Translate

domingo, 6 de noviembre de 2016

Remordimiento.

Capítulo VI



   Después del inesperado rescate de mi jerezano guapo... Nos dirigimos hacia mi casa para quitarme este vestido; ya que Mateo insiste en llevarme a no se donde... está súper nervioso, se le nota una barbaridad y yo estoy que no me lo creo.

- ¿Cuánto tiempo llevabas allí escuchando? 
- Casi desde el principio. ¡Imagínate! Antes me dabas miedo; pero ahora más...
- ¿Miedo de mi? ¿Por qué?
- Porque después de ver tu actuación creo que debería de pensarme mejor las cosas... 
- ¡Oye! 

   Le pongo mala cara y el se ríe...

- No hables de lo que no sabes Mateo. 
- Ya tu hermana me informó; la verdad que hubiese estado mejor aún, que las imágines hubiesen hablado por sí solas...
- No creas que no lo pensé. Pero hubiese sido una humillación para su familia, sobre todo para sus padres y ellos no tienen culpa alguna de los actos infieles de su hijo. Además yo, a su madre la adoro. 
- Tienes razón Isabel. Pero a toro pasado no hay que echar vista atrás ¿no? Así que ahora en cuanto lleguemos, cámbiate rápida que te voy a llevar a ese sitio misterioso que te va encantar...
- ¡Ah si! 
- Si y no me pongas esa cara porque no pienso decirte nada. Y ahora; andando que ya hemos llegado...
- ¿No subes? 
- No; así tardaremos menos ¡hazme caso! 

   Me sonríe pícaramente mientras me guiña. Bajo del coche para subir rápidamente, me vuelvo y le pregunto... 

- Mateo ¿formal o informal? 
- Estas guapa de todas las formas así que como te apetezca...
- Buena cosa me has dicho.

   Nos echamos a reír... Cuando entro en casa cojo mi teléfono y tengo diez llamadas perdidas de mi hermana Sara y dos del hospital... 

- ¿Sara que pasa? 
- Hermanita ¿donde estás?
- Acabo de entrar en casa ¿qué te pasa en la voz? 
- Quédate ahí, enseguida voy... 
- Sara, Mateo esta abajo esperando. He subido solo para quitarme el vestido.
- Te he dicho que no te muevas de ahí. 
- Me estás asustando ¡me quieres decir que pasa de una vez! 
- No preguntes más Isabel. Lo sabrás en cuanto llegue...

   ¿Me ha colgado? ¡Ay Dios mío! ¿Habrá pasado algo? Llamo a mamá; no contesta, llamo a mi hermano; apagado... Me quito el vestido rápidamente y me pongo mis denim boyfriend con la primera camiseta que pillo, mis converse de batalla y suena el timbre...

- Mateo, lo siento; me ha llamado mi hermana y viene para casa. Seguro que ha pasado algo. Mi madre no responde a mis llamadas; mi hermano tiene el teléfono apagado ¡ay! También tenía dos llamadas del hospital, voy a llamar a ver si saben algo...
- Isabel por favor respira, no llames a nadie aún. Espera a que llegue Sara por favor. 
- ¡Mirame! ¿Tú sabes algo?
- No Isabel. Pero tu hermana me ha llamado y me ha pedido por favor que subiera. 
- Vamos para abajo Mateo, me estoy poniendo de los nervios sin saber que es lo que está pasando...
- Isabel por favor, esperémosla aquí. Si me ha pedido que suba será por algo... 

   La cara de preocupación de Mateo delata que está en la misma situación que yo... No sabe nada y al fin suena el telefonillo.

- Isabel abre.
- Mateo es mi hermana, ya viene para arriba.
- Tranquila Isabel por favor.
- ¿Por qué me dices tranquila?
- Porque mira cómo estás; dando vueltas de un sitio a otro sin parar...

   Abro la puerta y me asomo al ascensor a ver si aparece Sara...

