Entretanto, le estoy contando la desagradable y desafortunada historia de mi hermana, observo su cara. Sus ojos están brillando más que nunca por el revestimiento de sus lágrimas. Y yo no se como estoy conteniendo las mías, para poder terminar...
- Valentina. Todo esto es
traumático. No quiero ni
imaginarme como te
debiste de sentir aquel día.
- Ese fue el peor día de mi
vida Gerard. Llevo catorce
años reviviendo aquel
momento todos los días.
La impotencia de no haber
llegado antes. La
irresponsabilidad por mi
parte de no avisar a
mamá... No debería de
haberle hecho caso a
Victoria y quizás aún
seguiría viva.
- No te culpes. Eras una
niña. Como Victoria dice
en su carta fue su
decisión. Tu hermana
estaba mal. Y no sabía lo
que hacia. Además de
eso, perdona por decirte
esto pero... Ha sido muy
egoísta contigo. Me da
mucha pena Victoria, que
terminará con su vida de
esa forma, pero... Tú llevas
catorce años cargando
con el peso muerto de sus
letras. No es justo
Valentina.
- Si lo es. Ella se ha ido y
yo sigo aquí. Viva. Victoria
sólo quería protegerme.
- ¿Protegerte? ¿De qué
Valentina? ¿Del amor? ¡Per
favore! Puedo llegar a
entender lo mucho que te
afectó todo esto y repito,
más aún a esa temprana
edad. Pienso que para
saberlo tendría que
haberlo vivido igual que tú,
pero no puedes tomarte al
pie de la letra lo que
escribió Victoria porque
emocionalmente estaba al
límite. Por eso se quitó la
vida. Tú misma eres fruto
del amor, al igual que ella.
Tus padres han tenido que
sufrir horrores y ahí siguen
juntos. Esa es la magia del
amor. Superarlo todo.
Porque el amor es lo que
te da fuerzas para seguir
viviendo. Por eso ella no
vio salida al no estar con
Carlos. Porque confundió
el amor con una
costumbre obsesiva. Tú
no puedes cambiar para
que te amen. Tú eres
como eres y así tiene que
amarte la otra persona.
Ese fue el mayor error de
tu hermana. Por lo que he
podido leer, era ella su
peor enemiga. La auto
culpa la dominaba. No se
aceptaba. Y cuando lo
perdió, tiró la toalla y dejó
de ser su propio verdugo
para convertirse en
víctima. Pero víctima de
una mente enferma, no del
amor.
No quiero que te tomes a
mal esto nena. Ni pienses
que lo hago por mí. Es
porque así no podrás ser
feliz nunca. Hay hombres
malos y buenos al igual
que mujeres. No pueden
pagar justos por
pecadores no te puedes
castigar porque a tu
hermana le salió mal. No
se sí me explico
Valentina...
- No puedes hablar de
Victoria porque no la
conocías. Ella era muy
noble y buena.
- Pues más a mi favor.
Imagínate lo mal que
estaría para un hacerte
daño así... No era
consciente de lo que
escribía Valentina. El daño
que te ha hecho tu
hermana de forma
inconsciente ha sido casi
irreparable. Llevas catorce
años privándote de darte
una oportunidad. Llenando
tu corazón de odio hacia al
amor. No quiero ni pensar
el estrés que conlleva vivir
con una carga así...
Tras las palabras de Gerard, no puedo evitar nuevamente ponerme a llorar... Me ha dicho lo mismo que mamá, Jimena, mi psicólogo pero con él lo he visto claro. Me hace entender de forma fácil, cómoda, natural... Pero, aunque tiene toda la razón, no pienso Victoria haya sido injusta conmigo ni inconsciente, menos aún conscientemente. Estoy segura que su intención fue protegerme.
- No me llores más
Valentina. Si quieres que
dejemos de hablar de
esto aquí termina la
conversación. Pero... creo
que hablar es significado
de superación. Estoy aquí
contigo y lo voy a estar
siempre que quieras...
Para escucharte,
apoyarte, pero también
para decirte lo que me
parece bien y lo que no.
Sólo espero que por ello
no te molestes.
- Gracias Gerard.
- No me des las gracias.
Las gracias te las tengo
que dar yo a ti. Por
aparecer en mi vida. Por
darme la oportunidad de
conocerte aún más
sabiendo lo que ahora se.
Eso me hace sentir muy
especial.
- Eres tú el único hombre
que me ha hecho dudar
Gerard. Desde que te vi la
primera vez de forma
automática mi mente
empezó a cambiar... He
estado luchando para no
ser débil y mantenerme
firme como siempre...
Contigo no he podido. Y
como tú antes me dijiste...
Aquí me tienes. Esta soy
yo. Sin máscara, sin
armaduras...
Completamente desnuda
frente a ti.
Mirándome solamente se acerca despacito... Yo estoy temblando, de forma suave me besa dejándome relajada, Gerard me tranquiliza como nadie, me llena de paz...
- Siento mucho haberte
presionado, no pensaba
algo así...
- Yo me alegro mucho que
lo hicieras. Me he quitado
un gran peso de encima
Gerard. Ahora sí voy a
poder disfrutar de ti... Al
menos estaré tranquila. Lo
necesitaba.
