Los remordimientos se apoderan de mi. Miro hacia atrás... No le veo. Ahora que me he tranquilizado debería disculparme. Estábamos tan bien... En cambio ahora. Cada uno por un lado, enfadados, ¿qué necesidad de pregunta? Dios mío. Por favor... ¡Ayúdame! Siento como se acerca Gerard. No quiero ni mirarlo... Se sienta justo a mi lado con las piernas semiflexionadas, apoyando los antebrazos en las rodillas y con la mirada al frente me dice...
- Valentina. Recoge tus
cosas. En cuanto
amanezca nos vamos.
¡Ay no Dios mío! No me quiero ir de aquí por nada del mundo... Acabamos de llegar y quiero continuar aquí con el. Rompo a llorar como una desesperada llevándome las manos a la cara. No puedo más ¡no puedo más! Noto como se levanta de mi lado...
- Deberías de buscar
ayuda profesional
Valentina.
Me dice eso y se va, yo no puedo parar de llorar. Este hombre ahora... Cree que estoy loca, ¡Normal! mis reacciones no son muy comunes... Por así decirlo. Pero si supiera la verdad quizás lo entendería todo... Me viene a la cabeza las palabras de mi hermana (Valentina nunca le muestres a un hombre tu debilidad porque la tomará como arma para destruirte) tu eres mi debilidad Victoria... Grabaste a fuego en mi cerebro todo lo malo de los hombres, sin excepción y eso ahora me impide darme una oportunidad... ¡Dios mío! No se que hacer... Estoy traicionando a Victoria, pero, Gerard me parte el alma... Sin pensarlo más me levanto del suelo, limpio mis lágrimas y me dirijo al interior. Desde la entrada observo como está haciendo su maleta. No voy a esperar más...
- Gerard.
- No Valentina. No
me digas nada.
¡Déjame per favore!
- Gerard. Por favor.
¡Escúchame!
- No pierdas tu
tiempo. Mañana nos
vamos. No hay
marcha atrás.
Esta imposible y hecho un tozudo. No se que hacer... Le quito la maleta y le doy la vuelta, dejando caer todo lo que había guardado, se pasa la mano por el pelo ¡uf! eso significa que está agobiado, ese mismo gesto lo hizo la otra vez... Una vez vacía suelto la maleta en la cama, me voy para el, cojo su cara por la barbilla y la giro para que me mire.
- Gerard. Por favor.
No quiero irme. Quiero
estar aquí contigo.
¡Perdóname por favor!
- ¿Por qué no me
dejas conocerte? ¿Por
qué Valentina?
- Me vas a conocer,
tranquilo. Cuando lo
hagas vas a entender,
pero aún no estoy
preparada... De verdad
que lo siento.
- Preparada, ¿para qué?
No entiendo nada. Lo
mejor será que nos
vayamos.
- ¡Mírame Gerard! No
creas que voy a
pedírtelo más veces.
Te he dicho que quiero
estar aquí contigo, te
he pedido disculpas y
te he dicho que voy
abrirme a tí. No tienes
ni idea lo difícil que es
eso para mi. Así que tú
veras si te quedas o te
vas, una cosa u otra me
dará una respuesta
sobre tí. Ahora haz lo
que creas que tienes
que hacer... Pero eso
sí, te vas tú sólo
porque yo me quedo
aquí.
Lo dejo ahí y voy en busca de mi bolso... Salgo al porche y me enciendo un pitillo ¡lo necesitaba!
- Valentina. ¿Tienes uno
para mí?
No puedo evitar que me salga una sonrisa porque el tono ya ha cambiado queriendo decir que hay esperanza de seguir disfrutando de esta maravillosa isla...
- Si, ahí está el tabaco.
Coge un cigarro y se sienta junto a mí, ¡estamos para una foto! de noche... Sentados como críos en el terminal del porche con los pies por fuera... Fumando, sin mirarnos y completamente callados. De repente nos miramos y empezamos a reírnos... Me abraza dándome un beso muy cortito pero lleno de ternura y yo dejo caer mi cabeza en su hombro.
- Nena. Discúlpame
por no entenderte.
Me levanto, voy a la mesa, cojo las dos copas y la botella que no acabamos.
- Toma Gerard. Vamos
a terminar la
conversación que
empezados y dejamos
a medias...
Me bebo la copa de un sorbo.
- No Valentina, no
quiero forzarte. De
verdad. Tomate tu
tiempo.
- Mira guapo, ahora
que me he lanzado...
- Tengo un plan mejor.
Me quita la copa de la mano... Me coge de la cintura, me besa y ahora sí es un beso de los que me vuelven loca, lleno de pasión...
- Este plan me está
gustando de momento...
- Y te seguirá gustando
nena.
Pega su frente a la mía riéndose y yo no puedo con esta escena porque me derrito. Y de nuevo aquí al aire libre haciendo testigo a la naturaleza de nuestra pasión vuele hacerme suya y yo dejo que haga conmigo lo que quiera...
...
Después de una bonita noche y sin saber a que hora conciliamos el sueño me despierta la luz que entra en la habitación, pero está vez no está Gerard. Inmediatamente me levanto y salgo fuera. Está saliendo del agua ¡ay por favor! no quiero ni mirarlo porque me pone cachonda... Al estar más bronceado y mojado todo se le marca más... Este hombre parece que ha salido de la serie Spartacus. Lo mejor será que me de una ducha para refrescarme antes de desayunar.
Dejando caer el agua por mi cabeza, disfruto de su sonido y con los ojos cerrados... Desconecto del mundo.
De pronto noto las manos de mi Gerard, una rodea mi cintura mientras la otra echa mi melena hacia un lado, dirigiendo su boca a mi oído... ¿qué hace aquí? ¡Está insaciable!
- Te estaba
buscando...
- Y yo te estaba
esperando...
...
Volvemos súper motivados de practicar snorkel por esos espectaculares arrecifes, ha sido una verdadera pasada. No me quiero ir de aquí sin repetir...
- Nena. Ahora a
descansar hoy has
acabado conmigo.
- ¡No Gerard! ¿No me
ibas a llevar a cenar a
la playa Angsana?
- Lo dejamos mejor
para mañana. Ahora
vamos a relajarnos,
aprovechar esas
hamacas, bebernos
unos cocos, tomar el
sol, disfrutar del paisaje
y lo más importante de
tú compañía...
Me echo a reír porque no creo que esté tan cansado como dice, más bien es que tendrá la flojera del calor. Pero la verdad que como lo está pintando todo se hace muy apetecible...
...
Después de una tarde de relajación, sobredosis de cocos, siesta y demás... Decidimos cenar en el buffet del hotel. Nos vestimos y abandonamos nuestra Villa por un ratito. Al llegar buscamos a Maylin y Treat. Una pareja súper graciosa de Massachusetts que conocimos hoy practicando snorkel.
- Hi Valentina, Gerard.
Nos encontraron ellos a nosotros.
Tras una noche de muchas risas, anécdotas y baile. Ahora si me encuentro con ganas de irme a mi paraíso privado... Me acerco a Gerard y lo cojo del brazo.
- Gerard ¿nos vamos?
- Si, claro.
Nos despidos de Maylin que charla sin parar con otra pareja y le decimos que despida a su marido de nuestra parte...
Paseamos tranquilamente hasta llegar... Me dirijo al baño para hacer un pis ¡no aguanto más!
Cuando salgo está sentado fuera y tiene dos copas preparadas con una botella dentro de la cubitera. Me mira y me guiña mientras sostiene el cigarro con la boca barajando unas cartas... Ahora, ¡parece un gánster!
- ¡Siéntate nena!
- Gerard, ¿qué
vamos a jugar a las
cartas?
- No. Voy a ponerlas
sobre la mesa y boca
arriba. Antes de
empezar quiero darte
las gracias por el
maravilloso día que
hemos pasado hoy.
Pero por otro lado me
tienes completamente
descolocado. Quiero
saber muchas cosas
de tí y quiero que
empieces ahora. Se
te acabó el tiempo...
- Gerard, creo que
has bebido más de la
cuenta.
- No, ahora si voy a
beber pero contigo
aquí... Porque se que
lo vas a necesitar. He
observado que
cuando te pones
nerviosa o te sientes
acorralada quieres
beber y fumar. Pues
aquí tienes tabaco y
alcohol así que ahora...
¡qué empiece la ronda!
No hay comentarios:
Publicar un comentario