- Isabel.
- Dime Sara por Dios, me va dar algo.
- Isabel, escuchame tranquila por favor. 
- Si, venga ya Sara. 
- Es Gustavo.
- ¿Qué? ¿Qué le pasa?
- Ha tenido un accidente al salir de Palacio de Negralejo con Carmen. En el primer cruce, Carmen ha fallecido en el acto y Gustavo está en UCI de traumatología muy grave.
- ¿Qué? 

    Los remordimientos desbordados que siento dentro de mi pecho me asfixian de tal manera que estoy completamente paralizada. 

- Isabel por eso no quería decírtelo por teléfono. 
- !No! ¡No! ¡No!
- Tranquilizate Isabel, tú no tienes culpa de nada... 
- Sara, tengo que verlo.

   Limpió las lágrimas de mi cara, cojo las llaves de mi coche y abro la puerta. Mateo me para el paso.

- Isabel por favor, dejad que os acerque al hospital, no podéis conducir así ninguna de las dos. 
- Si Isabel por favor, yo tampoco estoy para conducir. Ni siquiera se como he llegado. 

   De pronto empieza a nublarse mi vista, todo me da vueltas, solo oigo un leve murmullo de fondo y de pronto... 

                              ...

- Isabel ¡mirame! ¿Te encuentras mejor?

   Estoy tumbada en mi sofá, con los pies en alto. No me lo puedo creer ¡he perdido el conocimiento! 

- Isabel te has quedado en shock y eso te ha provocado un desmayo. Ahora por favor escúchame. Ya me he informado; Gustavo está muy mal Isabel. Tiene una hemorragia interna con un traumatismo cráneo encefálico. Eres médico, ya sabes lo que te vas a encontrar. Por eso te pido que mantengas la calma. No has tenido nada que ver en este desafortunado accidente ¿me oyes? 

   Me incorporo mientras Mateo sigue hablando...

- ¡Vamonos! 
- Venga vamos. 

   Dice mi hermana sin parar de llorar...

- Hermanita, tenía que decírtelo; lo siento.
- Si Sara. 

   Cojo mi bolso y bajamos para que Mateo nos lleve. No me puedo creer lo que ha pasado... La inmensa pena que tengo no me permite ni hablar. El coche trasmite un silencio escalofriante. Giro la cabeza hacia la ventana y de forma inevitable empiezo a recordar cuando Gustavo y yo éramos unos niños e íbamos juntos al colegio, nuestras tardes de verano siempre jugando al escondite por la noche y contando películas de miedo; cuando ya adultos me hizo saber de sus sentimientos hacia mi... Las lágrimas no dejan de brotar por mi cara sin pausa alguna. El sentimiento de culpa me puede... Si hubiese dicho si quiero esta desgracia no habría sucedido o quizás, si simplemente, hubiese hecho lo que muchas veces pensé, decirle que sabia la verdad y anularlo todo... 
   Ya hemos llegado. Bajo del coche y oigo como mi hermana habla algo con Mateo, pero solo oigo un murmullo, es como si todos mis sentidos estuvieran conectados con el pasado, los recuerdos de Gustavo no me dejan prestar atención a otra cosa. 

- Isabel, no voy a entrar con vosotras... 
- Claro que no.
- Por favor, mantén la calma y para cualquier cosa que necesites sea la hora que sea solo tienes que llamarme. Además mañana estoy de guardia. Estaré muy cerca ¿ok?
- Gracias Mateo.

   Adelanto el paso a mi hermana mientras le da las gracias a Mateo.

- Isabel, espera...
- Rápida Sara. Yo entro por aquí, ve tú por allí que es donde estará mamá y los familiares de Gustavo.
- Isabel...
- Si Sara, no me digas nada mas. Hazme el favor.

                              ...

   Me tiembla todo el cuerpo, entro en la habilitación y ahí está; solo la impresión de verlo ahí totalmente conectado me hace derrumbarme nuevamente... Lo cojo de la mano y alzo la mirada al techo de la habitación para dejar de llorar por lo menos en este instante en el que quiero hablar con el... -Gustavo, soy yo; Isabel. Lo siento, lo siento muchísimo, perdóname por favor... Nunca pensé verte así, nunca te deseé nada malo; me siento muy mal. Quiero que sepas que te he perdonado, absolutamente todo. Eres mi amigo de toda la vida, no puedes irte así, tenemos que hablar. Gustavo por favor, no quiero que te mueras...- Mis lamentos se vuelven incontrolables, me estoy engañando, clínicamente está muerto ya, pero... No lo puedo creer. Todo es culpa mía, no me lo voy a perdonar nunca. Ni siquiera puedo mirarlo ¡Ay Dios mío! ¿Por qué? 

   Entra en la habitación mi colega Santiago y yo estoy completamente derrumbada...

- Isabel por favor, sal conmigo. Tienes que tranquilizarte.
- Santiago, lo he matado yo. Ha sido mi culpa, todo es culpa mía.
- Isabel no digas tonterías por favor. Ven conmigo. 
- No quiero, me quiero quedar aquí con el.
- Isabel, tú mejor que nadie sabes como funciona esto. Lo hemos hablado antes de que entraras. 

   Limpio mis lagrimas y respiro hondo...

- Tienes razón. Salgamos fuera. 

   Dejamos la habitación de Gustavo y antes de salir vuelvo la mirada... Esperando un milagro que es lo único que podría salvarlo de una muerte segura. Mis compañeros me abrazan y no encuentro la forma de calmarme... 

- Tomate esto Isabel, te hará bien.
- No Salvador.
- Por favor Isabel.

                             ... 

   Han pasado cuatro horas y me encuentro con algo mas de fuerza para poder salir a hablar con sus padres... 
Abro la puerta para dirigirme a la sala de espera de los familiares y ahí me encuentro a mi madre y mi hermano. Ambos se levantan para abrazarme, pero no veo a María ni tampoco a Tomás. 

- Mamá ¿Dónde están los padres de Gustavo? 
- Acaban de salir hace un minuto para hablar con el médico. ¡Qué tragedia Isabel! 

   Mi madre empieza a llorar y yo me derrumbo con ella nuevamente. 

- Mamá yo...
- Tu nada Isabel. No quiero por favor que pienses ni por un solo instante en que has tenido la culpa de nada. El destino le ha jugado una mala pasada...
- No mamá, el salió de allí muy humillado, estaría impotente por lo que le hice y conociéndolo saldría de allí cegado por la ira... Esto no hubiese pasado si hubiese anulado la boda antes. Mamá yo soy la responsable, yo lo he matado. 
- No hija por Dios, qué barbaridad estas diciendo. 
- No puedo vivir con esta culpa mamá.

   Mi madre me da un beso secando mis lagrimas, cuando en este mismo instante entran los padres de Gustavo.

- María yo...

   Para mi sorpresa me abraza con los ojos llenos de lágrimas y yo siento que se me rompe el corazón.

- Isabel, ¡ay Isabel! Mi niño... ¡Mi niño! 
- María lo siento muchísimo. Yo no quería esto, yo nunca pensé que pasaría algo así... María...
- Tu no tienes la culpa hija... Las cosas pasan porque tienen que pasar, pero mi niño no merecía algo así, nadie merece algo así. Estoy desesperada Isabel, acabo de hablar con los médicos y me han dicho no hay posibilidades, dime que no es verdad Isabel, tú eres médico ¡haz algo por favor! 
- María, la hemorragia interna lo ha complicado todo aún mas. El traumatismo cráneo encefálico que ha sufrido Gustavo podía tener algo de esperanza si no hubiese ido de la mano de esa hemorragia. 
- No me digas eso Isabel... 

                               ... 

             TRES SEMANAS DESPUES 

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario