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domingo, 24 de mayo de 2015

Contiruará...


   "No quiero" no dice un adiós... Sólo un hasta luego. Pronto tendréis más información sobre la publicación de esta historia que os encanta leer y a mi, escribir para tod@s vosotr@s.
   Antes que nada quiero trasmitiros y aclarar que Valentina no termina aquí, sólo es una interrupción hasta que esté lista la edición completa y AL FIN tengáis el libro vuestras manos. ¿Nos os apetece leer hasta saciaros? No, el agradable tostón de tener que esperar al domingo siguiente y así sucesivamente... Aunque, ¡eso si! no podéis negar, que todo esto, ha sido un gusanillo interesante. Del cuál yo misma, he sido participe de el nerviosismo que provocaba. Vosotras por leer y yo por ver la repercusión. Cada domingo, al final del día, miro el número de visitas del blog y no puedo describir la satisfacción personal que obtengo, cuando semana tras semana la cifra continúa aumentando y difundiendose con tanta fluidez. Alcanzando cada vez a más países... (Lo definiría como magia) Por ello, quiero compartirlo con vosotr@s y comunicarles que seréis l@s primer@s en tener noticias... Desde aquí doy las gracias a todos mis seguidores de Facebook, Instagram, Twitter y por supuesto a tod@s l@s lector@s del blog. 
El próximo domingo os dejaré un regalito que estoy preparando para tod@s vosotr@s... 

Capítulo XVIII



   Estoy terminando de maquillarme para vestirme...

- Valentina, ya estoy lista ¿te queda mucho?

   Entra Jimena en la habitación y está espectacular con su vestido de Versace... 

- Estas guapísima Jimena.
- Tu estás muy porno... Venga vístete rápido que los chicos están listos. 
- ¿Dónde están?
- En la terraza, se están tomando una copa...
- Me queda los labios y termino.
- ¿Cuál te vas a poner al final? 
-  Valentino... La ocasión lo merece y además estoy loca por estrenar mis sandalias de strass. 
- Nuestras tarjetas aún están echando humo Valentina. 
- ¡Ay si Jimena! Nos hemos pasado... Gerard cuando me vio entrar, estaba asustado. 
- Pero bueno no debemos tener remordimientos para eso trabajamos tanto.
- Pues sí Jimena. Nos lo merecemos. Ya estoy lista. Vamos. 
- Valentina los regalos de Antonella y Donata ¿Dónde están? 
- Gerard los bajó al coche. 
- Perfecto, entonces ¡vamos! 

                           ...

   Llegamos... El sitio es espectacular ¡Vaya fiesta de cumpleaños! En seguida se acercan las anfitrionas... Abrazan a su hermano con muchísimo ímpetu. 

- Valentina qué alegría que hayas venido... Le he ganado la apuesta a Donata.

   ¿Apuesta? Se echan a reír Gerard y Antonella.

- Si, has ganado hermanita. A ver Valentina, yo dije que no vendrías y Antonella que si. Y al final estas aquí.
- Por nada del mundo me hubiese perdido vuestra fiesta de cumpleaños.

   Nos reímos los cuatro. Y se acercan Jimena y Pedro.

- ¡Chicas felicidades!
- Gracias Jimena... Nos encanta que estés aquí... 
- Mi trabajo me ha costado. Aquí vuestro amigo Pedro estaba haciéndose el remolón.
- Con qué... ¿Esas tenemos Pedro?
- Ya sabes que no me gustan mucho las fiestas Donata.
- Pero tu sabes que eres parte de nuestra familia y no puedes faltar a nuestro cumple... 
- Tienes razón Antonella.

   Mientras seguimos hablando, se acerca Ignazio y Aurora a saludarnos tan amables como siempre... Observo a lo lejos a Mateo con una espectacular mujer que se dirige hacia nosotros.

- ¿Qué tal hermano? Es más fácil verte aquí que en Barcelona.
- Me tienen secuestrado.

   Gerard le guiña a Mateo y saluda a ese portento de mujer...

- Valentina, ella es Alessandra.
- Encantada Valentina. 

   ¡Qué fuerte! Ella es esa tal Alessandra seguro... Me estoy poniendo de los nervios. 

- Lo mismo digo Alessandra.
- Te felicito Gerard.
- Gracias Alessandra.

   ¿A qué se debe esa imnecesaria felicitación? Mateo saluda a Pedro y a su vez Pedro con mucho entusiasmo también a Alessandra. Mateo le presenta Alessandra a Jimena como una amiga de la familia. 

- Nena, ¿Qué quieres tomar? 
- Lo más fuerte que tengas en el bar.

   Gerard se ríe, me coge de la cintura y me da un beso en la mejilla. 

- ¿Qué te pasa tontita?
- Es ella Alessandra. ¿Tú Alessandra? 
- Es la misma. Pero de mía nada. Será de su padre y madre. Ven conmigo.
- Por cierto Gerard, yo no he secuestrado a nadie... No me ha gustado nada ese comentario.
- Nena, ha sido una broma. 

   Me coge de la mano y me presenta a un par de invitados... Seguidamente vamos a por una copa. Yo intentó disimular lo mejor que puedo pero los celos me están matando. Observo a Jimena como se desenvuelve como pez en el agua con todos... Respiró hondo.

- Valentina... Te noto agobiada. No estarás así por Alessandra ¿verdad? 
- Yo, ¡para nada!
- Ese para nada ya lo estoy empezando a conocer. Alessandra no significa nada para mi y tu todo. Sólo quería que te quedara claro ¿entendido?
- Te he dicho que nada que ver con ella ¿entendido? 
- Así me gusta nena. Ahora vamos a pasarlo bien.

   Intento desconectar del tema. Soy una mujer segura, no me puedo permitir estas bobadas. Nos acercamos y Mateo sigue allí, pero ella no. Jimena les está contando a las chicas la tarde de compras que hemos tenido y ellas se ríen mucho con su expresividad. 

- ¿Qué tal el viaje Valentina?
- Muy bien Mateo. Corto.
- Las cosas buenas siempre se hacen cortas.

   ¡Ay Dios mío! Ahora me estoy rayando porque me ha venido a la cabeza la pregunta de Sofi de otro día ¡qué necesidad! De repente se apagan las luces y no podía ser otra cosas que el momento súper tarta...

- Valentina ¿vamos al baño?
- Espera Jimena, cuando soplen las velas vamos. Yo también estoy deseando y de fumar más. Así que primero salimos fuera.
- Vale.

   Por fin terminan de soplar las velas y ahora que empiezan abrir los regalos, aprovecho para salir fuera con Jimena.

- Valentina. ¿Has visto a la acompañante de Mateo? Una amiga de la familia dice que es. Esa tiene pinta de comérselo todo.

   Se ríe a carcajadas... 

- ¡Ay Jimena! Cállate.
- Pero, ¿qué te pasa? Tu tienes hoy la bipolaridad por las nubes...  
- Alessandra fue novia de Gerard. Justamente hablamos de eso en la isla. 
- ¿Y qué coño hace aquí? 
- Pues tu lo has oído igual que yo. Es una amiga de la familia.
- ¡Qué necesidad!
- Ninguna Jimena. No me gustó desde que oí su nombre en la isla. Ahora que la he visto aún menos.
- Valentina. Nada que ver contigo ¡eh! Lo que pasa que es muy alta y rubia, por eso llama tanto la atención.
- Mira Jimena no me consueles como la que tiene un ataque de celos ¡eh! 
- Es que lo tienes amiga. 
- No digas tonterías.
- Valentina, estas hablando conmigo. 
- Jimena que no, de verdad, simplemente no me gusta. No se por qué.
- Porque ha sido novia de Gerard, ¿por ejemplo? 
- Mira paso... Vamos dentro.

   Entramos. Está todo oscuro solamente iluminada la zona de baile. Pedro coge de la mano a Jimena llevándosela a bailar y yo busco a mi piloto con la mirada que para mi desafortunada sorpresa está con Alessandra bailando ¡metiste la pata Gerard! Pero hasta el fondo...
De pronto una voz en mi oído. 

-¿Te han vuelto a dejar sola? 
- Paolo... ¿Qué haces aquí? 
- Como te dije vine a Italia por unos asuntos e Ignazio en seguida lo supo, me invito al cumpleaños de sus bambinas. 

   Inesperadamente empieza a sonar un tango ¡qué me gusta! Así que ésta es la mía... Sin más me llevo a Paolo a la zona de baile y para mi sorpresa se desenvuelve bastante bien... Me olvido del mundo y me centro en uno de mis bailes favoritos, más aún con un hombre tan guapo y que sabe bailarlo tan bien... El está como loco, cada vez pega más su boca a la mía y yo saboreo mi inesperada pero acertada venganza. De repente me coge del brazo Gerard y dándome un giro me coloca frente a el, rodeando con su brazo mi cintura a la vez que me aprieta contra el... Continuo bailando pero ahora con mi piloto celoso, que me acaba de dejar atónita de como baila tango, con unos giros perfectos dejando ver el hombre alfa que lleva dentro. Está serio pero apasionado y yo me siento victoriosa por el resultado obtenido... Lamentablemente llegó el final y con el, un caluroso beso público. 

- ¡Gerard!
- ¿Ahora qué?
- ¿Por qué me has besado en público? 
- Porque era imposible resistirme a esa boca que me tiene loquito. 
- Suéltame... ¡Contenta me tienes!
- Tú a mi ¿no? 

   Nos interrumpe Jimena.

- Bueno, bueno, parejita... Vaya momentazo que habéis tenido. ¡Qué barbaridad!

   Gerard y Jimena se ríen... Se acerca Alessandra.

- Gerard, ¿puedes venir un momento? 
- Si, enseguida vuelvo.

   Me guiña y se va...

- Valentina, te está provocando. Así que tranquila. Muéstrale indiferencia porque si no, se sentirá victoriosa y además le sumará puntos con Gerard porque ella es un encanto y tu no sabes comportarte ¿ok? 
- A mi ¡ya ves! Como si se lo quiere comer... 
- Ay Amiga, que orgullosa eres... 
- No empieces Jimena. 
- ¿Qué casualidad Paolo aquí, no?
- Es muy amigo de Ignazio. Ayer me comento que venía a Italia y como es de lógica Ignazio en cuanto lo supo, lo invitó... 
- Yo cuando te vi bailar con el casi me da un ataque... A Gerard otro lógicamente. Dejó a Alessandra para separaros... Me ha encantado ese momento delante de todos. Y ese beso del final como diciendo... ¡Cuidado Paolo, Valentina es mía!

   Se ríe sin parar...

- Mira Jimena, de verdad que cuando entramos y lo vi bailando con Alessandra casi me hiperventilo. ¿No había más mujeres? Pero a Dios gracias, estaba el buitre de Paolo al acecho y la verdad me sirvió de mucho. 
- No lo dudes... Pero si te digo una cosa. Paolo, está coladito por ti. Y por lo que veo, le da igual que estés con el hijo de Ignazio. Así que mucho cuidado. 
- No está nada mal para tenerlo de repuesto.
- ¡Uy Valentina! Que pronto aprendes. Tu sigue provocándolo que Paolo va a dar un reventón de testosterona en cualquier momento. Míralo, allí en frente lo tienes, mirándote ¡qué descaro! 

   Me giro, lo miro y si Gerard está con Alessandra, ¿por qué yo no voy a estar con Paolo?

- Jimena ahora vuelvo...

   Me dirijo hacia Paolo que me mira con una gran sonrisa y me interrumpe el paso Gerard.

- ¿Dónde vas? 
- Hablar con Paolo ¿por?
- Por nada... Tu sabrás lo que haces. 

   Ni le costesto y sigo hacia delante. Me coge del brazo... 

- Yo me voy ya... ¿Tu qué haces? 
- ¿Ya?
- Si, ¿qué pasa te quieres quedar hasta el final? 
- Claro que no. Si te vas ¿qué sentido tiene que yo este aquí?
- No se, tu sabrás si se te ha perdido algo...
- A mi nada y ¿a ti?
- Vamos.

   Me coge de la mano y nos dirigimos fuera...

- Gerard espera, mi bolso. Además no me voy a ir sin despedirme.
- De ¿Paolo?
- De Paolo no, de tu familia ¿no? 
No procede...
- Te espero fuera.

   Se gira dándome la espalda y se enciende un cigarro. 

- ¿Qué te pasa Gerard? 
- ¿Aún sigues aquí?
- No me vaciles. 

   Me mira muy fijamente...

- No me toques los cojones Valentina. 

   Me doy la vuelta, entro, cojo mi bolso, me despido de las gemelas y de Aurora. Salgo porque a los demás no los veo y con el cabreo que tengo lo mejor será mejor que me vaya ya. 
  Ahí esta Gerard de espaldas, con las dos manos en los bolsillos del pantalón. Paso delante suyo y bajo las escaleras lo más rápido que puedo para coger el primer taxi que encuentre. 

- ¡Valentina! ¡Valentina!

   Viene detrás... Yo acelero el paso y me meto en un callejón para despistarlo. 

- ¡Valentina! 

   Ya me ha visto. ¡Mierda!

- Nena para por favor... 
 
   Me hago la Sueca y sigo hacia delante... Acelera el paso y me alcanza. Me para contra la pared con las manos en paralelo y me mira. Yo creía que me iba a echar la bronca ¡pero no! Me besa apasionadamente, aquí en medio, en una calle cualquiera de Milan a oscuras y solos. Cuando me besa así yo me rindo por completo. 

- ¿Dónde ibas tan rápida? 
- Al aeropuerto. 

   Se pasa la mano por la cabeza y empieza a reírse...

- No creo hubieses sido capaz.
- Ponme a prueba. 

   Me coge literalmente como un saco de patatas y me saca de ese callejón oscuro yo pataleo para que me suelte mientras el se ríe y me da cachetes en el culo para que me este quieta... Cuando llega la luz me baja.

- ¿Qué haces Gerard?
- Joder pues soltarte, no es lo que querías...
- Mira, mejor déjame.

   Me voy andando hacia delante y escucho sus carcajadas...

- Pero nena ¿dónde vas? Es por aquí.
- No es por aquí, crees que no tengo orientación. Se perfectamente que hemos venido por aquí. 
- Si nena, pero para el aeropuerto es por el otro lado.

   No puedo evitar reírme al ver su cara de titiritero. Se acerca a mi rodeando mi cintura y de un sólo movimiento me sitúa en la línea de su sonriente boca... 

- Nena, ¡qué difícil eres! No pierdas el tiempo que tenemos, en enfados tontos... 
- Gerard, no me vuelvas hablar así. No te lo permito.
- ¿Así como?
- Sabes muy bien por donde voy Gerard... 
- No me gusta Paolo, ya te lo he dicho y tú sigues y sigues.... 
- A mi no me gusta Alessandra y lo sabes.
- No es comparable. Valentina, es un amiga de la familia. Han pasado muchos años desde que estuve con ella. Éramos unos niños. No significa nada para mi ya te lo he dicho. 
- Pues lo mismo Paolo, es mi cliente y casualmente también un amigo de tu familia. 
- Valentina, sabes igual que yo que no. Además Paolo es amigo de mi padre. No de la familia. 
- Mira paso del tema... Tu entiendes lo que te conviene.
- Nena, ¿te estas dando cuenta? 

   Empieza a reírse parando el paso...

- Esto es un batallita de novios en toda regla... 
- Ay, Gerard no digas tonterías. 
- Me encanta.
- No se dónde le ves el encanto, además, de batallitas llevamos desde el primer día.
- No nena, no es lo mismo.

    Vuelve a parar el paso y frente a mi...

- Valentina me estoy enamorando de ti. O mejor dicho, ya lo estoy. 

                                       Continuará...

domingo, 17 de mayo de 2015

Capítulo XVII



   Al fin llego el fin de semana... Hoy no me molesta que suene el despertador, ni el estrés que pueda haber dentro de mi agenda. Hoy a medio día me voy a la bella Italia de la mano de mi Gerard. 

- Buongiorno nena... No me tardes hoy ¡eh! 
- Non è il mio amore. Non oggi.
- Ummm no me hables así de cariñosa y en italiano, que no me controlo.
- Cosquillas no, por favor...

   ¡Menos mal que ha parado! Qué mal lo paso... Entro en el baño para ducharme y vestirme.

- Nena, el café esta listo.
- Voy...

   Me lo tomo rápidamente, le doy un beso y cojo el bolso para salir... 

- Avísame cuando termines para recogerte ¿ok?
- Ok. 
    Mientras cruzo la peatonal de La Rambla no puedo evitar reírme sola... Ahí estaba hace nada Gerard, dentro de un coche y yo sin saber que existía. No puedo estar más agradecida a la vida y a pesar de que dentro de mi, tengo el resquemor de Victoria, se que ella donde esté, se alegrará de verme tan feliz. Suena mi teléfono... Es mamá.

- Valentina cariño, ¿ya te has ido?
- No mama, voy para la oficina. ¿Te pasa algo? 
- No Valentina, sólo que ayer te dejaste en casa el cargador del portátil.
- ¡Ay si! Es verdad no la encontraba y mira... Estaba allí. De todas formas no te preocupes no pasa nada. Tengo otro. 
- Valentina quiero que sepas que tu padre y yo estamos muy orgullosos de tu cambio. Tienes una fuerza para enfrentarme a las cosas envidiable hija. 
- Esa fuerza la aprendí de vosotros... Así que cuando me mires quiero que observes tu propio reflejo. 
- Valentina calla, no quiero emocionarme. Ten cuidado cariño y dale un beso a Gerard. 
- De tu parte, otro muy grande para vosotros. El lunes ya me pasaré a veros. Te quiero mamá.
- Yo te quiero más mi vida. 

    Suena mi teléfono...

- Dime Jimena.
- ¿Dónde estas?
- A punto de subir al ascensor... ¿Tú dónde estas? 
- Esperándote.
- Ok. Te veo en un minuto...

   Noto a Jimena nerviosa ¿qué le habrá pasado?

- Bon dia, Carlota.
- Bon dia, Valentina.

   Entro en el despacho de Jimena y ahí está... Muerta de nervios mirando un ramo XXL de rosas blancas. 

- Corre Valentina, hazme una foto para Instagram. 
- ¡Pero bueno! Eso que es... ¡Qué barbaridad! 
- Me lo ha mandado mi Pedro. Casi me hiperventilo cuando lo vi.
- ¡Ay Dios mío! Y esto a que viene...
- A que va a ser... Que lo tengo loco. Hoy si, mañana no, así voy con el y me está funcionando para engancharlo. Venga hazme ya la foto. 

   Le hago la foto y cuando la ve empieza a gritar histérica... La verdad que el ramo es para volverse loca. 

- Dale a me gusta ya Valentina.
- Ya voy...
- ¿A qué hora te vas? 
- Tengo el vuelo a las cinco y media. Así que no me entretengo más que lo quiero dejar todo listo antes de irme.
- Vale, entonces nos vemos a tu vuelta. 

   Me abraza y me llena de besos como si me fuera al fin del mundo...

- Pásalo bien amiga y ponte el vestido nuevo que vas a ser la más guapa de la fiesta. 
- Eso no lo dudes...
- ¡Claro amiga! Pero que no se te olvide que eso va a ser posible porque yo, no voy contigo.

   Nos echamos a reír y nos interrumpe Carlota. 

- Valentina, está aquí el 
Sr. Fabianelli.

   Miro a Jimena con cara de espanto y ella se ríe...

- Al lío Valentina. 

   Salgo y lo saludo...

- Paolo ¿Tú por aquí? Habíamos quedado el lunes...
- Si Valentina, lo que ocurre es, que salgo para Italia en tres horas y voy aprovechar para arreglar unas cosas... No volveré hasta el jueves más o menos. 
- Sin problemas, Paolo. No debías de haberte molestado en venir. Me podías haber enviado un e-mail. 
- Estaba de paso... No ha sido molestia alguna. ¿Te apetece un café? 
- No, gracias Paolo. 
- Dámelas después del café. 
- ¿El qué?
- Valentina, las gracias. 

   ¿Este tío de qué va? No quiero ponerme borde porque es un cliente pero, me está tocando las narices ya.

- Quizás otro día que este menos ocupada. 
- Te tomo la palabra.Y ahora me marcho.

   Si vete ya...

- Que tengas buen viaje. 
- Grazie Valentina. Hasta mi vuelta. 

