Translate

domingo, 13 de noviembre de 2016

Error

Estimad@s lector@s,

   Siento comunicaros que debido a problemas técnicos lejos del alcance de mis manos; el capítulo de hoy no se publica. En cuanto dicho problema esté solucionado, podréis disfrutar de ese capítulo VII que tanto ansiáis. 

Disculpen las molestias y estar atent@s...

¡Feliz domingo a tod@s!

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Remordimiento (segunda parte)

Capítulo VI



- Isabel...
- Dime María.
- ¿Quieres que te traiga algo de comer? 
- No María, gracias.

   Cierra la puerta de la consulta y se sienta frente a mi.

- Isabel, no puedes seguir solo a base de café, te vas a poner mala.
- De verdad María, no me apetece nada. Cuando tenga hambre comeré. Además ya solo me queda una hora. En cuanto llegue a casa como algo. 
- Esta bien. Bueno, estaré hasta y media en el bar, si cambias de opinión porque tu barriga empieza a quejarse, me avisas.
- Si pesada. Ve tranquila. 

    Sale de la consulta y...

- ¿Se puede?
- No se para que preguntas, si estás entrando a la vez...
- Isabel, voy a salir a comer...
- Mateo, no tengo hambre.
- Se puede saber ¿qué es lo que te pasa conmigo? 
- Nada, simplemente estoy cansada de repetir una y otra vez que no tengo hambre. Cuando me apetezca comer comeré. Acaba de salir María preguntándome lo mismo hace un segundo.
- Isabel yo no soy adivino. Simplemente te he preguntado porque no has salido a comer en toda la semana.
- Bueno Mateo, no es tu problema.
- Eres una estupida Isabel.
- Y tú un entrometido. 
- Me meto en lo que me importa y tú me importas. No se por que estas así conmigo, han pasado dos semanas Isabel y tú cambio viene desde...
- A Gustavo ni lo nombres.
- Yo no he nombrado a Gustavo Isabel. Creo que te estás equivocando.
- Bueno Mateo, sigue siendo mi problema; no el tuyo. ¿Qué te importan a ti mis cosas?
- Me importas tú, te lo vuelvo a repetir y esa actitud para conmigo desde que falleció Gustavo no la entiendo. Lo único que he hecho es apoyarte. 
- Yo no te he pedido nada. 
- Claro que no. Lo he hecho porque he querido, PORQUE ME IMPORTAS ¿te queda claro? 
- Sal de mi consulta, estás perdiendo la hora de tu comida. 
- ¿Y a ti qué te importa que pierda mi hora de comida? 
- A mí nada. Absolutamente nada... 

    Me estoy empezando a poner de los nervios... Quiero que salga de aquí ¡ya! 

- Y ahora por favor, sal de mi consulta, no te lo quiero volver a repetir, déjame sola y hazte un favor a ti mismo. Deja de preocuparte por mí o mejor dicho deja de preocuparte por alguien a quien tú no le importas.
- ¿Estás segura? 
- Si, estoy segura Mateo. Realmente me pillaste en un momento de debilidad, me serviste de distracción para mantener la mente fría y así poder conseguir mi objetivo. Ahora que ya todo eso forma parte del pasado, tú te quedas justo ahí. Eres pasado Mateo. Una aventura pasada y punto. Y no me vengas con chorradas cursiles como... Me encantó ese beso, etc... Ese beso al que le has dado tanta importancia fue al azar e igual que tu, pudo ser otro cualquiera. No eres especial Mateo.

   Frunce el ceño y da un golpe en la mesa de mi consulta con ambas manos mirándome fijamente a los ojos...

- Tu para mí si lo eras. Y ese beso también lo fue, la noche que pasamos juntos también... 

   De repente entra María. 

- ¡Lo siento!
- No María pasa, el doctor Fernández ya se iba... 

   Me mira súper enfadado y sale de mi consulta completamente en silencio. 

