Translate

sábado, 24 de diciembre de 2016

¡Feliz Navidad!


Les deseo a tod@s una ¡Feliz Navidad! 


A la vuelta de estas fiestas continuaremos con "Rosas Negras"


lunes, 12 de diciembre de 2016

"No quiero" llega a las librerías de Jerez

¡Buenas tardes chi@s!

"No quiero" llega a las librerías de Jerez 
¡YA A LA VENTA!

Librería Luna Nueva
Calle Eguilaz, 1

Librería El Laberinto
Calle Remedios, 9



Librería Y Papelería Recio
Centro Comercial Merca80, Av Cruz Roja, s/n

  No os quedéis sin el mejor regalo de estas Navidades... 

   Recordar que también sigue estando a la venta en los puntos de Amazon, La Casa del Libro, Fnac y Ebook en El Corte Ingles. 

   Aprovecho para agradecer a tod@s mis lectoras que habéis compartido con orgullo en vuestras redes sociales fotos de mi libro ;) y quiero que sepáis que me encanta escribir para tod@s vosotr@s... 



¡GRACIAS!

domingo, 11 de diciembre de 2016

Quédate conmigo...

Capítulo VIII



- Discúlpame Mateo. 
- No Isabel, desahógate tranquila, es lo que necesitas...
- No Mateo, no es lo que necesito, estoy dentro de un bucle, estos ataques de llanto imparable me dan cada dos por tres...
- Isabel, estoy aquí; contigo. Juntos encontraremos la salida de ese bucle. 
- No quiero meterte en esto Mateo.
- Yo sí quiero Isabel. 
- Pero yo no...
- No seas más cabezota por Dios. 
- Mateo, no quería esto; no quería empezar así contigo. 
- Isabel, deja de preocuparte por lo que querías... Eso es pasado. La vida no es siempre como tú quieres que sea, tienes que centrarte en el ahora. El pasado como bien has dicho no lo puedes cambiar. Ahora bien, empecemos con el presente y el presente es que estoy aquí contigo, quiero apoyarte en esto, quiero seguir conociéndote...
- Pero...
- Pero ¿qué?

   Me mira con cara de súplica pícara esperando una respuesta positiva por mi parte. 

- Pero nada Mateo, que sí. Que tienes razón. Que ya está bien de negarme a no se ni siquiera a que me estoy negando, pero bueno... Acepto que me acompañes a salir de este bucle.
- Yo estoy encantado de acompañarte pero sobretodo a que dejes de negarte a encontrar tu felicidad.
- ¿Tú crees en la felicidad?
- Claro que si. Yo la consigo fácilmente cuando estoy contigo. 
- Gracias Mateo. 
- Gracias a ti Isabel. Estoy muy orgulloso de ti, de la decisión que has tomado. No vas arrepentirte. Y ahora me gustaría empezar a saber cosas de ti... 
- ¿Qué quieres saber? 
- Lo que te apetezca contarme, me da igual por donde quieras empezar por que me interesa todo de ti. 
- Yo también quiero saber cosas de ti no creas que voy a estar yo hablando sola. Esto es una cosa de dos, pero tengo una idea ¿qué te parece si nos vamos de aquí a una pizzería que está a la vuelta de la esquina y así continuamos hablando con la barriga llena? 

   Nos echamos a reír...

- Pues me parece genial, porque yo estoy esmayao.
- ¿Esmayao? Querrás decir hambriento ¿no?
- No hambriento no, la palabra es esmayao. Ya te iré enseñando el diccionario andaluz para que vayamos entendiéndonos mejor...

   No puedo aguantar la risa que me provoca su acento, él se ríe contagiado por la mía.

- Pues que no se diga... 

   No puedo ni hablar, es mirarlo y darme la risa... Su gesto pícaro acompañado de esa voz tan masculina con ese acento es pura terapia.