- Lo necesitábamos. Me
tenías como un loco
preguntándome el por qué
de esos enfados repentinos
y sin venir a cuento de
nada... Me sentía violento.
Ahora para terminar este
tema, déjame sólo hacerte
una pregunta más ¿Por
qué llevas la carta de tu
hermana contigo?
- Cuando viajo siempre me
la echo en el bolso. No se
por qué... No la quiero
dejar en casa. No se por
qué Gerard la verdad. Sólo
se que me veo obligada a
cogerla.
- ¿No crees que de alguna
forma y sin saber por qué,
te estas torturando
cargando con ella?
- Ya te he dicho que no se
por qué... Y ahora me toca
preguntar a mí. Hablas del
amor con propiedad.
¿Cuantas veces te has
enamorado? ¿Has tenido
relaciones largas?
Se echa a reír...
- ¡Valentina vuelve pisando
fuerte!
- ¡Claro! ¿Qué pensabas?
- Así me gusta. Me encanta
esa personalidad fuerte y
exigente que tienes...
No creas que entiendo
tanto del amor... No lo
conozco porque nunca me
he enamorado. Aunque sí
he creído estarlo. Y si, he
tenido relaciones, algunas
más largas que otras. Todo
no es bonito, a veces no
sale bien, a veces se
confunde y por eso hay
que estar preparado. Hay
que aprender de las
experiencias tanto buenas
como malas.
- ¿Cual fue tu relación más
larga? ¿De cuanto tiempo?
¿De quién creíste estar
enamorado?
- Mi relación más larga fue
de un año y poco más...
Actualmente es una buena
amiga. Terminamos bien.
Fue un amor adolescente.
Alessandra es su nombre.
- ¿Alessandra tiene pareja
actualmente?
- No.
- Y... ¿Sólo sois amigos?
- Si nena. Sólo amigos. De
eso hace ya muchísimo
tiempo.
- ¿Mantenéis relación de
amistad telefónica? Por su
nombre debe ser italiana y
tú estas en Florida.
- Es amiga de la familia.
Siempre que hacemos algo
la veo y a veces nos
escribimos o llamamos.
Sus padres son muy
amigos de los míos.
- Entonces... ¿Ella estaba
en la inauguración de la
casa de tus padres?
- No... Ella ahora está
fuera. También se fue de
Italia. Actualmente no se
dónde anda... Hace meses
que no hablamos.
No me gusta a mí esa Alessandra... No voy a seguir preguntando aunque la curiosidad me mata. Eso de que esa tal Alessandra haya sido su primera novia me pone de mala ostia y que sean "amigos" peor aún. A saber cuantas amigas tiene este...
- Valentina que calladita te
has quedado...
- ¿Quieres que siga con el
interrogatorio?
Se ríe...
- No, lo que quiero es que
te pongas más cerca... Y
también quiero que sepas
que me encanta que te
hayas puesto celosa.
- ¿Celosa? ¿Yo? ¡Para
nada!
El se ríe y yo me muero de vergüenza en este momento...
- Nena. Un poquito si.
- No Gerard, te equivocas.
Tienes treinta y dos
años... Tu contestación
estaba clara.
- Si lo tenías tan claro, ¿para
qué preguntas?
- Para confirmar
simplemente. ¿Algún
problema?
- Cero.
Alza las copas y brindamos... De repente se hace un silencio entre los dos.
- ¿Y tu Valentina?
Alguien te llamaría la
atención alguna vez ¿no?
- Si, claro.
- ¡Ah si!
- Está claro que me he
cruzado con hombres muy
guapos a lo largo de mi
vida... Eso sí, ahora que he
abierto mi caja de lápices
me gustaría probar todos los
colores...
- El color que has elegido es
el mejor y ademas tiene
truco, porque no se termina
nunca ¿lo sabias? Además
es de máxima calidad no
tienes necesidad de probar
como colorean los demás.
Créeme no te van a gustar.
- ¿O si?
- Tu procura que no.
Nos echamos a reír...
- ¿Celoso?
- Si y mucho.
Me mira fijamente y muy serio. De repente sin decir nada me coge en brazos llevándome al interior, me baja de sus brazos en la entrada acorralándome en la pared y vuelve a mirarme con cara de enfado, se acerca a mí despacio y yo estoy poniéndome muy nerviosa. Me coge ambas manos por encima de mi cabeza y...
- Ahora se te van a quitar las
ganas de saber como pintan
los demás colores...
Me besa elevando mi pierna semiflexionada por encima de su cintura y me hace suya... Sin más preparación ¡ni falta que hace! Está celoso... Lo noto en la intensidad de sus besos, en la forma que me toca a la vez que me enviste con fuerza y yo estoy rendida a los pies del color favorito de toda mi caja.
…
- ¿Qué te pasa Valentina?
Me despierto de un bote y sudando, creo que he gritado, la pesadilla que he tenido con Victoria me tiene complemente hecha polvo. Ha sido más real que nunca... La impresión de su imagen tan clara gritando mi traición me hace sentir miedo. Lo abrazo y empiezo a llorar…
- Has tenido una pesadilla
nena, tranquila, no pasa
nada estoy aquí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario