Translate

sábado, 1 de octubre de 2016

Rosas Negras

Capítulo I



   Llego tarde como siempre... ¡Qué calor por Dios! Y ahora Gustavo se enfadará para no perder costumbre. 

- ¡Buenas noches! Siento llegar tarde... 
- Estoy acostumbrado Isabel, siéntate. Tenemos que hablar.
- Yo también estoy acostumbrada a tu mala cara... ¿A ver qué hago? Sabes que siempre voy al límite; me faltan minutos en el reloj. Además, prácticamente acabo de salir de trabajar... Ni siquiera pasé por casa porque te noté preocupado... ¿Qué te pasa? 
- Isabel, por favor... ¿Qué quieres tomar?
- Uf, me estoy poniendo de los nervios ya...
- Yo no pienso alterarme hoy. Así... yo que tu; tomaría el mismo camino... Vamos hablar con tranquilidad, ¿de acuerdo?
- Está bien, dime... 

   La cara de Gustavo no me gusta nada. No sé qué le pasa pero está más raro que nunca. Y sus ojos no tienen luz alguna. Esto me está empezando a preocupar.
Viene el camarero y pedimos... Yo hoy directamente quiero un Martini.

- ¡Qué calor hace hoy!
- Si que hace Isabel, pero no empieces hablar de el tiempo porque ese es el problema, que siempre desviamos la conversación a otro lado y no solucionamos nada. 
- ¿Qué hay que solucionar? ¿Qué problema hay? ¿Qué hablas? ¿A ti qué te pasa hoy? Es que no entiendo vamos... Me llamas corriendo al trabajo para vernos en este pub que nunca venimos, tienes la cara como la de una cabra cuando está de parto... De verdad que como sigas con tonterías de esta me voy para casa... Estoy súper cansada.
- ¿Has terminado? Porque si no es así continúa, dime todo lo que me tengas que decir porque esto termina aquí y ahora.
- ¿Tú qué cojones te has tomado hoy Gustavo? 
- Me he tomado la realidad, Isabel ¿tú estás enamorada de mi? 
- Gustavo qué dices... Nos casamos dentro de dos semanas, ¿y me preguntas que si estoy enamorada de ti?
- No me contestes que nos vamos a casar, eso ya lo sé... Te pregunto que si estás enamorada de mí por segunda vez y además te pregunto si tienes claro que soy el hombre con el quieres compartir el resto de tu vida... Porque yo creo que no, o al menos es lo que me demuestras. A ver... ¿Cuántos años llevamos? 
- No entiendo nada de verdad, no sé qué bicho te ha picado...
- Te pregunto por segunda vez ya que está claro que a la primera no contestas...
- Yo que sé Gustavo... Seis o siete, ¿no? Pero, ¿me puedes decir a qué viene esto ahora?
- Pues te lo voy a explicar Isabel, todo esto viene a que aquí solo te quiero yo, soy yo el que se muere por ti, soy yo el que se enamoró de ti desde la primera vez que te vi, soy yo el que lucha porque esto funcione, soy yo el que mira hacia otro lado para no darme cuenta de tus desprecios... Pero hoy me desperté y como por arte de magia no mire hacia otro lado y ¿sabes por qué? Porque estoy cansado de vivir una felicidad ficticia, porque estoy hasta los cojones de esperar algo de ti que nunca llega... No estoy así porque no sepas el tiempo que llevamos juntos, estoy así porque no puedo más. Porque me he cansado de luchar Isabel y porque te quiero tanto que no te quiero encadenar a mí sabiendo que no me quieres o al menos de la misma forma que yo a ti. 
Solo faltan dos semanas para la boda, para una boda falsa, me merezco algo mejor y por desgracia tú que eres la mujer que amo, no me lo puedes dar... Y no te culpo por ello, en el corazón dicen que no se manda y es verdad.
- Gustavo, ¿qué tonterías estás diciendo? Yo te quiero, ¡claro que te quiero! Es imposible no quererte. Sé que soy muy despistada y siempre voy estresada; quizás eso sea lo que te hace parecer eso que has pensado pero de verdad quítate esa idea de la cabeza por favor y no me des más estos sustos.
- No Isabel, ¡no! No es querer, ¿no te das cuenta? Es amar, y tú no me amas. 
Piensa fríamente, esta decisión es muy importante, no quiero un fracaso matrimonial o peor aún separarnos cuando hayamos creado una familia. Quiero que seas realista al igual que estoy siendo yo. 
Si quieres, no me contestes ahora. Medítalo tranquila y mañana volvemos hablar. 
- Pero qué meditar ni meditar, yo no medito Gustavo. Quizás eres tú el que está buscando una excusa para no casarnos y si es así, me lo dices y cortamos por lo sano.
- ¿Ves? Ya estás a la defensiva, ya estás dando la vuelta a la tortilla que es tu especialidad, pero esta vez no va a funcionar. Mañana nos vemos aquí a la misma hora y quiero una respuesta.