- María cierra por favor.
- Isabel, lo siento.
- No pasa nada, ¡uf! Menos mal que has llegado. Me estaba poniendo muy nerviosa. 
- ¿Pero qué te pasa con el Isabel? 
- Nada María. No empieces tú también a preguntar... No me cae bien y punto. No lo soporto, me molesta su presencia ¿quieres que te diga mas?
- Pues hija, eres la única que opina eso. Además de guapo e inteligente, es amable, muy humano, súper gracioso con ese acento andaluz...
- Pues quédatelo María, te lo regalo.
- No Isabel, yo estoy felizmente casada. Pero tranquila que ya se darán de hostias por el. Alguna se lo llevará. Bueno y ahora a lo que venía. Como no querías comer te he traído un café calentito como a ti te gusta.
- Gracias guapa. 

   Sale María de la consulta y me hecho las manos a la cara respirando... No sé cuánto tiempo mas voy a poder sostener esta situación. Intento centrarme en mi trabajo y empiezo nuevamente a pasar consulta.

                              ... 

   Entro en casa súper cansada y suena mi teléfono. ¡Uf! ¿Quién será ahora?

- Dime Sara.
- Isabel, voy a casa de mamá ¿quieres que pase a por ti?
- No Sara, vengo de allí. Salí de trabajar y me fui a verla directamente, ahora acabo de llegar a casa y me voy a dar una ducha que la necesito urgentemente.
- ¿Estás bien? 
- No Sara, no estoy bien. Han pasado demasiadas cosas en prácticamente un mes. No se... Parece un mal sueño del que me gustaría despertar. 
- Es normal Isabel, demasiado bien estás. Por cierto ¿y Mateo?
- ¿Que pasa con el? Allí trabajando estará... Hoy se ha puesto pesadito.
- ¿No crees que te estás pasando? 
- Sara no estoy para aguantar a nadie y menos romantiqueos y tonterías... Además quiero estar sola.
- Perfecto ¿quién te dice que no? Pero es tu compañero, deberías por lo menos ser amable y tener un trato cordial con el. Además se ha portado muy bien contigo. Ayer te oí hablarle mal y no quise decirte nada porque no era el momento, pero me pareció fatal. Tú no eres así. Tienes que volver a ser tú. La agradable y simpática Isabel que siempre has sido. Me duele verte así de amargada.
- ¿Cómo quieres que esté Sara? ¿Te has puesto en mi situación? Ni siquiera pude ir al entierro de Gustavo porque no fui capaz de mirar a su madre ¿sabes? No me machaques mas... Déjame tranquila. Me tenéis todos cansada, todo el día pendiente de mi, que si como, que si me encuentro bien, os pasáis el día repitiéndome que no he tenido la culpa de nada pero todos en el fondo sabéis que sí... Lo único que quiero es que me dejéis en paz. Quiero estar sola ¡tampoco estoy pidiendo tanto!
- Está bien Isabel. Cuando te apetezca hablar me llamas. Y no vuelvas hablarme así nunca mas. Lo único que hemos hecho es apoyarte porque sabemos lo duro que está siendo todo esto para ti. Pero si lo que quieres es estar sola como dices. Pues nada, quédate con tu soledad a ver así te encuentras mejor.

   Cuelgo el teléfono y me vengo abajo, no puedo seguir así, no puedo mas con esta ansiedad que no me deja respirar. ¿Por qué tuve que seguir adelante con todo ese ridiculo plan de la no boda? Gustavo seguiría vivo... Y además tenía razón, yo vi un escape para terminar porque realmente no estaba enamorada de él. No lo estaba. No me pegaba ese orgullo porque no sentía por él lo que tenía que sentir... Me he estado engañando, podíamos a ver seguido siendo esos buenos amigos que siempre fuimos. Mi ridiculo orgullo ha destrozado a dos familias... ¿Cómo he podido ser tan mala y egoísta? Solo he pensado en mi, en mi absurda venganza sin sentido. Llaman a la puerta... 

- Blanca...

   En cuanto la veo, la abrazo sin parar de llorar.

- Isabel, por favor... Tranquila, he venido porque sabías que estabas mal. 
- Blanca no puedo con esta culpa que siento dentro de mi. No quiero seguir viviendo así, no puedo.
- Isabel por favor no me digas eso. Tranquilizate y escúchame ¿ok?
A ver... Yo se que toda esta situación te está superado. Han sido cosas muy fuertes las que te han pasado en menos de un mes y lo mas normal del mundo es que estés así. Pero tienes que resetearte; en primer lugar tienes que dejar a un lado ese sentimiento de culpa que tienes que no te está dejando seguir con tu vida. Las personas saben el día que nacen pero no el que van a morir, Gustavo y Carmen no estarían aquí tampoco a día de hoy, aunque hubieses anulado la boda. En vez del accidente al salir de allí lo hubiesen tenido en algún otro lugar; y juntos, porque estaban juntos Isabel. Ese era el día de los dos, lo único que cambia es la circunstancia. No puedes luchar con el destino Isabel. Las cosas pasan porque tienen que pasar y punto. Tú no has cogido una pistola y te has liado a tiros con los dos para quitarlos del medio. Eso si hubiese sido un asesinato. Por lo tanto, han muerto en un accidente en el que tú no has tenido NADA QUE VER... A ver si así; te va quedando claro. Y no te machaques mas con eso. Lo que vas a conseguir es no poder salir de ese bucle en el que estás metida y coger una depresión de caballo. En segundo lugar tu salud es lo primero, no puedes seguir alimentándote de café. Llevas una semana dura de trabajo y se que no has comido nada, ningún día además. Estoy muy bien informada.
- He comido hace un rato en casa de mamá. 
- Pues perfecto eso es lo que tienes que hacer. Y en tercer lugar como decía mi queridísima Coco Chanel, arréglate aunque solo sea un poco, ya no por ti si no por educación. ¿Has visto las pintas que llevas? ¿Te has visto la cara Isabel?estas tratando a pacientes y tú pareces la enferma. Vamos a ver POR FAVOR.
- Está bien. 
- No me digas está bien para que me calle. Esta bien es ESTA BIEN de verdad ¿me lo prometes? 
- Te lo prometo Blanca. 
- ¡Ah! Y otra cosa... ¿Se puede saber que te ha hecho Mateo para que estés así de borde con el?
- No me hables de el, por ahí no paso.
- Pues dame una respuesta para quedarme conforme porque no entiendo nada. 
- No me pasa nada con el, no me cae bien, me molesta todo el. 
- Pero ¿por qué Isabel? 
- Porque soy una estupida como él dice y punto.
- ¿Qué te ha llamado estupida? ¡No! ¿Eso cuando ha sido?
- Hoy, en mi consulta.
- Pero ¿por qué? Cuéntame de una vez porque no entiendo nada, entró en tu consulta te dijo estupida y se fue...
- ¡Qué dices tonta! 
- Bueno, por lo menos he conseguido sacarte una sonrisa... Ahora cuéntame todo.
- Nada Blanca, entró en mi consulta para preguntarme si quería algo de comer y justo antes me lo había preguntado María, entonces le conteste mal la verdad. No se que pasa con el Blanca, al mirarlo siento que he engañado a Gustavo. Además ya no podría estar con el.
- Pero vamos a ver Isabel. Gustavo te había engañado con Carmen, llevaba dos años engañándote.
- Ya lo sé, pero...
- ¡Pero nada! No hay mas, no buscas mas porque es así de sencillo. Él te traicionó, él te engañó hasta el último momento y si no hubiese sido porque lo descubriste todo de casualidad hubiese seguido engañándote Isabel. Que haya muerto no lo convierte en un santo. Me da mucha pena la forma en que ha terminado todo, pero la realidad es solo una.
- Yo no estaba enamorada de él Blanca, me di cuenta cuando estuve con Mateo. He sentido mas con Mateo que con Gustavo en seis años por eso me siento culpable.
- No puedes sentirte cumpable por eso Isabel, es absurdo. Quizás es verdad que no estabas enamorada de Gustavo, además eso muchas veces lo hemos hablado, estabas comoda con el, era un buen amigo que se convirtió en tu compañero e incluso cuando me dijiste que te casabas discutimos por eso mismo ¿lo recuerdas? 
- Si, pero yo creía que si. 
- Pues ya está Isabel, no le des mas vueltas y quizás si no hubiese aparecido Mateo como tú dices no te hubieses dado cuenta. Bueno, ahora hazme un favor. ¿Mañana coincides con el?
- Si, claro.
- Pues buscas un hueco aunque sea para un café y te disculpas. Estás siendo muy injusta con él y Mateo se ha comportado en todo momento como un caballero contigo, desde el principio. 
- Ya lo sé, tienes razón. Mañana hablaré con el.

   Nos abrazamos y se queda a pasar la noche conmigo. La verdad que Blanca es mi mejor consejera, siempre consigue llegar a mi corazón...

domingo, 6 de noviembre de 2016

Remordimiento.

Capítulo VI



   Después del inesperado rescate de mi jerezano guapo... Nos dirigimos hacia mi casa para quitarme este vestido; ya que Mateo insiste en llevarme a no se donde... está súper nervioso, se le nota una barbaridad y yo estoy que no me lo creo.

- ¿Cuánto tiempo llevabas allí escuchando? 
- Casi desde el principio. ¡Imagínate! Antes me dabas miedo; pero ahora más...
- ¿Miedo de mi? ¿Por qué?
- Porque después de ver tu actuación creo que debería de pensarme mejor las cosas... 
- ¡Oye! 

   Le pongo mala cara y el se ríe...

- No hables de lo que no sabes Mateo. 
- Ya tu hermana me informó; la verdad que hubiese estado mejor aún, que las imágines hubiesen hablado por sí solas...
- No creas que no lo pensé. Pero hubiese sido una humillación para su familia, sobre todo para sus padres y ellos no tienen culpa alguna de los actos infieles de su hijo. Además yo, a su madre la adoro. 
- Tienes razón Isabel. Pero a toro pasado no hay que echar vista atrás ¿no? Así que ahora en cuanto lleguemos, cámbiate rápida que te voy a llevar a ese sitio misterioso que te va encantar...
- ¡Ah si! 
- Si y no me pongas esa cara porque no pienso decirte nada. Y ahora; andando que ya hemos llegado...
- ¿No subes? 
- No; así tardaremos menos ¡hazme caso! 

   Me sonríe pícaramente mientras me guiña. Bajo del coche para subir rápidamente, me vuelvo y le pregunto... 

- Mateo ¿formal o informal? 
- Estas guapa de todas las formas así que como te apetezca...
- Buena cosa me has dicho.

   Nos echamos a reír... Cuando entro en casa cojo mi teléfono y tengo diez llamadas perdidas de mi hermana Sara y dos del hospital... 

- ¿Sara que pasa? 
- Hermanita ¿donde estás?
- Acabo de entrar en casa ¿qué te pasa en la voz? 
- Quédate ahí, enseguida voy... 
- Sara, Mateo esta abajo esperando. He subido solo para quitarme el vestido.
- Te he dicho que no te muevas de ahí. 
- Me estás asustando ¡me quieres decir que pasa de una vez! 
- No preguntes más Isabel. Lo sabrás en cuanto llegue...

   ¿Me ha colgado? ¡Ay Dios mío! ¿Habrá pasado algo? Llamo a mamá; no contesta, llamo a mi hermano; apagado... Me quito el vestido rápidamente y me pongo mis denim boyfriend con la primera camiseta que pillo, mis converse de batalla y suena el timbre...

- Mateo, lo siento; me ha llamado mi hermana y viene para casa. Seguro que ha pasado algo. Mi madre no responde a mis llamadas; mi hermano tiene el teléfono apagado ¡ay! También tenía dos llamadas del hospital, voy a llamar a ver si saben algo...
- Isabel por favor respira, no llames a nadie aún. Espera a que llegue Sara por favor. 
- ¡Mirame! ¿Tú sabes algo?
- No Isabel. Pero tu hermana me ha llamado y me ha pedido por favor que subiera. 
- Vamos para abajo Mateo, me estoy poniendo de los nervios sin saber que es lo que está pasando...
- Isabel por favor, esperémosla aquí. Si me ha pedido que suba será por algo... 

   La cara de preocupación de Mateo delata que está en la misma situación que yo... No sabe nada y al fin suena el telefonillo.

- Isabel abre.
- Mateo es mi hermana, ya viene para arriba.
- Tranquila Isabel por favor.
- ¿Por qué me dices tranquila?
- Porque mira cómo estás; dando vueltas de un sitio a otro sin parar...

   Abro la puerta y me asomo al ascensor a ver si aparece Sara...

- Isabel.
- Dime Sara por Dios, me va dar algo.
- Isabel, escuchame tranquila por favor. 
- Si, venga ya Sara. 
- Es Gustavo.
- ¿Qué? ¿Qué le pasa?
- Ha tenido un accidente al salir de Palacio de Negralejo con Carmen. En el primer cruce, Carmen ha fallecido en el acto y Gustavo está en UCI de traumatología muy grave.
- ¿Qué? 

    Los remordimientos desbordados que siento dentro de mi pecho me asfixian de tal manera que estoy completamente paralizada. 

- Isabel por eso no quería decírtelo por teléfono. 
- !No! ¡No! ¡No!
- Tranquilizate Isabel, tú no tienes culpa de nada... 
- Sara, tengo que verlo.

   Limpió las lágrimas de mi cara, cojo las llaves de mi coche y abro la puerta. Mateo me para el paso.

- Isabel por favor, dejad que os acerque al hospital, no podéis conducir así ninguna de las dos. 
- Si Isabel por favor, yo tampoco estoy para conducir. Ni siquiera se como he llegado. 

   De pronto empieza a nublarse mi vista, todo me da vueltas, solo oigo un leve murmullo de fondo y de pronto... 

                              ...

- Isabel ¡mirame! ¿Te encuentras mejor?

   Estoy tumbada en mi sofá, con los pies en alto. No me lo puedo creer ¡he perdido el conocimiento! 

- Isabel te has quedado en shock y eso te ha provocado un desmayo. Ahora por favor escúchame. Ya me he informado; Gustavo está muy mal Isabel. Tiene una hemorragia interna con un traumatismo cráneo encefálico. Eres médico, ya sabes lo que te vas a encontrar. Por eso te pido que mantengas la calma. No has tenido nada que ver en este desafortunado accidente ¿me oyes? 

   Me incorporo mientras Mateo sigue hablando...

- ¡Vamonos! 
- Venga vamos. 

   Dice mi hermana sin parar de llorar...

- Hermanita, tenía que decírtelo; lo siento.
- Si Sara. 

   Cojo mi bolso y bajamos para que Mateo nos lleve. No me puedo creer lo que ha pasado... La inmensa pena que tengo no me permite ni hablar. El coche trasmite un silencio escalofriante. Giro la cabeza hacia la ventana y de forma inevitable empiezo a recordar cuando Gustavo y yo éramos unos niños e íbamos juntos al colegio, nuestras tardes de verano siempre jugando al escondite por la noche y contando películas de miedo; cuando ya adultos me hizo saber de sus sentimientos hacia mi... Las lágrimas no dejan de brotar por mi cara sin pausa alguna. El sentimiento de culpa me puede... Si hubiese dicho si quiero esta desgracia no habría sucedido o quizás, si simplemente, hubiese hecho lo que muchas veces pensé, decirle que sabia la verdad y anularlo todo... 
   Ya hemos llegado. Bajo del coche y oigo como mi hermana habla algo con Mateo, pero solo oigo un murmullo, es como si todos mis sentidos estuvieran conectados con el pasado, los recuerdos de Gustavo no me dejan prestar atención a otra cosa. 

- Isabel, no voy a entrar con vosotras... 
- Claro que no.
- Por favor, mantén la calma y para cualquier cosa que necesites sea la hora que sea solo tienes que llamarme. Además mañana estoy de guardia. Estaré muy cerca ¿ok?
- Gracias Mateo.

   Adelanto el paso a mi hermana mientras le da las gracias a Mateo.

- Isabel, espera...
- Rápida Sara. Yo entro por aquí, ve tú por allí que es donde estará mamá y los familiares de Gustavo.
- Isabel...
- Si Sara, no me digas nada mas. Hazme el favor.

                              ...

   Me tiembla todo el cuerpo, entro en la habilitación y ahí está; solo la impresión de verlo ahí totalmente conectado me hace derrumbarme nuevamente... Lo cojo de la mano y alzo la mirada al techo de la habitación para dejar de llorar por lo menos en este instante en el que quiero hablar con el... -Gustavo, soy yo; Isabel. Lo siento, lo siento muchísimo, perdóname por favor... Nunca pensé verte así, nunca te deseé nada malo; me siento muy mal. Quiero que sepas que te he perdonado, absolutamente todo. Eres mi amigo de toda la vida, no puedes irte así, tenemos que hablar. Gustavo por favor, no quiero que te mueras...- Mis lamentos se vuelven incontrolables, me estoy engañando, clínicamente está muerto ya, pero... No lo puedo creer. Todo es culpa mía, no me lo voy a perdonar nunca. Ni siquiera puedo mirarlo ¡Ay Dios mío! ¿Por qué? 

   Entra en la habitación mi colega Santiago y yo estoy completamente derrumbada...

- Isabel por favor, sal conmigo. Tienes que tranquilizarte.
- Santiago, lo he matado yo. Ha sido mi culpa, todo es culpa mía.
- Isabel no digas tonterías por favor. Ven conmigo. 
- No quiero, me quiero quedar aquí con el.
- Isabel, tú mejor que nadie sabes como funciona esto. Lo hemos hablado antes de que entraras. 

   Limpio mis lagrimas y respiro hondo...

- Tienes razón. Salgamos fuera. 

   Dejamos la habitación de Gustavo y antes de salir vuelvo la mirada... Esperando un milagro que es lo único que podría salvarlo de una muerte segura. Mis compañeros me abrazan y no encuentro la forma de calmarme... 

- Tomate esto Isabel, te hará bien.
- No Salvador.
- Por favor Isabel.

                             ... 

   Han pasado cuatro horas y me encuentro con algo mas de fuerza para poder salir a hablar con sus padres... 
Abro la puerta para dirigirme a la sala de espera de los familiares y ahí me encuentro a mi madre y mi hermano. Ambos se levantan para abrazarme, pero no veo a María ni tampoco a Tomás. 

- Mamá ¿Dónde están los padres de Gustavo? 
- Acaban de salir hace un minuto para hablar con el médico. ¡Qué tragedia Isabel! 

   Mi madre empieza a llorar y yo me derrumbo con ella nuevamente. 

- Mamá yo...
- Tu nada Isabel. No quiero por favor que pienses ni por un solo instante en que has tenido la culpa de nada. El destino le ha jugado una mala pasada...
- No mamá, el salió de allí muy humillado, estaría impotente por lo que le hice y conociéndolo saldría de allí cegado por la ira... Esto no hubiese pasado si hubiese anulado la boda antes. Mamá yo soy la responsable, yo lo he matado. 
- No hija por Dios, qué barbaridad estas diciendo. 
- No puedo vivir con esta culpa mamá.

   Mi madre me da un beso secando mis lagrimas, cuando en este mismo instante entran los padres de Gustavo.

- María yo...

   Para mi sorpresa me abraza con los ojos llenos de lágrimas y yo siento que se me rompe el corazón.

- Isabel, ¡ay Isabel! Mi niño... ¡Mi niño! 
- María lo siento muchísimo. Yo no quería esto, yo nunca pensé que pasaría algo así... María...
- Tu no tienes la culpa hija... Las cosas pasan porque tienen que pasar, pero mi niño no merecía algo así, nadie merece algo así. Estoy desesperada Isabel, acabo de hablar con los médicos y me han dicho no hay posibilidades, dime que no es verdad Isabel, tú eres médico ¡haz algo por favor! 
- María, la hemorragia interna lo ha complicado todo aún mas. El traumatismo cráneo encefálico que ha sufrido Gustavo podía tener algo de esperanza si no hubiese ido de la mano de esa hemorragia. 
- No me digas eso Isabel... 

                               ... 

             TRES SEMANAS DESPUES