- Tu estas hoy muy tarrosa ¿no? Ahí llevas otra ¡ea!
- ¿Tarrosa? Ahí sí que me he perdido... La otra por lo menos la he interpretado, pero esta... ¿Qué es tarrosa? 
- Significa algo así como graciosa, que tienes ganas de cachondeo, pitorreo, ...
- ¿Qué dices? Ay por favor mas, quiero mas... Que sepas que de momento me quedo con las dos. 
- La verdad es que si hubiese sabido que te causarían tanta risa te las hubiese dicho antes; ahora vamos... Antes que sea mas tarde. 
- Si vamonos ya porque estamos esmayados...

   Ahora es el, el que suelta una carcajada.

- Isabel esmayaos no esmayados por favor... 
- Tu qué pasa ¿qué estas tarroso?
- Muy bien Isabel...

   Continuamos con el dichoso tarro ese que tanta gracia me ha hecho mientras salimos de allí para dirigirnos a la pizzería. 

- ¡Uy Mateo! Que cambio de temperatura. Mejor vamos en mi coche, nos la pedimos en el auto y nos vamos a mi casa... Mañana yo libro así que no tengo prisa y tú estás de tarde porque ya he ojeado tu horario. Además, sinceramente quiero seguir con las clases de andaluz porque me están encantando. 
- Isabel, ¿de verdad que te apetece que te acompañe a tu casa? 
- Si claro, de no ser así no te lo hubiese ofrecido; quizás... ¿a ti no? 
- Yo encantado y ahora que está todo aclarado ¡andando! Que yo también estoy arrecío
- ¿Arrecío es frío? Ay que arte por favor...

   Continuamos riéndonos de camino a casa con las pizzas incluidas, seguramente esto del idioma andaluz ha sido una estrategia para conseguir animarme y lo más interesante de todo; es que está funcionando que da gusto. 

                             ...

   Después del huracán de risas compartidas y comer hasta saciarnos; nos envuelve un repentino silencio. Mateo me mira y yo estoy completamente derretida por la belleza de esa mirada, siento como sus ojos me hablan, estoy empezando a ponerme de los nervios... 

- Gracias por esta noche Mateo, ha sido un placer compartirla contigo.

   Se incorpora acercándose a mi lentamente y por fin sin añadir nada mas me besa... Esto es lo que realmente necesitaba, volver a sentir sus labios; la humedad de su lengua se enlaza con la mía y mi excitación aumenta por segundo que pasa; este hombre me vuelve loca, es adictivo... Desliza su mano por mi nuca bajando hacia mi columna hasta llegar a mis riñones y ahí en la curva de mi cintura se detiene para acercarme a él, retira su boca de la mía para mirarme y el fuego que desprenden sus ojos enciende el mío, vuelve a besarme pero ahora con mucha mas pasión y nos dejamos llevar por el deseo que ambos sentimos.

                             ...

- Estaba impaciente Isabel, loco por volver a sentirte, por volver hacerte mía. No vuelvas a apartarme de tí.

   Mi susurro contesta al suyo.

- Por eso mismo te evitaba. Sabía que si volvía a estar contigo no podría separarme de tí. 

   Al mirarme noto el verdadero agobio en su mirada, sus ojos me gritan que tienen miedo y yo lo beso para tranquilizarlo.