   Sin más se levanta y se va dejándome sola aquí en medio de este pub...
   No sé qué le pasa a este hombre ahora... Me termino la copa, cojo mi bolso y me voy de este horrible lugar. ¡Vaya día! Estoy súper estresada y encima esta tontería ahora. 
Subo a mi coche y ni siquiera tengo ganas de oír música. No puedo quitarme del pensamiento el absurdo planteamiento que me ha hecho hoy Gustavo sin venir a cuento de nada ¿Cuántos años llevamos? ¡Este tío está loco! Sin darme cuenta ya he llegado. Estoy desesperada por entrar en mi casa y darme una buena ducha ¡qué calor más mala hace hoy! Enciendo el aire para refrescar mi casa y suena el timbre ¿quién será? Abro y...

- Disculpa, ¿eres Isabel?
- Si.
- Soy Mario, habíamos quedado a las nueve para elegir la decoración floral.

¡Ay Dios mío! ¡Qué vergüenza!

- Si, si... Lo siento, me surgió un problema importante y no pude avisarte. De verdad que lo siento. 
- Yo siento aparecer sin avisar, pero recibo órdenes y como no contestabas a las llamadas decidí esperar a que llegaras. 
- Ay de verdad que apuro, es que tenía el teléfono en el bolso y en silencio, pero... pasa si quieres y lo dejamos zanjado ¿te parece? 
- Por mí no hay problema.

   ¡Oig! Que necesidad de aguantar ahora este hombre aquí en mi casa tan tarde. Y encima no alegra ni la vista que feito es el pobre mío...
El me enseña y enseña pero yo estoy en otra cosa, me siento ridícula en este momento. Mi novio me acaba de decir que no nos casamos y yo eligiendo las flores de mi boda. 

- ¡Ay Mario! Lo siento nuevamente, no estoy muy inspirada. El día me ha superado. Si te parece mejor, mañana te llamo y quedamos en otro momento o mejor aún y así te ahorras de volver a venir ¿me podrías enviar el muestreo a mi correo electrónico?
- Si claro sin problema Isabel, una vez elija se pone en contacto conmigo. 

   Recoge sus cosas y lo acompaño a la puerta.

- Gracias y nuevamente disculpa Mario.
- No pasa nada, la verdad que es bastante tarde. También tengo ganas de llegar a casa. Quedamos en eso Isabel.
- Si.

   Cierro la puerta y por fin sola. ¡Uf que pesadilla! Pensé que el día no podía ir peor y mira... Apareció Mario poniendo la guinda del pastel. 
Entró en el baño y empiezo a desnudarme, abro la ducha y... Al mirarme el espejo ¡qué horror! Descubro la peor cara de mi vida. Ojeras, demacrada y directamente desencajada...
Termino de ducharme y me dirijo a prepararme algo de cenar. Al abrir el frigorífico me doy cuenta de que no he ido a comprar y de lo que hay nada me apetece.
Me echo un vaso de leche fría y me lo tomo aquí de pie en la cocina completamente sola. Recuerdo la pregunta de Gustavo y sinceramente creo estar enamorada pero... ¿Y si no lo estoy? ¿Y si es verdad lo que me ha planteado?
Me dirijo al salón, cojo mi portátil y... Entro en mi galería de fotos. Empiezo a ver fotos y fotos y fotos. Pincho en la carpeta de Gustavo y me fijo en su carita... ¿Cómo podría vivir sin el? Sigo pasando y me río al ver nuestros viajes, nuestras salidas, lo niños que éramos cuando empezamos, y aquí está mi favorita... En Florencia ¡qué viaje más bonito! Sigo fijándome y físicamente en principio no era mi prototipo de hombre pero... ¡Me encanta! Su cara de niño bueno y de noble me enternece sacando lo mejor de mi, sus ojitos tan pequeños pero siempre con tanta luz, aunque hoy esa luz no la tenía. Lo voy a llamar ahora mismo, en el fondo tiene razón soy un poco por no decir bastante desastre.