   ¡Madre mía! Como me mira este hombre, me intimida muchísimo. Sale Jimena y delante de Carlota...

- Valentina, este tío te quiere follar muy fuerte. 
- ¡Jimena! 

   Carlota suelta una carcajada... Y seguidamente se retira. 

- Se te va Jimena. Yo de verdad ¡eh! 
- Ya veras como no me equivoco. Te desnuda cuando te mira. Es un descarado vamos... 
- No voy a perder mi tiempo hablado de esto porque me estoy poniendo de mala hostia. 

                          ...

   Y por fin estoy en el aeropuerto rumbo a Milán. Mi piloto no podía vivir en otro sitio de Italia que en una de las ciudades más importantes de la moda... ¡Estoy de los nervios porque llegue mañana para ir de compras! 

- Gerard, mañana me vas a llevar hacer unas compras ¿verdad? 
- Si claro, como no, llevas la maleta vacía... No tienes nada que ponerte. 
- Ay Gerard, es que me encanta tu ciudad, cada vez que puedo me escapo con las chicas... 
- Mañana por la mañana voy aprovechar hacer unas cuantas cosas, tu te vas de compras sola. No te perderás, sólo tienes que bajar de casa y tienes todas las tiendas que quieras. ¡Vas a conocer mi ático nena! Te va a encantar, todas las habitaciones tienen vista a la terraza que a su vez domina Via Montenapoleone y Via Matteotti.

   Jimena se muere cuando se lo cuente...

- ¡Nene! vives en el paraíso. 
- Eso dicen todas...
- ¿Cómo que todas?

   Le pongo cara de enfado y le doy una palmada en el brazo... Seguidamente nos echamos a reír y me da un beso. 

                           ... 

   Nos bajamos del taxi y entramos en el ático de mi Gerard. La curiosidad me está matando... Una vez dentro, me encuentro con un espacioso hall de entrada que conduce al salón con el comedor, más adelante una espaciosa y cuadrada cocina, una sala y una habitación que comunica con un cuarto de baño diáfano ¡Me encanta! Todo decorado con mucho gusto y poco recargado. Subimos a la parte de arriba y me encuentro un espacioso salón con chimenea y cuatro sofás vintage de diseño isabelino tapizados en piel desgarrada en color chocolate y una enorme mesa baja encima de una alfombra del siglo XX. Observo el cuadro de encima de la chimenea y es una joya de Miguel Ángel. Salimos a la terraza y aquí muero... cuando observo la vista que me ofrece este espacio abierto situado en todo el corazón del distrito de la moda, considerada la zona más elegante de toda la ciudad. 

- ¿Te gusta nena?
- Me encanta Gerard. Vivir aquí tiene que ser una pasada... Yo amo a Milán. Es una ciudad súper metropolitana ¡Me chifla! Es una pena tener esta maravilla cerrada.
- La verdad que echo mucho de menos estar aquí. La niebla de las mañanas y ese olor a café de bar que te envuelve... Milán tiene un color diferente, me encanta el aspecto severo y fuerte de sus edificios (algo parecido a Londres)  Mi barrio bohemio (Navigli) lleno de músicos, artistas, escritores, etc... Por no hablar de la noche blanca de la moda ¡una locura! Todo lleno de turistas que vienen expresamente a comprar esa noche, ¡es una maravilla! No se... Es todo en general. Echo de menos hasta los Rusos. 
- Gerard, como hablas de tu ciudad es conmovedor, se nota que lo pasas mal fuera de aquí...
- Pasarlo mal exactamente no, sencillamente te acostumbras, lo que si tengo es, ese vacío de la añoranza de mi tierra. Pero también te digo que después se me quita todo, porque el amor por mi profesión es más fuerte. Como te comenté una vez, es un sueño convertido en realidad. Cuando piloto entro en un total éxtasis, es difícil entender mi manera de pensar y me encanta defender lo mío. Los americanos son muy patriotas y con ellos me identifico bien. Estoy cómodo allí... La verdad.
- Pues me alegro entonces y realmente puedes venir cada vez que quieras... ¡Además con lo poco que trabajas!

   Nos echamos a reír mientras dejamos la terraza y nos dirigimos abajo. 

- Valentina coge el bolso vamos a dar una vuelta... ¿Te conoces bien Milan? 
- Hombre conocer, conocer... No. Vengo poco, normalmente en la semana de la moda... Zona de tiendas y poco más. 
- Conoces... ¿Salón de la Milán?
- Dicen que fue el primer centro comercial de la historia, si no me equivoco empezó como Galería Victtorio Emanuele II, en 1878 y además es una maravilla arquitecta por su diseño entre el vidrio y el hierro que forman su alta cúpula. Pero lamentablemente aún no he tenido el placer de conocerlo. 
- Joder nena, que nivel cultural. 
- Soy arquitecta Gerard.
- Lo que eres es un cerebrito. 
Vamos, prepárate para ir de shopping a un centro comercial de verdad... Pasearás mientras compras por donde se filtra el cielo milanés y donde confluyen las dos calles que separan la plaza del Duomo de la plaza de La Scala. Te va encantar...

                           ...

   Abro los ojos y encuentro una bandeja con mi desayuno en la mesita de noche ¡qué detalle! Una rosa roja y una nota de mi Gerard...  
   "Sei bella dormire. Ti amo"
¡Ay Dios mío! Pataleo sola en cama de la felicidad... Cojo la bandeja y salgo a la terraza para desayunar allí tranquilamente. 
   Me doy una ducha y me visto a lo Julia Roberts en Pretty Woman con pamela incluida y vestido entubado. Mis Valentinos para aguantar lo que me echen... Y lista para salir.
   Nada más bajar me llena el olor a café de bar que ayer comentaba Gerard... Cojo mi teléfono y llamo a Jimena.

- ¡Ay amiga! No contaba con esta llamada ¡qué ilusión! ¿Cómo estas? 
- Jimena, agárrate. 
- ¿Qué pasa? ¡Dime ya! 
- ¿Sabes donde estoy? ¿Sabes donde tiene mi piloto un ático de 200m2 que te mueres? 
- ¡Ay Dios mío! ¿Dónde? Venga ya...
- Via Montenapoleone.
- ¿Qué dices tía? ¡Qué fuerte! Ocho mil euros a la semana cuesta el alquiler de un apartamento en aquella zona Valentina. 
- Si es muy fuerte, yo sabía que Gerard está bien y tal... Pero a este nivel...
- Pues yo espero que Pedro esté al mismo porque si no, lo descambio. 

   No puedo evitar reírme con las cosas de esta Jimena...

- Si es que no puede ser, si es que yo debería de estar ahí contigo, joder.
- ¡Ay si Jimena! 
- ¿Qué pasa que tus cuñaditas no han invitado a su fiesta de cumpleaños a mi Pedro?
- Pues, no se... La verdad. Gerard no me ha comentado nada.
- Ahora mismo voy a llamar a Pedro para preguntárselo. 
- ¡Qué dices! 
- Lo que oyes.

   Me cuelga... Sigo paseando y me siento a tomar un café y fumarme un pitillo ¡me apetece! Enseguida se acerca el camarero.

- Ci vorrà la signorina.
- Caffè con zucchero due volte, grazie.

   Suena mi teléfono es Jimena... 

- Valentina.

   Mi Jimena tiene voz de derrotada.

- Dime...

   De la derrota pasa a la histeria...

- Qué ya no eres la más guapa de la fiesta... Que Pedro y yo vamos al cumpleaños de los clones. 
- ¡Qué me dices! ¡Qué alegría! 
- Es mentira. Es que eso es, lo que me hubiese gustado.
- Jimena, tu no estas bien. ¿Qué te ha dicho Pedro?
- Que si, que está invitado, pero que le apetece más estar conmigo a solas...
- Si claro, ese lo que está es caliente perdío. Escúchame son las nueve y media sólo. Yo se que hay un vuelo a Milán a las once y media. Llegarías a la una. Te coges el trolley metes cuatro cosas y te vienes a Milán. Yo ahora te compro el vestido para esta noche ¿te parece? Demuéstrame que es verdad que tienes loco a Pedro.
- Hecho. 

   Me vuelve a colgar... Me estoy riendo por dentro porque se que va a venir como que se llama Jimena. Llamo a Gerard.

- Buongiorno amore mio.
- Buongiorno Gerard.
- ¿Dónde andas? 
- Aquí tomando un café... Sola.
- Ummm. Te estoy imaginando, muy sexy con un vestido tubo en color nude, tu café y tu pitillo en la boca... Hablando por teléfono con tus gafas de sol y tu pamela mirando hacia un lado, con ese cruce de piernas que vuelve loco...
- Joder Gerard. ¿Cómo sabes eso? 
- Estoy justo en la cafetería de enfrente... Te llevo observando desde que te has sentado. Hablando con Jimena seguramente, por tu delatadora sonrisa, debe ser ella.

   Me cuelga. Miro y lo veo apoyado en una vespa, con las manos en los bolsillos... Se incorpora mirándome y viene hacia mi. ¡Qué guapo por favor! Llega a mi y me sonríe...

- Cuando te pones así, me asustas. 

  Se sienta a mi lado y me da un beso. Hoy es puro italiano. Está contagiado por el ambiente... No puede estar más guapo con sus Ray-Ban clubmaster en carey y cristal de espejo y para completar lleva un pantalón marfil, con unos blucher caramelo que hace juego con su cinturón, camisa blanca de fina raya horizontal en color celeste, y chaqueta lino de color tabaco. ¡Me encanta! 

- Después en casa, si que te vas asustar... Me tienes malo desde primera hora de la mañana, así que no respondo. 
- Yo tampoco respondo. Porque hoy estas increíblemente guapo. 
- Me gusta mucho, que te guste... 

   Gerard paga mi café, nos levantamos y me ofrece su brazo que yo acepto encantada. Vamos paseando mientras le voy contando mi conversación con Jimena. El se ríe sin parar porque al igual que yo, sabe que con lo que le he dicho a Jimena, vendrá seguro.

domingo, 10 de mayo de 2015

Capítulo XVI


   Suena el despertador nuevamente ¡oh no! No tengo ni pizca de ganas de ir a trabajar...

- Bueno días preciosa.
- Ains Gerard... Que pereza.
- Quédate conmigo...
- No puedo. 
- Si puedes Valentina.
- De verdad que no puedo Gerard. 
- Pues ve a trabajar más tarde... 
- He quedado a las diez con un cliente. Con el amigo de tu padre precisamente, ese tal Paolo.
- ¿Con Paolo? ¿El cirujano?
- Si.
- ¿Qué quiere ese?
- Construir aquí.
- No me gusta nada ese tío.
- Es un cliente Gerard.
- Qué vaya Jimena. Quédate conmigo y desayunamos... Después te dejo en la oficina.
- No puedo. No me digas nada más. Además he quedado yo con el. Jimena tiene otras cosas también. Estamos saturadas.
- ¿Y por qué tú? 
- Porque quiere que vaya yo. Me recoge a las diez en la oficina.
- Eso no me gusta nena.
- ¡Gerard! Es un cliente... 
- Os acompaño.
- ¡Qué dices! ¿Estas loco? Por ahí no paso. Es trabajo.
- Te llevo al trabajo ¿ok? No acepto un no.
- Vale. 

   Me levanto de la cama sin ninguna gana y está vez mi piloto me acompaña al desayuno. Está callado, pensativo... No debería de haberle dicho nada de Paolo. 

- ¿Qué te pasa Gerard? 
- No se nena... 

   Me coge de la cintura, me acerca a el pegando su cara a la mía y suspira... Lo beso y noto un Gerard preocupado. No se por qué, no tiene de que preocuparse pero si es verdad que ese tal Paolo no le gusta a nadie... Le quito las manos para ducharme sin ninguna gana. Miro el reloj... ¡Se me viene la hora encima!

- Gerard me ducho y me tengo que dar prisa... mira que hora es ya.
- Hoy comemos juntos o ¿tienes planes? 
- Si tengo planes, contigo.

   Le guiñó y el me sonríe... me dirijo al baño y seguidamente me visto rápida mientras el se ducha. Para hoy elijo un mono marfil de pata elefante sin mangas y escote V en la espalda, me maquillo, mi melena suelta y lista.

- Gerard ya estoy lista ¡vamos! 

   Me da un cachete en el culo... 

- Estas muy guapa.
- Gracias... 

   Bajamos en el ascensor al garaje para coger mi coche y cuando abro el maletero veo dos bolsas regalo de Céline con unas maxi lazadas ¡me encanta! Me hago la disimulada. ¿Qué será? ¿Por qué no me lo ha dado? Llegando a la oficina ya no puedo aguantar más...

- Gerard, ¿y esas bolsas del maletero? 
- Son para Antonella y Donatta. 

¿Qué? Esto es muy fuerte... 

- Su cumpleaños es este sábado. Ahora voy a comprar los billetes.
- ¿Los billetes?
- Si nena. Tu vienes conmigo. No tienes excusa es fin de semana. No trabajas.
- ¿Por qué no me dijiste nada anoche? 

   Me mira pícaramente...

- Porque tenía cosas más importantes de las que ocuparme... Además te lo iba a decir hoy al medio día pero... te has adelantado. 
Pensabas que esas bolsas eran para tí ¿verdad?
- ¿Yo? ¡Para nada!

   Empieza a reírse...

- El tuyo está en casa, en tu vestidor, por lo que veo no te has dado ni cuenta... No iba a dejar a mi otra niña sin regalito.

   Me guiña y yo me muero de curiosidad de saber que es... ¡Ay Dios mío! ¿Cómo no me he dado cuenta? Si es que voy corriendo y a la ligera...