- Lo he pasado mal, significas mucho para mí, aún no se por qué... No hay explicación lógica para sentir tanto por ti en tan poquísimo tiempo, pero lo siento; es lo único que tengo claro.
- A mí me pasa igual Mateo, desde ese primer beso no he podido sacarte ni un solo minuto de mi cabeza, siento haberte hecho daño pero estaba asustada; yo nunca he sentido algo tan fuerte por nadie y aún menos como tú bien dices; en tan poco tiempo... Eso me provoca miedo y quizás eso empujaba a mi mente a pensar excusas absurdas para no estar contigo...
- Es todo raro, demasiadas casualidades Isabel. De repente llego a Madrid y tú me das tu peculiar bienvenida, creí que no volvería a saber nada de ti y justamente me presentan a mi nueva compañera de trabajo y ahí estás tú, ahora resulta que no eras tú que era tu hermana, después que tú, después que te casas, después que no, cuando consigo por fin salir de allí contigo para estar juntos, ocurre ese desagradable accidente y ya no quieres saber nada de mi, hoy me propongo pasar de ti de una vez cansado de tus desplantes y te encuentro aquí... Es como si el destino nos uniera de alguna forma, eso; o es que me estás volviendo loco. 
- Pues lo mismo al otro lado, exactamente las mismas cosas se me pasaban a mí por la mente... Tampoco parecía normal, pero lo importante es que estamos aquí y ¡mirame! Quiero que te quedes conmigo.
- ¡Ah sí! ¿Estás segura? 
- Si quiero que te vengas aquí conmigo a casa. No quiero estar sola...

   Se ríe...

- Isabel, espera ¿es que no tienes punto medio?
- No, todo o nada. No necesito mas, no quiero estar sola, quiero estar contigo Mateo, formas parte de mi cordura así que de ti depende... ¿Qué pasa que no quieres?
- ¡Cómo no voy querer! ¡Claro que sí! Pero lo que quiero es que estés segura... Además en el trabajo ¿qué? 
- Lo mantendremos en secreto unos meses y listo, anda Mateo por favor, ¡quédate conmigo! 

   Sus múltiples besos son un sí rotundo, me da igual si es una locura, me da igual que aún sea un desconocido, me da igual todo... Lo único que quiero es estar con el, es cuando encuentro la paz, es cuando soy feliz.




sábado, 3 de diciembre de 2016

Pesadilla...

Capítulo VII



   Por fin hoy amanece sin tener esa horrible sensación de no querer hacerlo. Las milagrosas palabras de mi amiga Blanca han conseguido quitar la telaraña de mi conciencia, esa que no me dejaba respirar. 

                                 ...

- Buenos días chicas.

   Entro en mi consulta para ponerme mi bata blanca.

- ¡Buenos días! Hoy la doctora se despertó con mejor humor.
Me alegro Isabel. 
- Hola María, si la verdad que hoy desperté con otro pensamiento. Por cierto... ¿Has visto a Mateo? 
- No, hoy si no me equivoco, tiene libre. 
- Gracias.

   Sale María y me da el bajón, con las ganas que tenía de verlo. Saco mi teléfono para llamarlo y disculparme. Ahora que estoy en caliente es cuando debo hacerlo no vaya ser que mañana no despierte con la misma energía y continúe con este mal rollo que yo misma he creado.

- ¡Buenos días Isabel!

   Como por arte de magia aparece en mi consulta...

- ¡Mateo! ¿Qué haces aquí? 
- Trabajo aquí Isabel y tú ¿por qué me estás llamando?

   Me enseña la pantalla del teléfono con esa sonrisa llena de ironía que me pone tan nerviosa... Y cuando la miro leo "llamando no contestar" 

- ¿Me has grabado en tu teléfono como "no contestar"?
- Si, exactamente. Esa eres tú. 

   Se acerca hacia mi mesa, cojo mi bolso como excusa para guardar el teléfono y empiezo a trastear en el para disimular. No quiero mirarlo. 

- Isabel, ¿por qué me estabas llamando? 
- No por nada. Me dijo María que tenias libre, se habrá equivocado.
- María suele equivocarse poco. Hoy tengo libre, es correcto, solo pasé a recoger unas cosas que me dejé ayer. Así que dime, ¿qué querías?

   ¡Empezamos otra vez! De los nervios me tiene, no puedo tenerlo frente a mí sin tener esta sensación descontrolada de deseo. Así me pone este hombre y lo peor es que se me nota. Pero aún así ahí voy... 

- Mateo, solo quería disculparme por el comportamiento de estos días atrás. He estado recapacitando y la realidad es que somos compañeros, debemos tener aunque solo sea un trato cordial y correcto. No estuvo bien mi postura para contigo.
- ¿Solo compañeros?
- Si, compañeros Mateo. 
- Está bien, como prefieras... Que tengas un buen día, lo vas a necesitar... La sala está hasta los topes.

   Me guiña sonriendo y sale cerrando la puerta... De repente la vuelve abrir asomando solo la cabeza...

- Por cierto doctora Espinosa, las disculpas han sido aceptadas.

   No me da tiempo a ni siquiera abrir la boca para contestar cuando ha desaparecido. No debería de haberme disculpado, ahora me está vacilando ¡uf! Me pone de los nervios pero realmente es porque me encanta, a mí misma no puedo engañarme; pero se quedará ahí. Miro el reloj y ha llegado el momento de conectar con mis pacientes... Eso me ayudará a mantener la mente muy ocupada todo el día. 
                              ...

   Salgo de trabajar muerta del día que he tenido, aún así, no me apetece para nada encerrarme en casa, mientras me fumo un cigarro, les escribo a mis amigas en el grupo, lo más seguro es que estén en Vía Láctea. 

 "- Hola, ¿donde andáis? Acabo de salir del curro y tengo ganas de veros..."

 "- ¡Holi! Estamos en Vía Láctea cotilleando. Sabes que esta es la hora."

"- Claro que sí Luis; solo quería comprobarlo." 

"- ¿Comprobar cariño? Sabes que de lunes a miércoles a partir de las ocho desde los noventa estamos aquí."

" - Si pero como os envuelve mi ausencia, pensé... Lo mismo no están de ánimos. Por cierto, deberíamos de ir cambiando."

"- Mientras esto continúe abierto aquí estaremos... Te esperamos para la salida de mojitos. Y por cierto Isabel, créete importante pero no imprescindible. "

"- Voy para allá capullo, eso ha sido un golpe bajo Luis así que en cuanto llegue cobraré mi venganza..."

"- Pues apaga el cigarro y sube a tu coche"

   No puedo evitar reírme sola. ¡Ay! Qué bien sienta tener amigos así, son mi mejor medicina.

                                ...

- ¡Ya estoy aquí! Va haciendo frío ya ¡eh!
- Claro Isa, estamos en pura transición.
- Luis tú estás hoy que todo lo das por hecho ¿no? 

    Nos reímos y tomo asiento, me da mucha alegría que estemos todos reunidos ¡lo necesitaba! 
   Después de un par de mojitos y millones de risas con estas locas, me levanto para ir al servicio y al doblar la esquina, a la derecha observo una pareja sentada... ¡No! Es Mateo con Carlota ¿qué hacen aquí? ¡Qué fuerte! Este no pierde el tiempo, ahora con la neurocirujana... Sin pensarlo dos veces me acerco a saludarlos y cuando estoy a un paso... Doy la vuelta ¿y por qué los voy a saludar? Paso... Giro la cabeza para ver si me han visto pero gracias a Dios ¡no! ¿Y estos dos desde cuando tienen amistad? Bueno, amistad ¡ja! A saber... Ya tengo ganas de irme a casa. Este jerezano me provoca dolor de cabeza, si no es por una cosa, es por otra. Salgo del baño y me lo encuentro de frente... Me sonríe para variar. 

- Hola Isabel, ¡qué sorpresa! 
- Este es el baño de chicas. 
- Lo sé.
- ¿Entonces?
- Quería tener la oportunidad de saludarte. Miré donde estabas sentada con tus amigos y te habías levantado, pero no te habías marchado ya que tu bolso continuaba en la silla, entonces he supuesto que estabas aquí y mira por dónde ¡bingo!
- Que sitio tan bonito para saludarme. 
- Es cosa mía ¿o te noto algo molesta?
- ¿Yo? ¿Por qué? Bueno quizás si, tú me molestas... Últimamente muchísimo. Hasta tu presencia me crispa los nervios.
- Eso es muy buena señal.
- ¿Tú crees?

   Mira para atrás como asegurándose de que no hay nadie y empieza a acercarse a mí mirándome fijamente...

- Claro que sí creo Isabel, me pasa exactamente lo mismo contigo y eso es muy buena señal ¡créeme!
- Pues mira que bien. Tienes razón... Así que no tendremos que fingir ese trato cordial que te comenté en la mañana. Directamente no tendremos trato y así cuidaremos de nuestros nervios mutuamente. Y ahora deja de mirarme y quítate del medio... Mis amigas me esperan y a ti te espera Carlota, con lo caballero que eres no querrás dejarla ahí sola tanto tiempo... Además, puede pensar que has pillado una repentina gastroenteritis viral y eso queda muy feo en una primera cita. 

   Sin decir nada mas lo dejo ahí y me dirijo a la mesa de mis amigas... No puedo evitar que me de la risa por lo que le acabo de decir a Mateo, pero antes de doblar la esquina del pasillo de los baños me coge del brazo... Yo no puedo aguantar mas y mi carcajada habla por si sola...

- Estas muy graciosa ¿no? Y por cierto ¿a ti quién te ha dicho que es la primera cita?
- Mírame Mateo, paso de ti.

   El se acerca mas...

- Repite eso otra vez...
- Paso de TÍ.

   Se acerca un poco mas y prácticamente tenemos los labios unidos y en susurro...

- Una vez mas...

   Mi corazón empieza a latir a mil por hora, provocado por sus labios entre abiertos frente a los míos y su mirada penetrante. La dilatación de su pupila me hipnotiza. Pero cojo fuerzas desde lo más profundo de mi para repetir esa gran mentira.

- Paso de...

   Acerca su dedo índice hasta mis labios impidiéndome continuar; y nuevamente en su habitual irresistible susurro...

- Mentirosa. 

   Estoy temblando, deseosa de sentir su boca y de pronto se aleja... Dejándome en la pared a punto de infarto, será...

- Isabel ¿estás bien? 
- Si Montse. 
- ¿Seguro? Te noto sofocada... Me pareció raro que tardaras tanto y por eso me acerqué a buscarte.
- Sois todas muy pesaditas, se pasáis el día preguntándome ¿estás bien? ¿Estás bien Isabel? Pues no lo estoy, claro que no. Dejarme en paz de una vez...
- Mira guapa has sido tú la que has venido. Nosotros ni siquiera te hemos llamado. Así que para presenciar esta Isabel amargada y borde en que te has convertido prefiero no verte y recordar a la de antes, me gustaba muchísimo mas. 
 
   ¡Joder! Nunca había visto a Montse así de molesta... La culpa la tiene estos malditos cambios de humor que últimamente me dominan, lo peor es que siempre los pago con quien menos merece. Tengo que controlarme de una maldita vez ¿qué me está pasando? Me acerco a la mesa y Montse no está. 

- ¿Y Montse? 
- Gracias a tu amabilidad se ha ido. Siéntate Isabel. 
- No Blanca ¿dónde está Montse? ¿Se ha ido?
- Si, por segunda vez; de hecho nos vamos todos.
- Dejar de mirarme así porque no matado a nadie...
- Cari, sabes que tengo una gran debilidad por tí. De hecho; te permito muchas mas cosas que al resto. Pero nos estamos cansando un poco de esta Isabel desagradecida y egoísta en que te has convertido. Llevamos semanas apoyándote, te hemos ayudado en todo lo que ha estado en nuestras manos pero, y tú ni siquiera te has preocupado de nosotros porque ¿sabes una cosa? También tenemos vida y problemas como todo el mundo, pero lo peor no es eso, es que cada vez que el viento sopla para otro sitio, lo pagas con nosotros. Así que vamos a complacerte de una vez y como tanto nos pides que te dejemos en paz, eso mismo vamos hacer... 
- Vete a la mierda Luis.
- No cari, me voy alejar de la mierda que es distinto. Así que cuando te alejes de esa peste que te rodea nos avisas, seguramente estaremos encantados de reunirnos con nuestra Isabel. 