- ¿Te pasa algo Isabel?
- Hola cari, no me pasa nada... Bueno si, quería darte las buenas noches y decirte que te quiero; hoy me has dejado muy preocupada. También quiero pedirte perdón porque reconozco que a veces soy una verdadera petarda pero... Eso no es nada nuevo.
- Isabel mañana hablamos de todo eso ¿vale? Y por favor quiero que pienses en todo lo que te he dicho y que te lo tomes con la seriedad que merece. 
- ¡Oig hijo como eres! Está bien. Hasta mañana.

   Cuelga sin más... Me voy a tener que empezar a tomar más en serio esto. Con la impaciencia que me caracteriza y aún teniendo guardia mañana. Me visto rápidamente con lo primero que pillo y me voy para su piso.
   Cojo el coche y me dirijo hacia su casa con unas inmensas ganas de verlo, de abrazarlo, de besarlo, de dormir con el... ¡Por fin! Saco las llaves de mi bolso para entrar y cuando lo hago, oigo la voz de una chica. ¿Y eso? Muy despacio me dirijo hacia dónde viene la voz y... ¡No me lo puedo creer! Oigo como le dice a mi novio como una loca.

- ¿Qué pasa que aún no? ¿A qué estás esperando Gustavo? Que te faltan sólo catorce días. 
- Y qué quieres que le haga... No quiero hacerle daño; quiero que sea ella la que lo decida.
- ¿Pero tú eres tonto? Ella no va decidir nada... Tú te crees que tu estrategia va a funcionar y ¡no! Yo sé que ella está enamorada de ti lo que pasa que es una amante de su profesión y echa más horas que un reloj, muere por sus pacientes pero eso no quita que no te ame. Por favor llevo dos años aguantando todo lo que tenía que aguantar y más. Necesito que me des mi sitio de una vez. Estoy cansada de vernos a escondidas.
- No me metas más presión Carmen. Yo te amo cariño. Por favor si mañana no termina ella termino yo, te lo prometo.

   Las lágrimas brotan por mi cara y decido salir de allí sin decir nada... Me dirijo a pasos minúsculos y silenciosos hasta la puerta para no hacer nada de ruido. 
Una vez fuera, bajo la onceava planta por las escaleras como una loca y llorando. Esto me está superando. ¿Cómo has podido engañarme durante tanto tiempo? Y como no he podido darme cuenta antes... Soy una ilusa, una estupida. Subo al coche y necesito unos parabrisas para mis ojos, las incontrolables lágrimas no paran de brotar y encima con ¡Carmen! Hijos de puta. ¡Esto no se va a quedar así!
   Entró en casa y se acabaron las lágrimas, no más. La venganza se sirve en plato frío y estos dos van a flipar conmigo. 
Abro el frigorífico y ahora me como todo lo que me queda... El ataque de ansiedad me oprime el pecho pero esto no va poder conmigo. 

   Después de ponerme púa de todo y con una fatiga que me muero entro en mi cama y con la mente en blanco.

                           ...

   ¿Las ocho de la mañana ya? Maldita alarma... Voy súper tarde, entró en el baño, me doy una ducha rápida, me recojo un moño rápidamente, los tejanos, camiseta básica blanca, mis tenis y a correr.

- Lo siento me quedé dormida... 
- ¡Oy como está la futura novia!
- ¡Uf! No lo sabéis bien. ¿Qué tenemos hoy?
- De todo Isabel, urgencias esta que arde y como siempre con el mínimo personal.