- ¡Ay Gerard! Para que te metes en nada...
- Eso digo yo... ¿Para qué tuve que venir a Barcelona?
- ¿Qué pasa te arrepientes?
- No, pero he pasado de ser independiente a depender de tus besos, de tu mirada, de tu olor, de tus caricias... 

   No puedo evitar reírme... El se contagia enseguida y ya hemos llegado. Le doy un beso antes de bajar...

- ¿Dónde vas? 
- A trabajar...
- ¿Un pitillo?

   Ains no puedo decirle que no... Son menos diez así que me dará tiempo mientras llega Paolo.

- Esta bien...

   Salimos del coche y se apoya en el... Está guapísimo, tan moreno, con esa barba de tres días, esa camisa celeste desaliñada y esos vaqueros que no le pueden caer mejor. A esto, estaciona un Audi negro A-8 detrás de mi coche y es Paolo se baja a saludar y yo me siento súper violenta... 

- ¿Qué tal Valentina? Gerard.

   Gerard lo saluda con una falsa sonrisa y mientras le da la mano apretandosela ¡madre mía! Que necesidad de situación. Estoy muriéndome de vergüenza. 

- Valentina ¿nos vamos?
- Si, Paolo.
- Hasta luego Gerard. Me alegro de verte. 
- Adiós Paolo.

   Paolo tan educado como siempre se dirige a su coche...

- ¿Por qué le has apretado así la mano a Paolo?
- Tranquila nena. Es lenguaje masculino. El me ha entendido... ¿A qué hora te recojo?
- A las dos. 

   Me coge de la cintura...

- ¿No me das un beso?
- Gerard por favor...
- Uno cortito.
- Gerard ¡no! 
- Valentina ¡si!

   Le doy un beso corto y me muerde el labio, me giro y me voy sin mirarlo... ¡Qué vergüenza! Me subo al coche de Paolo y veo como Gerard se marcha en el mío ¡menos mal!

- Valentina te importa que pase un minuto por la clínica. Tengo que recoger una cosas.
- Si no vas a tardar...
- Sólo un minuto.
- Está bien. 

   No quiero ni mirar a Paolo. Vaya tela con Gerard. Pero en realidad me encanta... Si está así de celoso es porque tiene miedo de perderme, sin darme cuenta sonrío.

- Ya estamos aquí Valentina. En seguida vuelvo.

   Suena el teléfono y es Jimena...

- Buenos días, ¿te quedaste dormida? 
- No, estoy con Paolo de camino al solar. 
- ¡Ay que susto! ¿Cómo no has subido a verme antes de irte?
- Después te cuento.
- Vale, yo me voy ya también. Cuando vuelvas no estaré, voy a Tarragona. A las siete quede con Sofi para ir de compras, pero si quieres lo dejamos para otro día. 
- No, hoy perfecto. Este finde me voy a Italia, tengo fiesta de cumpleaños de las hermanas de Gerard. Así que aprovecho y me compro algo. 
- ¡Qué alegría amiga! Que me gusta a mi eso de estar de arriba a abajo. 
Voy a llamar a Pedro ahora mismo porque me estas dando mucha envidia...

   Nos reímos.

- Jimena te dejo. Que se acerca Paolo.
- Vale, finsara. 
- Adeu.

   Se monta en el coche e inicia la marcha.

- Ahora sí Valentina. Ya vamos directamente al solar, a ver que te parece. 
- ¿Tienes alguna idea?
- Ignazio me aconsejo que lo dejara en tus manos. Perdona Valentina si a veces tardo más en hablar pero no tengo un castellano muy perfeccionado por así decirlo. 
- ¿Cómo que no? 
- Me cuesta, me cuesta mucho.
- Pues quédate tranquilo que hablas súper bien castellano, pero si es más sencillo para ti... Domino italiano molto bene.
- Che buono. Sinceramente prefiero seguir practicando, me queda aquí para largo. 
- Como quieras. Pero puedes estar tranquilo, es cierto que tu acento es muy pronunciado pero se te entiende muy bien. 
- Grazie Valentina.
- Di niente.

   Se ríe... Y hemos llegado. Estaciona el coche en un espectacular solar. A continuación nos bajamos... 

- Espectacular Paolo.
- ¿Te gusta?
- Mucho.
- Pues, todo tuyo. Haz con el lo que quieras... Está en tus manos. 

   Le explico más o menos el estilo de casa que me gusta para construir en este tipo de terreno y asienta con la cabeza todo lo que le digo. 

- Me gusta Valentina.
- Empezamos bien. Ahora me toca seguir trabajando.
- Por supuesto. ¿Dónde te llevo? 
- A la oficina. En los próximos días me volveré a poner en contacto contigo para presentarte el proyecto.
- Perfecto. Te estaré esperando...

                           ...

   Después de una mañana movidita llega la hora de retocarme para comer con mi piloto. 
   Bajo del edificio y ahí está el... Con esa sonrisa de medio lado que me encanta y tan guapo como siempre. 

- ¡Qué puntualidad!
- Estaba loco por verte... 

   Me dice en un suave susurro.

- Y yo estoy loca por comer... ¿Dónde me vas a llevar? 
- ¡Sorpresa!

   Nos subimos al coche y nos dirigimos dirección Pedralbes nuevamente. 

- ¿Dónde vamos? Sabes que no me gustan las sorpresas...
- ¿No? Pues, antes te noté muy entusiasmada con las bolsas Céline.

   Nos echamos a reír... Tiene salida para todo. Después dice que yo.

- Valentina vamos a casa de mamá. 
Te he preparado yo la comida. 
- ¿No? 
- Si nena, soy toda una joya.
- Ya veo... Ya.
- Quevá, aún no has visto nada...
¿Qué tal te ha ido con Paolo? 
- Muy bien.
- ¿Se puso tonto?
- No, estuvo muy educado como siempre. Creo que captó bien tu mensaje. 
- Eso espero... 

   Llegamos y entro en la preciosa casa de Aurora... Observo que hay algunos muebles más. Se nota que están muy pendiente de ella. No le falta detalle...
   Nos dirigimos fuera al porche y ahí me tiene mi piloto preparada una estupenda mesa. ¡Este hombre es perfecto! Todo al detalle, empieza a servir los platos y ¡cómo no! Es pasta... Con una buena pinta tan deliciosa como su sabor.       
   Disfrutamos de la comida riéndonos mucho, charlando y con nuestras continuas batallitas. 
   A treinta y cinco grados, más las copas de vino y la irresistible excitante compañía, se exigía un baño en aquella maravillosa piscina que yo misma diseñé, sin saber que iba a disfrutar de ella... La casa para nosotros solitos y esa fantástica música de fondo de Robin Schulz - Sun Goles Down feat. Jasmine Thompson, no pega otra cosa que un momento de locura. Me levanto y como si fuese una niña me quitó los zapatos, empiezo a bailar, Gerard me mira riéndose y le lanzó los hielos de la cubierta encima, el reacciona de inmediato siguiéndome el ritmo... Me besa y sin decir nada más, me coge en brazos lazandose conmigo a la piscina y es este el momentazo que me quedo de nosotros riéndonos, besándonos, bailando y desnudandonos dentro del agua al ritmo de la música de nuestras desnudas almas...

- ¿Qué me estás haciendo Valentina? 

miércoles, 6 de mayo de 2015

En el próximo capítulo... (XVI)


- El tuyo está en casa, en tu vestidor, por lo que veo no te has dado cuenta... No iba a dejar a mi otra niña sin regalito.

domingo, 3 de mayo de 2015

Capítulo XV

   Son las siete de la mañana cuando suena el despertador y… ¡no! 
No me apetece nada ir a trabajar. Pero no me queda otra que empezar con mi rutina diaria… miro hacia el lado y ahí está él, profundamente dormido... No estoy en aquella maravillosa isla pero tenerlo aquí en casa... ¡me encanta!

   Me dirijo a la cocina para prepararme un café, estoy muerta de sueño, el cambio horario me tiene trastornada. Me doy una ducha rápida y me dirijo a mi vestidor… para el día de hoy me impulso por mi vestido de la nueva colección de Gabbana de topitos blanco y negro, ¡estaba loca por estrenarlo! Para mis pies mis sandalias negras de Manolo Blahnik. Me recojo el pelo con coleta y raya en medio, maquilándome poco pero dando color rojo a mis labios. Le doy un beso a mi Gerard que duerme como un niño, cojo el bolso y salgo pitando…

- ¡Valentina! Qué morena estás.... Te odio.
- Hola Jimena… ¡Qué alegría de verte!

   La abrazo porque tenías muchas ganas de verla y empieza a gritar como una loca… ¡Bienvenida al mundo real Valentina!

- Valentina ¡qué fuerte! ¿Qué tal todo? ¡Cuéntame! Ay… me alegro mucho verte así de bien. Estás guapísima y no me digas como siempre porque aún lo estás mas… esa luz de tus ojos me encanta.
- Jimena pero si llevo las gafas de sol puestas…

   Empezamos la mañana con unas carcajadas… porque esta Jimena no cambiara nunca. Empiezo a contarle todo mientras llegamos a la oficina y su cara si que está iluminada completamente mientras me escucha. Pero, me reservo lo de mi hermana para mas tarde…

- ¡Qué bonito Valentina! Soy muy fan de tu Gerard, qué lo sepas… Por cierto Sofi está, que se tira de los pelos, así que he quedado para comer juntas. ¿Te parece?
- Perfecto. Me apetece mucho verla y contarle todo…
- ¡Ay Dios mío! ¿Qué te ha hecho ese hombre? Qué maravilla de piloto…
- No empieces Jimena que ya se por dónde vas… ¿Y Diego? ¿Qué?
- ¡Uf! Diego… ya se fue de casa. Lo he pasado mal, que vamos hacer... así es la vida. Yo llorando, mientras tú estabas poniéndote las botas en una isla perdida con tu italiano y cogiendo todo el color que yo necesito…
- No creo yo que hayas llorado tanto... ¿Y Pedro?
- No me hables de Pedro que me pongo muy nerviosa. Estoy intentado desintoxicarme de él. Me ha llamado un par de veces pero me he resistido a verlo. Es por mantener un poco el duelo de la muerte de mi amor con Diego ¿no crees?
- Estás como una cabra… Pero bueno, mejor así. Hazte de rogar un poco… No te va a venir nada mal. ¿Y Carlota?
- Hoy llega mas tarde, tenía medico.
- OK. Pues vamos al lío. ¡Cuéntame! ¿Alguna novedad?
- ¡Qué fuerte! ¿Sabes quien vino preguntando por ti? Quiere construir aquí. Cerca del Sr. Adriani… Pero quería hablar antes contigo.
- ¿Quién? ¡Dímelo ya! Mira que te gusta un misterio…
- Paolo Fabianelli.
- ¿Ese quién es? ¿Un cantante?

   Jimena se muere de risa y termina como siempre, contagiándome.

- Valentina por favor. ¡Paolo! El guapo de la fiesta de inauguración ¿recuerdas? ¿El cirujano? Vamos, eso de guapo no es nada, lo dejamos en lo siguiente… Estuvo aquí y no imaginas Carlota, se volvió loca.
- Claro que me acuerdo de él, cómo olvidarlo. No te conté... lo volví a ver en la cena que hicieron los padres de Gerard. Es un poco pesado. Demasiado cordial y educado.
- Si pesado… en peso muerto te quiere coger ese a ti. Hazme caso…
- No se… Jimena. Quizás tengas razón.
- Pues tía, un polvito así esporádico por comparar y eso, ya sabes… la verdad que lo merece.

   No puedo aguantar la risa al oír las palabras de Jimena que acompañan perfectamente a la expresión sinvergüenza de su cara.

- Jimena no digas tonterías…
- Bueno aquí tienes su teléfono, quiere una exclusividad contigo, así que ocúpate tú.

   Llega Carlota y me pasa la agenda… ¡Madre mía! Tengo que ponerme las pilas… empiezo por terminar de gestionar la entrega la casa del futbolista. De repente un WhatsApp de mi piloto… Lo abro de inmediato, estoy loca por verlo.

  “Buenos días nena, ¿a qué hora comemos? Estoy loco por verte”

 “Buenos días guapo, siento decirte que hoy como con Jimena y Sofi. ¡Sorry! Yo también estoy loca por verte”

  "Eso de guapo me gusta, pero el beso rojo que me has dejado marcado en la cara me encanta. Pienso salir así hoy"

"¿Qué dices? ¿Estas loco? Jajajajaja"

"Por ti si"

"Gerard tengo que dejarte tengo muchísimo trabajo. Nos vemos esta noche ¿ok?"

"Ok, pásalo bien con las chicas. Me llevo tu coche"

"Vale, un beso"

"¿Dónde?"

"Gerard por favor déjame, después nos vemos"

"Impaciente" 

   Este hombre me tiene completamente ida, es imposible que quite la sonrisa de mi cara. Ahora... A centrarme en el trabajo.

                           ...

- Valentina, deja eso ya... Son las dos menos cuarto. Vamos, Sofí tiene que estar al llegar. 
- Vale. Jimena, ¿llamaste a Ricardo? 
- Si he quedado a las seis. 
- Perfecto. Yo no podré ir porque me reúno a la misma hora con los de la constructora. 
- Ok. ¿Llamaste a Paolo?
- No. No tuve tiempo. Está tarde lo llamo sin falta. 

  Entro en el baño y bajó con Jimena a esperar que Sofi pase a recogernos. 

- Valentina ahí está Sofi ¡vamos!

   Nos montamos en el coche...

- Valentina ¡qué guapa estás! Y ¿ese vestido? 
- Te gusta ¡eh Sofi!
- Divino. He reservado mesa en la Barceloneta... ¿Os parece?
- ¡Ay si! Estoy loca por comer pescado. Además el día está estupendo para comer fuera... 
- Pues justamente la reservé fuera Jimena. 
Cuando vi el día que hacía... Dije ¡Barceloneta!
                            ... 

   Llegamos y para mi sorpresa...

- Valentina. ¿Mira quien está ahí?
- No vayáis a empezar con vuestros misterios que me tenéis histérica. No me entero de nada nunca...

    Jimena y yo nos echamos a reír mientras saludamos a Paolo... Jimena se adelanta con Sofi y me deja con el... ¡Qué necesidad! 

- ¿Qué tal esas vacaciones?
- Muy bien, Paolo. Gracias. Esta tarde iba a llamarlo.
- Tutéame por favor. Y si, estaba esperando tu llamada. Me comentó Jimena que volvías hoy. 
- Así es, se terminó lo bueno. Está tarde te llamo y ahora si me disculpas Paolo, me están esperando... 
- Como no Valentina. Hasta esta tarde. Me alegro mucho de volver a verte.
- Igualmente Paolo.

   Me despido y me dirijo a la mesa donde están las chicas... 

- Valentina te estas convirtiendo en la reina de Italia.
- Jimena, no me gusta nada como me mira Paolo. 
- Ay pues a mi y a Sofi nos encanta.
- Si Jimena, pero Valentina... yo me quedo con Gerard. Cuéntame ya ¡por Dios!

   Mientras comemos les cuento a las chicas mi maravilloso viaje... Y Sofi como siempre con los pies en el suelo y adelantándose al futuro.

- Valentina, ¿Habéis hablado de futuro? ¿Qué vais hacer cuando se terminen las vacaciones de Gerard? ¡Ay Valentina! No quiero que lo vuestro termine por la distancia... 
- Sofi ¿qué hablas? Valentina que disfruté ahora... Después ya se verá.
- Después nos diremos adiós. Ya está.

   Jimena ríe se como una loca mientras Sofi pareciera que se hubiese tragado un palomo... Y yo no se por qué me encuentro fatal. 

- Valentina decir adiós no es fácil. 
- Para mi sí.
- Jimena tú cállate.
- Vaya tela como estas hoy Sofi. 
- Como estoy hoy no Jimena. Esto es una realidad. Tu nunca te has enamorado... Siempre estás por estar, por eso no te sale bien. 

   Mientras Jimena y Sofi discuten yo me estoy empezando a encontrar mal porque en ningún momento pensé en decir adiós... No quiero perder a Gerard.

- Valentina ¿qué te pasa?
- Nada Jimena.
- ¿Ves Sofi? Eres única para cortar el rollo.
- Yo no he querido cortar el rollo a nadie. Simplemente he planteado una pregunta de una futura realidad. 
- Bueno ya está chicas... No pasa nada. Cuando llegue ese momento como dice Jimena ya se verá. 

                          ...

   Entro en la oficina después de reunirme con los constructores y estoy súper mareada. Jimena aún no ha llegado. Miro mi agenda para ver que me queda para terminar e irme a casa... ¡Uf! Llamar a Paolo. No me apetece nada. Pero es trabajo.

- Dime Valentina.

Joder ¿qué tiene mi número?

- Buenas tardes, Paolo. Siento llamarte tan tarde pero ha sido imposible antes. Después de las vacaciones, he tenido un día de no parar. 
- Lógico. No te preocupes Valentina. 
- Dime Paolo. Me comentó Jimena que querías construir en zona Pedralbes. 
- Así es, he comprado un solar cerca de Ignazio. Me enamoré de la casa nada más verla. Y como me queda bastante tiempo aquí pensé en invertir. 
- Perfecto. 
- Si te parece bien y me haces un hueco en tu apretada agenda. Te lo puedo enseñar mañana y así me orientas. 
- Vale, pero tendría que ser a primera hora de la mañana. Porque mañana  también tengo el día bastante movidito. 
- Por mi no hay problemas. Mañana es mi día libre. 
- Estupendo entonces. ¿Te parece bien a las diez?
- Si, paso a recogerte en la oficina y nos vamos juntos. Vivo cerca de aquí. Así que para que ir en dos coches.
- No te preocupes Paolo. No hace falta. Dime donde es y nos vemos directamente en el solar.
- Insisto Valentina. Para mi no es molestia.
- Están bien. Pues a las diez en la puerta del edificio de mi oficina. 
- Hasta mañana pues.
- Adeu Paolo.

   ¿Y este tío? ¡Qué pesado! Escucho un ruido y es Jimena que ha llegado. 

- Valentina ¿nos vamos de shopping? Sofi está abajo. 
- ¿Ahora? Si ya van a cerrar las tiendas ¿has visto que hora es? 
- Y para que están los centros comerciales...
- ¡Uf! No se...
- ¿Qué no sabes si venir de compras? Tu no estas bien. A ver, ¿tienes fiebre?
- No me encuentro bien la verdad. Creo que es el cambio horario. 
- Puede ser Valentina. Bueno le digo a Sofi que lo dejamos para mañana.
- Vale y a todo esto, ¿qué hace Sofi aquí otra vez?
- Me la encontré cuando terminé con Ricardo que por cierto. Presupuesto cerrado. 
- ¡Qué bien! Bueno Jimena yo me voy ya. 
- ¿Quieres que te lleve?
- No, necesito aire fresco. Mañana nos vemos.
- Espera bajo contigo y así me tomo algo con Sofi. Le diré que dejamos las compras para mañana. 
- Oye, ¿llamaste a Paolo? 
- Si he quedado mañana a las diez. Me recoge aquí. 
- ¿Qué dices? ¿Has aceptado?
- Si, le dije que no pero me dijo, insisto y digo mira, paso... 
- Si, tu pasa ya verás... Paolo te dará dolor de cabeza ¡acuérdate!
- Anda ya Jimena.
- ¿Qué habéis tardado? 
- Ay Sofi, Valentina no se encuentra bien.
- ¿Qué te pasa Valentina? ¿No estarás embarazada?
- ¿Qué dices Sofi? Hoy no es tu día... Mira me iba a tomar algo contigo pero mejor me voy igual que Valentina, porque si no, vas a llegar con un ojo morado a casa.

   Nos reímos las tres a carcajadas porque Jimena casi la mata con la mirada... 

                          ...

   ¡Qué bien me ha venido irme a casa paseando! He desconectado. Entro en casa y mi piloto no está... 
La casa sola otra vez. Pienso en las palabras de Sofi y realmente no quiero ni pensar que mi Gerard se vaya... Escucho las llaves y es él ¡ay que alegría! 

- ¡Hola nena! ¿Qué tal el día? 

   Ni le contesto directamente lo beso, estaba loca por sentir su boca.

- Nena me has echado de menos ¡eh!
- No imaginas cuanto. 

   Ahora es el, el que me besa y a mi ya se me quitaron todos los males...