   Se levantan y se van...

- ¿Tú también Blanca?
- Si Isabel, siento que lo de ayer no sirvió de nada... Cuando recapacites me llamas y por cierto, por si no te has dado cuenta, ahí detrás estaba ese jerezano tan guapo muy bien acompañado. Para tu información han salido juntos... Sigue así y conseguirás lo que buscas. Quedarte sola. Ahora me voy y si no te importa te repito lo mismo que te acaba de decir Luis, avisame cuando vuelva mi amiga. La echo mucho de menos.

   ¿Me han dejado sola? ¡Qué fuerte! Toda la culpa la tiene Mateo...

- Isabel ¿quieres algo? 
- Si Fernando, ponme lo más fuerte que tengas... Yo, aún no me voy.

   Me encuentro súper agobiada, siento una dominante rabia que me posee continuamente desde la muerte de Gustavo. Realmente desde su tradición no soy yo misma... ¿Podré algún día volver a ser esa Isabel que dicen todos? Me echo las manos a la cara suspirando... ¡Uf! Es cerrar los ojos y ver a Mateo; tengo que cambiar el chic ¡por favor Dios mío ayúdame! Mis amigas tienen razón, las trato fatal cada dos por tres... No me perdonaría perder mi amistad por este asqueroso carácter que tengo últimamente.

- Aquí tienes Isabel, cuando pruebes la copa te recordara a tus viejos tiempos.
- Gracias Fernando. 
- ¿Y usted qué va a tomar caballero? 
- Lo mismo que Isabel, gracias.
- ¿Qué haces aquí Mateo? ¿No te habías ido? ¿Y Carlota? ¡No me lo digas! La has dejado sola por mi ¿a que sí? 
- No hagas que me arrepienta de haberme sentado aquí contigo. Y para tu información Carlota es la que me ha dejado solo. Es mi prima, me la encontré y nos tomamos algo para hacer tiempo mientras llegaba Leonardo, su pareja. Desde que llegué aquí a Madrid no he tenido tiempo de hablar con ella y tomar algo con la familia, siempre es gratificante; mas aún cuando estás fuera de casa. 
- ¿Tú prima? Carlota es ¿tú prima? 

    Ains Dios ¡qué patético día! Me siento de lo mas ridícula. 

- Eso es, nuestras madres son hermanas. 
- Joder, ahora que lo dices Mateo, os parecéis. 
- Si, de pequeños aún mas. 
Bueno... ¿Mas tranquila? 
- Yo no estaba celosa Mateo, no te flipes.
- Te he preguntado ¿mas tranquila? No he dicho la palabra celos en ningún momento.
- ¡Ah no! ¿Qué significa mas tranquila entonces? 
- Pues eso mismo, me dijiste que te crispo los nervios hace alrededor de unos cuarenta minutos, justo ahí detrás, si quieres nos acerquemos y volvemos donde lo dejamos. 
- ¿Qué quieres de mí Mateo?
- Conocer esa encantadora Isabel de la que todos me hablan, aún no he tenido el placer...
- ¿Crees que no? 
- Bueno, algunos momentos si puedo destacar, concretamente los mejores de mi vida y por eso quiero mas. 
- Si los mejores momentos de tu vida lo has pasado conmigo; has debido tener una vida bastante aburrida... Porque vamos, tampoco ha sido para tanto.
- Para ti no pero para mí si. Además he dicho momentos, quiero mas momentos contigo, aunque pensándolo mejor creo que esos no volverán. ¿Qué es lo que te pasa Isabel? 
- Nada.
- ¿Nada? Y por nada te dejan sola tus amigas... Aquí hay una de dos, es que tus amigas no soportan esa actitud que tienes últimamente o simplemente es que no son tus amigas y no se porque me da el pálpito que encaja mas la primera opción.
- Eres tú Mateo. ¿No te das cuenta? Tienes la culpa de todo. 
- ¿Yo?

   Se echa a reír a carcajadas, esa actitud me enfurece aún mas...

- ¿De qué coño te ríes?
- ¡Está loca Isabel! 
- ¡PERDONA! Estás hablando con Isabel Espinosa, salvo vidas todos los días y curo a los enfermos al igual que tú. Estás faltando el respeto a mi profesión llamándome loca, y eso; no te lo voy a permitir.
- Disculpa Isabel, al interrumpirme no me dejaste acabar... Quería decir que estás loca por mi. 
- Tu no tienes vergüenza...
- Y tú tampoco, que vas por ahí regalando besos mágicos a cualquiera. Ahora, estas son las consecuencias.
- Te he dicho que te olvides de eso. Pudo ser cualquier otro, ¿cuantas veces tengo que repetírtelo?
- Tienes razón pudo ser cualquier otro, pero fui yo. Es lo que hay... Acéptalo, cuando abriste los ojos y me viste por primera vez te volví loca al igual que tú a mí y por eso saliste corriendo; porque yo no estaba en tus planes, no estaba en tus planes que tener esa reacción porque te gusta tenerlo todo bajo control y que salgan las cosas como quieres, pero esta vez no fue así; y lo peor de todo es que no lo reconoces. Eso te está matando al igual que la absurda culpabilidad que tienes metida en tu cabeza. Asocias la desafortunada muerte de Gustavo conmigo. Te castigas por lo que sentiste por mí, aún no habiendo roto con el, te engañas a ti misma y como lo sabes; te castigas alejándote de mi, siendo yo el daño colateral de tu absurda batalla sin sentido. 
- Mateo, eres muy pesado ¿te lo han dicho alguna vez?

    Nos echamos a reír los dos...

- Mas que pesado, insistente. 
- Tienes razón, la verdad que tienes razón en casi todo lo que me has dicho y precisamente mis amigas encajan en la primera opción, como bien has dicho antes. No lo estoy pasando bien Mateo. No sé que me pasa últimamente pero el mal humor me supera. Quiero estar bien, pongo todo de mi parte y de pronto me derrumbo nuevamente. Tengo muchos remordimientos con Gustavo, no debí llegar hasta final, solo me ha servido para hacerme daño porque no soy así, ¡yo no soy así! Pero me sentí tan utilizada, tan traicionada. Gustavo y yo hemos sido amigos desde la infancia, después pareja y enterarme que llevaba dos años engañándome me llenó de sed de venganza, de ira hacia él. Mi padre confiaba ciegamente en el y dejó su empresa en sus manos, dándole carta libertad en todo y encima el solo quería casarse para quedarse con el resto de acciones; imagínate cómo me sentía, mi rabia aumentaba por día y para colmo llegaste tú, que de una forma u otra también le fui infiel contigo y además me sirvió para darme cuenta que realmente no había estado nunca enamorada de él; era comodidad, era un gran amigo que se convirtió en novio al que quería muchísimo pero del que nunca estuve enamorada; por eso no debí de hacer lo que hice y lo peor es que el pasado no se puede cambiar. Llevo un mes despertando de madrugada con pesadillas, puedo verlo en sueños con Carmen y me culpan de estar muertos; otras veces veo su sombra tras de mí en sueños y el miedo que me provoca es aterrador... A veces siento que me estoy volviendo loca porque no puedo mas.

   Me derrumbo sin consuelo, las lágrimas no dejan de correr por mi cara y lo peor es que no me veo capaz de parar.