   Termina mi compañero Paco de ponerme al día y empiezo a centrarme en mi trabajo. Me centro en mis pacientes desconectando de forma automática de todo lo que no merece ni un segundo de mi tiempo. 

- ¿La doctora hoy no desayuna?

   Miro el reloj ¡son las once! Y yo con el estomago completamente vacío, aunque pensándolo bien tengo que tener municiones del atracón de anoche.

- Si María, no me di cuenta de la hora. 
- Pues aprovecha que parece que se quedó la cosa más tranquila...
- ¡Ay qué haría yo sin mi enfermera favorita! 
- Lo mismo que yo sin mi doctora, así que andando...

   Nos reímos y salgo a por mi café... Abro mi bolso y ¡no! No tengo tabaco ¡claro! Lo había dejado hace un año... Me dirijo al bar parar tomar mi café y así aprovecho para comprar tabaco de la máquina ¡no me lo puedo creer! Otra vez fumando pero bueno, la nicotina no será peor que Gustavo. Hijo de puta ¡cabrón!, bueno ¡no! La cabrona en este caso soy yo... Mi cabeza me va a reventar de tanto pensar y decido llamarlo.

- Buenos días Isabel.
- ¿Cómo está hoy el hombre más maravilloso del universo?
- ¡Isabel! ¿Y eso?
- Eso nada Gustavo, hoy me desperté amándote más que nunca. Eres el hombre de mi vida y no puedo estar más feliz de casarme contigo. No he podido elegir mejor Gustavo. Te pido perdón hasta quedar sin aliento por no haberte dicho esto todos los días desde que te conocí. ¿A qué hora nos vemos?
- Isabel ¿estás bien?
- Mejor que nunca, no puedo estar más feliz. 
- ¿De verdad que has pensado en todo lo que hablamos anoche?
- Si mi amor, eres tú y solo tú el hombre de mi vida, lo tenía claro desde antes de nacer. Seguramente somos una reencarnación del pasado y nos hemos vuelto a encontrar en esta vida...
- Isabel por favor, no puedo creer lo que oigo, me estás dejando sin palabras. 
- Yo tampoco creo lo que te digo; pero me sale del alma, de lo más profundo de mi ser. ¿A qué hora nos vemos? 
- ¿A qué hora terminas?
- A las nueve. Te parece que quedemos a las diez en el mismo sitio de ayer.
- Perfecto.
- Tu sí que eres perfecto.

   Sin más cuelgo dando arcadas; pero en el fondo de mi riéndome porque acabo de tener claro lo que voy hacer, lo voy a dejar plantado en el altar ¡si! Eso es lo que quiero, humillarle delante de todos los invitados. 
Respiró hondo; me dirijo hacia mi consulta y de repente, suena mi teléfono. ¡Uf no! Este hombre otra vez.

- Hola Mario, buenos días.
- Isabel, le envié el correo.
- Ya no necesito ver nada, quiero flores negras lo tengo muy claro.
- ¿Flores negras Isabel? 
- Si.
- No tenemos flores negras...
- Quiero rosas negras, si no las tenéis las pintáis para mí ¿ok? Yo pago lo que sea necesario.
- Lo tengo que consultar. A ver, las rosas negras sí que se existe pero en otros países. De verdad que haré todo lo que esté en mi mano. Sinceramente le digo como consejo que no sé si le será rentable.
- Seguro que si; el precio no me preocupa así que espero que la respuesta sea si, porque si no, no habrá negociación posible. Déjaselo claro a tu jefe ¿ok? Además lo mismo se ponen de moda. 
- Permitame que le diga que es la primera novia que conozco que elige flores negras. No es algo muy común.
- Mi boda no va ser nada común Mario, por cierto estás invitado. No quiero que te la pierdas. 
- Gracias Isabel, muy amable. Si así lo quiere, allí estaré. 
- ¡Eso! Siempre que me consigas las flores negras y que sean rosas no quiero otras.
- Vale. Le contesto lo antes posible.
- Gracias.

Este pobre va a pensar que estoy loca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario