Translate

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Remordimiento (segunda parte)

Capítulo VI



- Isabel...
- Dime María.
- ¿Quieres que te traiga algo de comer? 
- No María, gracias.

   Cierra la puerta de la consulta y se sienta frente a mi.

- Isabel, no puedes seguir solo a base de café, te vas a poner mala.
- De verdad María, no me apetece nada. Cuando tenga hambre comeré. Además ya solo me queda una hora. En cuanto llegue a casa como algo. 
- Esta bien. Bueno, estaré hasta y media en el bar, si cambias de opinión porque tu barriga empieza a quejarse, me avisas.
- Si pesada. Ve tranquila. 

    Sale de la consulta y...

- ¿Se puede?
- No se para que preguntas, si estás entrando a la vez...
- Isabel, voy a salir a comer...
- Mateo, no tengo hambre.
- Se puede saber ¿qué es lo que te pasa conmigo? 
- Nada, simplemente estoy cansada de repetir una y otra vez que no tengo hambre. Cuando me apetezca comer comeré. Acaba de salir María preguntándome lo mismo hace un segundo.
- Isabel yo no soy adivino. Simplemente te he preguntado porque no has salido a comer en toda la semana.
- Bueno Mateo, no es tu problema.
- Eres una estupida Isabel.
- Y tú un entrometido. 
- Me meto en lo que me importa y tú me importas. No se por que estas así conmigo, han pasado dos semanas Isabel y tú cambio viene desde...
- A Gustavo ni lo nombres.
- Yo no he nombrado a Gustavo Isabel. Creo que te estás equivocando.
- Bueno Mateo, sigue siendo mi problema; no el tuyo. ¿Qué te importan a ti mis cosas?
- Me importas tú, te lo vuelvo a repetir y esa actitud para conmigo desde que falleció Gustavo no la entiendo. Lo único que he hecho es apoyarte. 
- Yo no te he pedido nada. 
- Claro que no. Lo he hecho porque he querido, PORQUE ME IMPORTAS ¿te queda claro? 
- Sal de mi consulta, estás perdiendo la hora de tu comida. 
- ¿Y a ti qué te importa que pierda mi hora de comida? 
- A mí nada. Absolutamente nada... 

    Me estoy empezando a poner de los nervios... Quiero que salga de aquí ¡ya! 

- Y ahora por favor, sal de mi consulta, no te lo quiero volver a repetir, déjame sola y hazte un favor a ti mismo. Deja de preocuparte por mí o mejor dicho deja de preocuparte por alguien a quien tú no le importas.
- ¿Estás segura? 
- Si, estoy segura Mateo. Realmente me pillaste en un momento de debilidad, me serviste de distracción para mantener la mente fría y así poder conseguir mi objetivo. Ahora que ya todo eso forma parte del pasado, tú te quedas justo ahí. Eres pasado Mateo. Una aventura pasada y punto. Y no me vengas con chorradas cursiles como... Me encantó ese beso, etc... Ese beso al que le has dado tanta importancia fue al azar e igual que tu, pudo ser otro cualquiera. No eres especial Mateo.

   Frunce el ceño y da un golpe en la mesa de mi consulta con ambas manos mirándome fijamente a los ojos...

- Tu para mí si lo eras. Y ese beso también lo fue, la noche que pasamos juntos también... 

   De repente entra María. 

- ¡Lo siento!
- No María pasa, el doctor Fernández ya se iba... 

   Me mira súper enfadado y sale de mi consulta completamente en silencio. 

- María cierra por favor.
- Isabel, lo siento.
- No pasa nada, ¡uf! Menos mal que has llegado. Me estaba poniendo muy nerviosa. 
- ¿Pero qué te pasa con el Isabel? 
- Nada María. No empieces tú también a preguntar... No me cae bien y punto. No lo soporto, me molesta su presencia ¿quieres que te diga mas?
- Pues hija, eres la única que opina eso. Además de guapo e inteligente, es amable, muy humano, súper gracioso con ese acento andaluz...
- Pues quédatelo María, te lo regalo.
- No Isabel, yo estoy felizmente casada. Pero tranquila que ya se darán de hostias por el. Alguna se lo llevará. Bueno y ahora a lo que venía. Como no querías comer te he traído un café calentito como a ti te gusta.
- Gracias guapa. 

   Sale María de la consulta y me hecho las manos a la cara respirando... No sé cuánto tiempo mas voy a poder sostener esta situación. Intento centrarme en mi trabajo y empiezo nuevamente a pasar consulta.

                              ... 

   Entro en casa súper cansada y suena mi teléfono. ¡Uf! ¿Quién será ahora?

- Dime Sara.
- Isabel, voy a casa de mamá ¿quieres que pase a por ti?
- No Sara, vengo de allí. Salí de trabajar y me fui a verla directamente, ahora acabo de llegar a casa y me voy a dar una ducha que la necesito urgentemente.
- ¿Estás bien? 
- No Sara, no estoy bien. Han pasado demasiadas cosas en prácticamente un mes. No se... Parece un mal sueño del que me gustaría despertar. 
- Es normal Isabel, demasiado bien estás. Por cierto ¿y Mateo?
- ¿Que pasa con el? Allí trabajando estará... Hoy se ha puesto pesadito.
- ¿No crees que te estás pasando? 
- Sara no estoy para aguantar a nadie y menos romantiqueos y tonterías... Además quiero estar sola.
- Perfecto ¿quién te dice que no? Pero es tu compañero, deberías por lo menos ser amable y tener un trato cordial con el. Además se ha portado muy bien contigo. Ayer te oí hablarle mal y no quise decirte nada porque no era el momento, pero me pareció fatal. Tú no eres así. Tienes que volver a ser tú. La agradable y simpática Isabel que siempre has sido. Me duele verte así de amargada.
- ¿Cómo quieres que esté Sara? ¿Te has puesto en mi situación? Ni siquiera pude ir al entierro de Gustavo porque no fui capaz de mirar a su madre ¿sabes? No me machaques mas... Déjame tranquila. Me tenéis todos cansada, todo el día pendiente de mi, que si como, que si me encuentro bien, os pasáis el día repitiéndome que no he tenido la culpa de nada pero todos en el fondo sabéis que sí... Lo único que quiero es que me dejéis en paz. Quiero estar sola ¡tampoco estoy pidiendo tanto!
- Está bien Isabel. Cuando te apetezca hablar me llamas. Y no vuelvas hablarme así nunca mas. Lo único que hemos hecho es apoyarte porque sabemos lo duro que está siendo todo esto para ti. Pero si lo que quieres es estar sola como dices. Pues nada, quédate con tu soledad a ver así te encuentras mejor.

   Cuelgo el teléfono y me vengo abajo, no puedo seguir así, no puedo mas con esta ansiedad que no me deja respirar. ¿Por qué tuve que seguir adelante con todo ese ridiculo plan de la no boda? Gustavo seguiría vivo... Y además tenía razón, yo vi un escape para terminar porque realmente no estaba enamorada de él. No lo estaba. No me pegaba ese orgullo porque no sentía por él lo que tenía que sentir... Me he estado engañando, podíamos a ver seguido siendo esos buenos amigos que siempre fuimos. Mi ridiculo orgullo ha destrozado a dos familias... ¿Cómo he podido ser tan mala y egoísta? Solo he pensado en mi, en mi absurda venganza sin sentido. Llaman a la puerta... 

- Blanca...

   En cuanto la veo, la abrazo sin parar de llorar.

- Isabel, por favor... Tranquila, he venido porque sabías que estabas mal. 
- Blanca no puedo con esta culpa que siento dentro de mi. No quiero seguir viviendo así, no puedo.
- Isabel por favor no me digas eso. Tranquilizate y escúchame ¿ok?
A ver... Yo se que toda esta situación te está superado. Han sido cosas muy fuertes las que te han pasado en menos de un mes y lo mas normal del mundo es que estés así. Pero tienes que resetearte; en primer lugar tienes que dejar a un lado ese sentimiento de culpa que tienes que no te está dejando seguir con tu vida. Las personas saben el día que nacen pero no el que van a morir, Gustavo y Carmen no estarían aquí tampoco a día de hoy, aunque hubieses anulado la boda. En vez del accidente al salir de allí lo hubiesen tenido en algún otro lugar; y juntos, porque estaban juntos Isabel. Ese era el día de los dos, lo único que cambia es la circunstancia. No puedes luchar con el destino Isabel. Las cosas pasan porque tienen que pasar y punto. Tú no has cogido una pistola y te has liado a tiros con los dos para quitarlos del medio. Eso si hubiese sido un asesinato. Por lo tanto, han muerto en un accidente en el que tú no has tenido NADA QUE VER... A ver si así; te va quedando claro. Y no te machaques mas con eso. Lo que vas a conseguir es no poder salir de ese bucle en el que estás metida y coger una depresión de caballo. En segundo lugar tu salud es lo primero, no puedes seguir alimentándote de café. Llevas una semana dura de trabajo y se que no has comido nada, ningún día además. Estoy muy bien informada.
- He comido hace un rato en casa de mamá. 
- Pues perfecto eso es lo que tienes que hacer. Y en tercer lugar como decía mi queridísima Coco Chanel, arréglate aunque solo sea un poco, ya no por ti si no por educación. ¿Has visto las pintas que llevas? ¿Te has visto la cara Isabel?estas tratando a pacientes y tú pareces la enferma. Vamos a ver POR FAVOR.
- Está bien. 
- No me digas está bien para que me calle. Esta bien es ESTA BIEN de verdad ¿me lo prometes? 
- Te lo prometo Blanca. 
- ¡Ah! Y otra cosa... ¿Se puede saber que te ha hecho Mateo para que estés así de borde con el?
- No me hables de el, por ahí no paso.
- Pues dame una respuesta para quedarme conforme porque no entiendo nada. 
- No me pasa nada con el, no me cae bien, me molesta todo el. 
- Pero ¿por qué Isabel? 
- Porque soy una estupida como él dice y punto.
- ¿Qué te ha llamado estupida? ¡No! ¿Eso cuando ha sido?
- Hoy, en mi consulta.
- Pero ¿por qué? Cuéntame de una vez porque no entiendo nada, entró en tu consulta te dijo estupida y se fue...
- ¡Qué dices tonta! 
- Bueno, por lo menos he conseguido sacarte una sonrisa... Ahora cuéntame todo.
- Nada Blanca, entró en mi consulta para preguntarme si quería algo de comer y justo antes me lo había preguntado María, entonces le conteste mal la verdad. No se que pasa con el Blanca, al mirarlo siento que he engañado a Gustavo. Además ya no podría estar con el.
- Pero vamos a ver Isabel. Gustavo te había engañado con Carmen, llevaba dos años engañándote.
- Ya lo sé, pero...
- ¡Pero nada! No hay mas, no buscas mas porque es así de sencillo. Él te traicionó, él te engañó hasta el último momento y si no hubiese sido porque lo descubriste todo de casualidad hubiese seguido engañándote Isabel. Que haya muerto no lo convierte en un santo. Me da mucha pena la forma en que ha terminado todo, pero la realidad es solo una.
- Yo no estaba enamorada de él Blanca, me di cuenta cuando estuve con Mateo. He sentido mas con Mateo que con Gustavo en seis años por eso me siento culpable.
- No puedes sentirte cumpable por eso Isabel, es absurdo. Quizás es verdad que no estabas enamorada de Gustavo, además eso muchas veces lo hemos hablado, estabas comoda con el, era un buen amigo que se convirtió en tu compañero e incluso cuando me dijiste que te casabas discutimos por eso mismo ¿lo recuerdas? 
- Si, pero yo creía que si. 
- Pues ya está Isabel, no le des mas vueltas y quizás si no hubiese aparecido Mateo como tú dices no te hubieses dado cuenta. Bueno, ahora hazme un favor. ¿Mañana coincides con el?
- Si, claro.
- Pues buscas un hueco aunque sea para un café y te disculpas. Estás siendo muy injusta con él y Mateo se ha comportado en todo momento como un caballero contigo, desde el principio. 
- Ya lo sé, tienes razón. Mañana hablaré con el.

   Nos abrazamos y se queda a pasar la noche conmigo. La verdad que Blanca es mi mejor consejera, siempre consigue llegar a mi corazón...

No hay comentarios:

Publicar un comentario