Isabel, necesito hablar contigo.
- Dime Lola.
- Quiero que seas sincera por favor. ¿Mi hermano se va a salvar? ¿Es normal que continúe en coma? Te ruego que me digas la verdad. No puedo ver a mi hermano así Isabel, no puedo. Estaba tan bien hace cuatro días... no asimilo que ahora este conectado a esas máquinas.

   Lola no deja de llorar y yo intento mantener el tipo como puedo. 

- A ver Lola; es cierto que la operación ha sido un éxito, había muchísimas posibilidades de que se quedara en el quirófano. Eso, prácticamente, ha sido un milagro. Pero por otro lado tiene metástasis en el pulmón y el hígado; eso si pinta muy, pero que muy mal, no voy a engañarte.
    Tu hermano se va someter a tratamiento para relentizar el tumor, pero no va a dejar de estar ahí; y en cuanto a su actual estado, aún es pronto, ya que no han pasado las cuarenta y ocho horas pero... también tiene su riesgo.
- ¿Puede que no despierte Isabel? 
- Puede que no Lola. Aunque lo normal es que lo haga y el lo hará.

   Lola llora desconsolada y yo estoy a punto de explotar... seguidamente llegan su padre y hermana. Yo me levanto de la cafetería sin poder articular palabra; dejandolos allí. 
  Me siento atrapada en un túnel sin salida; la preocupación no me deja respirar, la incertidumbre y el miedo que tengo me están robando las fuerzas... y no quiero caer, no puedo caer. ¡Ahora no!
                     
                             ...

   Me duele todo el cuerpo; el quinto día sin que mi Mateo abra los ojos... no puedo más. Necesito que despierte de una vez. Esperamos la llegada de Enrique como agua de mayo. Miro el reloj...

- Isabel.
- Dime Blanca.
- Entremos, Enrique ha llegado y quiere hablar con todos vosotros.

   El corazón se me acelera, por un lado quiero oír lo que nos tiene que decir y por otro lado siento un incalculable pánico. El mismo que relentiza mi paso. Observo al final del pasillo como están todos esperándome. Como si estuviese bajo agua, solo oigo el latido de mi corazón como si fuese una bomba a punto de estallar. Paso a paso consigo llegar y respiro todo lo profundo que puedo, e intento mantener la calma para oír lo que nos tiene que decir Enrique.

- Bueno, ya que estamos todos. Comunicaros que como bien sabéis; aún habiendo esperado otras cuarenta y ocho horas de mas, Mateo no tiene ningún indicio de despertar, por lo que sintiéndolo mucho, debéis tomar una decisión. 
- Bueno Mateo no ha sufrido una muerte cerebral ¿no?
- No Isabel; pero está en estado vegetativo, todo es artificial, está ahí porque continúa conectado.
- Pero puede despertar en cualquier momento, eso puede pasar Enrique. Distinto sería la muerte cerebral que ahí no hay esperanzas. 
- Si Isabel; pero prácticamente es lo mismo, eres médico. 
- Por eso mismo discrepo en cuanto a la solución que no has dado.
- Sinceramente Isabel. No creo que despierte y tú en el fondo también lo sabes.

   Empiezo a marearme de repente noto como todos me miran...

- Isabel, ¡Ay! Isabel por Dios, no me des mas estos sustos ¿estás bien? 

   Al abrir los ojos estoy en una habitación. Observo a Mercedes, Lola y Blanca frente a mi.

- ¿Qué ha pasado? ¿Y Mateo?
- Tranquila Isa, Mateo sigue en su habitación y tú te has desmayado. 
- Tengo que verlo Blanca.
- Isabel por favor; cálmate.

   Lola sale llorando de la habitación sin decir nada...

- No Mercedes. No han desconectado a Mateo ¿verdad? 
- No Isabel. Por favor hija, tranquilízate. 
Tenemos que hablar cuando estés mas calmada. Voy a salir para avisar que has despertado y enseguida vuelvo.
- Blanca ¿dónde está Mateo? Dime la verdad. 
- Isa, está donde mismo. En el mismo estado en el que lo dejaste.
- ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Dónde está Enrique? Tengo que hablar con el.
- Madre mía, solo llevas unos diez minutos aquí así que por favor te pido, te lo ruego, mejor dicho. Mantén la calma.

   Entra en la habitación Mercedes acompañada de Enrique.

- ¿Qué tal te encuentras Isabel? 
- Bien, Enrique por favor tenemos que hablar.
- Lo se, para eso he venido. Ahora por favor quiero que me escuches todo lo que tengo que decirte y después yo contestaré todas las preguntas que quieras ¿vale?
- Si...

    Mercedes y Blanca salen de la habitación. Seguidamente empieza a hablarme del estado en el que está mi Mateo, me explica todo lo que realmente se, pero de un forma mas delicada... Empiezan a brotar lágrimas por mi cara; lo peor de esta situación es saber que tiene toda la razón.

- Discúlpame Enrique, antes estaba muy nerviosa.
- Lo se, no es plato de buen gusto para nadie todo lo que ha ocurrido. Pero como médico que eres y como consejo personal, debes practicar la aceptación de las cosas Isabel. Aunque debo reconocer que desde mi postura, se ve de otra forma diferente a la vuestra. Aún así, también es duro para mí, lo he intentando todo, créeme. Amo mi profesión y odio perder vidas en mis manos. Es el arma de doble filo de mi día a día. Vida o muerte y no es nada fácil. La naturaleza es algo; que aún no hemos conseguido vencer. Nacemos para morir, y nosotros los médicos, estamos para intentar ganar la batalla a la enfermedad, pero a veces, como en este caso; se pierde. De todas formas, aunque sé que lo sabes... Mateo, tenía la muerte dentro de su cuerpo, si no era ahora... sabes perfectamente, que hubiese sido después. Haz la lectura positiva de todo esto, lo que le esperaba eran tratamientos muy duros y desagradables para que al final, por desgracia, tuviese el mismo desenlace. De esta forma se ha ahorrado todo ese imnesario sufrimiento. No pienses egoístamente Isabel, tú no te lo puedes permitir por tu profesión. 

   Nos interrumpe una enfermera.

- Disculpa Isabel.

   Sale de la habitación y enseguida vuelve a entrar.

- Isabel, entro en quirófano en treinta minutos, tengo que prepararme. Por favor piensa en todo lo que te he dicho.
Después me paso a veros.
- Gracias Enrique.

   Sale de la habitación y seguidamente entra Blanca. Me derrumbo al verla y ella me abraza. 
    
                             ...

   Sin aún tomar ninguna decisión, llegó mi turno para entrar a verlo. Ni siquiera me encuentro con fuerzas para hacerlo. Pero necesito hablar con el... Entro y ahí está, igual, ¡no lo puedo creer! Como siempre me siento a su lado y le cojo la mano para empezar hablar, aunque esta vez, la pena me oprime tanto la garganta que tiene encarcelada a mi voz... sin poder evitarlo empiezo a llorar desconsoladamente cogida de su mano, lo miro y sigo sin poder mantenerme entera, está vez es incontrolable; tal y como diría mi jerezano "esmorecía"

" Mateo no te vayas... no me dejes sola por favor, despierta y quédate conmigo, te lo ruego... Sin ti no me van a quedar fuerzas para continuar y tú no quieres eso para mí ¿verdad? Abre los ojos y mírame por favor. Te necesito, te quiero, te amo... Eres todo para mí, sabes que lo único que me hace recuperar el aliento son los latidos de tu corazón. No te rindas mi amor, no te vayas, no me dejes Mateo... Estoy desesperada, porque tengo que despedirme de ti y no sé qué decirte, no sé por dónde empezar, no quiero hacerlo porque lo único que quiero es; estar contigo. Mateo, Mateo, por favor... dame una señal, sé que estás ahí, que aún sigues ahí. Dame esas fuerzas que necesito..."

   Completamente fuera de mi cabales, me levanto de la silla y empiezo a dar vueltas por la habilitación, desesperada por comprobar la verdad de todo lo que me habló antes Enrique; noto como empiezo a perder el control ¿como acepto que no está? ¿Como acepto que no lo volveré a ver mas? ¿Como acepto que no...? ¡No! ¡No! ¡No! Estoy destrozada, fuera de mi, me están empezando a dominar mis malditos nervios, me cojo de los pelos y apoyada en la pared frente a él, gritó para dentro llorando ¡no! ¡No! ¡No! no resisto mas verlo así... ¡No puedo mas!  Y de repente... mi Mateo reacciona y abre los ojos.


                                           Continuará...

viernes, 17 de marzo de 2017

Tenemos la mala costumbre...



Tenemos la mala costumbre de pensar más de la cuenta.
Tenemos la mala costumbre de hacer lo correcto en vez de lo que verdaderamente queremos.
Tenemos la mala costumbre de tener las cosas buenas en las manos y quizás por miedo, rechazarlas.
Tenemos la mala costumbre a equivocarnos.

Nos acordamos de todos esos momentos... 
Nos decimos para dentro.
¿Y si yo hubiese sabido en ese momento lo que se ahora?
Ni te contestas, antes de hacerte esa pregunta, ya sabias la respuesta. 

Pero aprendes, es lo bueno que tenemos; aprendemos siempre, nos hacemos más valientes, más fuertes, pero siempre a cambio de haber perdido algo.

No la dejes pasar.
No la dejes escapar.
No te olvides de ti.
No olvides que está ahí.
No olvides que cada día cuenta.
No olvides que los años pasan.
No olvides que tanto sacrificio a veces es para nada.
No olvides vivir momentos inolvidables.
No olvides que hoy, estás aquí.
¿Y mañana?
Eso... no lo sabemos.
No dejes para después, lo que puedes hacer ahora.
No importa a quién le importe; si a ti te importa.
Coge el toro por los cuernos.
Es tu vida.
Tuya.
Solo tuya...

   Se feliz hasta que sientas que vas a explotar, ríe hasta que te duela la mandíbula, llora de felicidad, di un te quiero si lo sientes, da igual que sea viernes, no esperes al sábado, porque el mañana es futuro y hay que vivir el presente... Y sobre todo, disfruta de tus cinco sentidos; como si no hubiese un mañana.
Mira a la persona que amas perdiéndote en ella, siente el tacto de su piel, oye los latidos de su respiración, saborea sus besos, y quédate con ese olor inconfundible de esa pasión; esa que solo hoy tenéis... ya que el futuro es incierto. 

Así que ahora no te quedes ahí pensando,
 ¿Y si ...? 
¡HAZLO!

jueves, 16 de marzo de 2017

Y...

- ¿Cuántas veces tengo que repetirte que me dejes en paz?

- Tantas como sean necesarias hasta que dejes de mentirte.


miércoles, 15 de marzo de 2017

No me hables de AMOR...



...Simplemente me mantengo firme en mi nuevo pensamiento; totalmente renovada, con el corazón dañado se aprende a coger otro camino... Más llevadero y menos sufrido. 
Porque si un día me hablaste de amor no hay hueco para el olvido y si lo has conseguido, es que para tí, nunca he existido. 
No me hables de amor, la capacidad de amar, solo algunos la tenemos y tú aún no la has conocido, o quizás simplemente, tú cobardía te ciega; pero sin confundir un ciego amor, porque no existe amor ciego, ¡eso es mentira! Amamos sin condiciones, amamos las virtudes, pero tan bien los defectos. 
Amar es aceptar a esa persona tal y como es, saber lo bueno, lo malo y aún así, amas incondicionalmente. 
Amar es solo para los valientes, para los guerreros, para lo que eligen sin miedo, para los que no tienen límites y para los sinceros; porque el amor tiene que ser puro para que sea duradero. 
Así que no me hables de amor, tú, que no supiste ver todo lo bueno que hay en mi, háblame mejor de capricho, se asemeja más a tu comportamiento amargo, a ese engaño que te envuelve, a ese muro que no deja ver nada de tí. 
No me hables de amor, a mí, que supe hacerlo en silencio, que súper congelar el tiempo, que fui capaz de convertir mi reloj en un cangrejo, que enseñé hablar a mi mirada, esa que te gritaba... pero tú, además de sordo y mudo estabas ciego. 
Entonces comprendí, que la culpa no era del tiempo, que tampoco era mía, ni siquiera tuya y por fin terminaron las excusas, porque cuando no se siente, no se lucha. Simplemente fui invisible para ti y entendí que el pasado, ese al que me aferraba,  ese mismo en el que tú me hablabas de amor, fue solo una ilusión. 
Así que por favor, no me hables de amor; porque el amor duele pero no hace daño. 
Y por eso, maestro; te doy las gracias, me supiste mostrar la diferencia, esa que ahora distingo con tanta destreza y aunque la batalla en esta ocasión no la ganó el amor, tampoco dejé que la venciera el olvido. Porque nunca se olvida aunque si se finge olvido y ahí quedó eso, a lo que tú llamabas amor.

martes, 14 de marzo de 2017

Miradas...



... Y de repente, un día, te cruzas con alguien de casualidad, se intercambian las miradas y por arte de magia se dibuja una sonrisa en tu cara, continuas tu camino y esa persona el suyo; es ahí, cuando descubres que continuas sonriendo... pasan los días, los meses, los años y pasa la vida. No vuelves a encontrarte con esa persona, pero cada vez que pasas por ese lugar, la recuerdas y nuevamente sonríes. Eso es mágico, es el misterio de lo que no tiene explicación, la fuerza de la química, solo bastó un segundo, no más; para hacerte sonreír todo el día y para no olvidarla jamás. 

   Va por todas aquellas personas mágicas que nos cruzamos por la vida y nos dejan una huella en el camino aún no habiéndolas conocido.


Información

¡Buenas tardes chicas! 

   Disculpad el retraso; os comunico que el próximo domingo día 19 de publicará el último capítulo en blog de Rosas Negras, quedando interrumpido hasta su edición.

¡No os lo podéis perder! 

Estad muy atentas...

¡Feliz semana!

domingo, 5 de marzo de 2017

Silencio...

Capitulo XV

   Mientras estamos aquí a la espera de la salida de la intervención de mi Mateo; nos acompaña un silencio poco acogedor. Nadie dice nada; sus hermanas miran a la nada cuando lo único que tienen frente a ellas es la pared de esta silenciosa sala de espera, su padre la recorre una y otra vez de punta a punta con las manos entrelazadas en su espalda y frente a mí están sentados Tomás y Mercedes. Ambos también en silencio; Tomás con los codos apoyados en las rodillas y las manos en la cara dejando de forma evidente su gran preocupación y Mercedes con su mano en la espalda de su hijo... La presión de mi pecho apenas me deja respirar; miro el reloj y ya han pasado tres horas. Me levanto porque necesito aire y salgo fuera sin decir nada.  Recorro el pasillo que conduce a la salida exterior y nada mas ver la luz empiezan a brotar todas esas contenidas lágrimas con las que me estaba costando la vida luchar allí dentro; Miro al cielo esperando ese milagro que mi Mateo necesita para salvarse. No puedo creer aún que esto sea verdad, no puedo creer que esto sea la pura realidad. Aún trabajando en un hospital y viendo de todo diariamente, nunca pensé que podría pasar por algo así; ahora que había encontrado mi camino, ahora que había conocido lo que es el amor, ahora que era tan feliz... Dios mío por favor no te lleves a mi Mateo; no te lleves mi mitad, no me dejes a medias, no es justo... De pronto una mano en mi hombro. Me giro y es Tomás...

- Isabel ¿estás bien? 

   Lo abrazo desconsolada y se contagia de la profundidad de mi pena.

- Tranquila Isabel, tranquila. Mateo, es fuerte, tiene calidad de vida y sobre todo unas inmensas ganas de vivir. Todo va a salir bien. 
- Tomás, he hablado con un colega mío del hospital. Lo hice antes de salir para el aeropuerto en Madrid. Es uno de los mejores neurocirujanos de la capital y no me ha dado ni tan siquiera un uno por cierto de posibilidades de que esto salga bien. Lo peor no es el tumor cerebral, que ya de por sí es complicado salvarse, es la maldita metástasis que tiene en los dos órganos vitales. 
- Todo eso lo sé Isabel, pero lo tenía que intentar. No podía irse resignado. No quiere irse, aún no Isabel. Por eso lo está intentando. El es médico, sabe lo que hay, sabe que tiene la muerte a su lado y lo peor es que lo está reclamando con demasiada urgencia; el sabe que no tiene solución, pero quiere alargar el máximo posible lo que le quede de vida. 
- Tomás no estoy preparada para esto, me está viniendo demasiado grande esta situación, creo que no soy capaz de recuperar el aliento, me encuentro muy mal, siento decírtelo y siento estar aquí tan destrozada; cuando debería de estar mas fuerte que nunca pero... ¡no puedo! 
- Si puedes Isabel. Por favor, sécate esas lágrimas y entremos a tomar algo a ver si así te tranquilizas. Mateo, dice textualmente que tienes mas cojones que un romano, así que este es el momento de sacarlos Isabel. No te vengas abajo. Tienes que aprovechar cada minuto, cada segundo con el, sin pensar en lo que va a pasar, para eso tendrás tiempo después, cuando no esté. No desperdicies ni un segundo por favor, es lo que te vas a quedar y el, lo que se va a llevar; llora todo lo que quieras ahora, pero cuando entres tienes que estar mas fuerte que nunca. 
   Yo también estoy destrozado, es un hermano para mí Isabel. Tampoco me imagino una vida sin el. Pero así es la vida, nacemos para morirnos, algunos antes; otros después y por ello no puedes echar a perder los momentos tan bonitos que aún os quedan por vivir.
- Gracias Tomás. Tienes razón, toda la razón del mundo. Tengo que estar mas fuerte que nunca y lo haré por el. 
- ¡Eso es! ¿Quieres?

   Me ofrece un cigarro que yo acepto para ver si la nicotina actua sociológicamente; como dicen y me tranquiliza.

                           
                              ...

   Por fin termina la intervención después de cinco interminables horas y nos informan; tal y como imaginaba está en coma inducido, las hermanas y el padre están destrozados porque tampoco están entendiendo bien lo que nos están explicando, el médico se retira para hablar con Mercedes y Tomás, ya que es amigo de la familia; mientras el padre de Mateo me coge del brazo pidiéndome por favor, que le explique todo bien. 

- José, vamos a ver; el estado en el que se encuentra tu hijo ha sido provocado por los médicos. Es como una sedación para que lo entiendas mejor. Después de una operación tan complicada como la de Mateo es lo mas normal. Puede estar así un par de días y después despertar. 
- Pero ¿por qué está mi hijo entubado?
- José, porque está en coma inducido, es lo mismo que si hubiese entrado en coma de forma natural, con la única diferencia, que en esta ocasión se lo han provocado los médicos por la sedación. 
- Pero ¿por qué han hecho eso con mi hijo, Isabel?
- Mira José, lo mas sencillo es que olvides la palabra coma, porque realmente lo que está es sedado. Además han conseguido extraer el tumor José. Es muy buena noticia, el tumor estaba en una zona de difícil acceso; era casi imposible extraerlo y aunque aún queda luchar con todo lo demás; ya tenemos un enemigo menos en el campo de batalla.
- Ay Isabel, gracias hija.
- No tiene porque darme las gracias José por favor. Yo quiero a su hijo muchísimo. 

   Se abraza a mi con lágrimas en los ojos y yo aguanto las mías porque no quiero venirme abajo ahora que he conseguido sacar todas mis fuerzas.


                             ...
 

   A pesar de los horarios tan estrictos de visitas de la unidad de cuidados intensivos. Conseguimos entrar uno a uno. Yo me reservo para la última, cada vez estoy mas nerviosa ya que tal cual salen de la habitación, las imágenes de sus caras son desconsoladas. Llegó mi turno y al entrar me lo encuentro ahí, me acerco a él despacio y cojo su mano, al tocarlo se me eriza todo mi cuerpo, la impresión de verlo así me llena de impotencia, pero me trago la rabia y la pena para hablarle porque sé que me oirá... 

" Hola guapo, quiero que sepas que me aterra esta situación pero estoy segura que juntos, como siempre; encontraremos la manera de continuar este camino lleno de espinas. Quiero pedirte perdón por todas las veces que te rechacé, por todo lo que mi boca decía sin la aprobación de mi corazón. Me quedan por decirte tantas cosas... que ahora que he sentido en mi piel el miedo de no tener oportunidad de hacerlo, no quiero quedarme ni un solo día sin decirte lo mucho que te quiero, lo mucho que te amo y lo muchísimo que te necesito; me haces tanta falta... y por ello quería empezar hoy, ahora, en este mismo instante, porque no quiero desperdiciar ni un segundo mas. 
   Desde que te vi Mateo, desde abrí los ojos después de ese maravilloso primer beso, supe que eras tú, que eras el hombre de mi vida, me hiciste darme cuenta en un solo segundo, en ese mismo que me miraste, que nunca antes me había enamorado, solo lo hice de tí; desde ese mismo momento supe que no podía vivir sin esos ojos verdes y profundos... Esos que me hablaban en silencio con ese brillo en el que podía verme reflejada. ¡Y sí! Cuando me decías todo aquello de que te enamoraste de mí antes de abrir los ojos; yo me reía de tí o te decía pesado, ahora quiero que sepas que solo lo hacía para disimular lo recíproco que eran todos mis sentimientos. Pero lo importante es que estamos juntos y a pesar de todo lo malo estamos aquí. 
   Esta vez soy yo la que no para de hablar; desafortunadamente el tiempo de la visita ha terminado y me tengo que ir; pero mañana estaré aquí, porque sigue habiendo un mañana, saldrá el sol como cada día Mateo y yo estaré aquí ¡óyeme bien! Tienes que ser fuerte. Tienes que continuar ahí dentro; conmigo" 

   Le doy un beso en su mano y salgo de la habitación. Todos los demás no están, solo Mercedes que se quedó para irnos juntas al hotel. 

- ¿Cómo estás Isabel?
- Bien. 
- ¿Bien?
- Dentro de lo malo, bien. 
Mercedes, ¿ya se fueron todos?
- Si. Bueno José viene de nuevo. Es muy tozudo. Le he dicho -José, mira hijo el hotel está a un minuto- pero nada... Quiere pasar aquí la noche, a ver qué necesidad de estropicio que se va a dar, mañana se va a encontrar fatal. 
- La verdad; de no ser por la poca distancia que tenemos del hotel al hospital yo tampoco me iría, pero realmente es innecesario quedarse estando a menos de un minuto a pié. 
- Pues nada hija, a ver si hablas con el. Además de eso Isabel, tienen su teléfono, el mío, y el tuyo. Para avisarnos de cualquier cosa; Dios no lo quiera. 
- Hablaré con el. 
- Es que se ha impresionado mucho verlo así, yo lo conozco. 
- Normal Mercedes. Por cierto ¿han informado de algo mas en mi ausencia? 
- No, no. La verdad que la operación ha sido un éxito. Lo malo hija; eso sí me lo ha dicho a mí, es la metástasis que tiene en el pulmón y el hígado. Eso sí es bastante complicado Isabel.
- Lo se Mercedes, yo estaba fatal por eso; pero tú hijo me ha hecho cambiar el chic. Mateo no se ha resignado, ¿por qué voy hacerlo yo? Está claro que a veces es mejor la ignorancia que en este caso como el mío al ser médico, se lo hay desde el minuto uno. Al igual que Mateo. Y te aseguro que es mucho peor.
- Si hija si. Yo estaba con el, lo acompañe a recoger los resultados. Esta vida es muy injusta. Me acordé en ese momento de mi amiga, su madre. Dios sabe porque se la llevó. Esta noticia no lo hubiera superado su corazón y por lo menos descansa tranquila porque Mateo estaba bien cuando ella se fué.
- Pues si Mercedes. Todo pasa por algo.


                             ...


   Después de darme la ducha que necesitaba, salgo a la terraza de la habitación y siento un espantoso frío en mi cuerpo. Miro hacia el hospital y me parece una maldición estar tan cerca pero a la vez tan lejos de mi Mateo... Suena la puerta de mi habitación y al abrír es Tomás.

- Dime Tomás ¿pasa algo?
- Tengo una sorpresa para tí...

   Detrás de él aparece mi gran amiga Blanca, la abrazo y ambas empezamos a llorar desconsoladas... Tomás nos deja solas.

- ¿Blanca que haces aquí?
- Ay amiga, no podía dejarte sola en estos momentos. ¿Has hablado con tu madre? 
- Si, hace un rato, no me dijo nada. ¿Sabía que venias? 
- Si claro, ella y tu hermana me acompañaron a el aeropuerto.
- ¡Ay amiga! Qué alegría que estés aquí conmigo. 
- No llores Isabel.
- Déjame llorar Blanca. Llevo un día muy malo. Me quería hasta morir... que duro todo esto; de verdad amiga. Creía que no lo soportaría.
- Ya lo sé, no quiero ni imaginarme verme en una situación como la que estás pasando. Es todo muy injusto. 
- Puto Cancer de mierda. Será posible que no nos demos cuenta como nos está matando. Si Mateo no se hubiese hecho las pruebas de casualidad por los dolores de cabeza que tenía; no se hubiese dado cuenta. Imagínate. Un día estás bien y al otro...
- Ya Isa, ya lo sé. Pero ahora escúchame,  mas que nunca tienes que mantener la calma. No vale ponerte como siempre te pones. De momento no sabemos lo que va a pasar y te pido por favor que te controles.
- Si Blanca; está vez no perderé el control. 
- No quiero que te enfades pero te lo tengo que decir por si la cosa se complica, no quiero volver a verte nunca mas como ya te he visto otras veces. 
Esta última creí hasta que te perdería como amiga, así que grábate bien en esa cabecita que yo estoy aquí contigo, no estás sola ¿entendido?
- Si, Blanca. Esta vez no será igual. No creo que me queden fuerzas realmente...