Translate

domingo, 22 de enero de 2017

La visita...

Capítulo X



    No hay forma de que pueda ganarle la batalla a la falta de sueño ¿por qué tiene que pasarme esto ahora? Ahora que soy tan feliz... Miro el reloj; ya son las tres de la madrugada y sin una pizca de sueño, no quiero pensar que ahora por culpa de la distancia todo se vaya a la puta mierda. ¡Ay Dios mío! ¡Ayúdame! Me levanto de la cama ya que está acabando con mis nervios y me dirijo a la cocina para prepararme una infusión calentita, me enciendo un cigarro mientras se calienta el agua y miro por la ventana... La ciudad completamente a oscuras y en silencio, al igual que yo aquí sin mi Mateo. En tan solo un mes que llevamos viviendo juntos me he acostumbrado a él, se ha convertido en un imprescindible de mi vida... Siempre me ha gustado estar sola, pero desde que estoy con él me da pánico. 
   Intento ser positiva ya que la negatividad solo atrae cosas malas y pienso que esta situación será temporal. Juntos lo superaremos; Tengo que conseguir relajarme e intentar dormir. Me quedan solo cuatro horas para empezar mi jornada laboral, tengo que estar lúcida y descansada para mis pacientes.

                              ...   

    Llegó la hora del café; salgo de mi consulta y busco a María para decirle que voy a salir a desayunar. Llamo a Mateo y continúa apagado ¡ay Dios mío! ¿Habrá pasado algo? Me dirijo a la cafetería y vuelvo a insistir pero nada... Lo mismo viene en el AVE y no hay cobertura. Pero ¡qué raro! 

- Buenos días Isabel, ¿lo de siempre? 
- Si Agustín, gracias. 

   Tomo asiento mientras me sirven el desayuno y de repente unas manos tapan mis ojos... No me hace falta abrirlos para saber quién es, el suave tacto de sus manos y su exquisito e irresistible perfume, es inconfundible. Me giro dándole un fuerte abrazo y un beso.

- Que ganitas tenía de verte.
- Ay Mateo, te aseguro que esta vez, yo mas. ¡Siéntate! Cuéntame qué tal sigue tu madre...
- Igual, exactamente igual. Ya le han hecho todo lo que se puede hacer e incluso mas. Pero su corazón está cansado Isabel.

   Mi Mateo tiene ganas de llorar, le cojo la mano y cuando me mira tiene los ojos cubiertos un velo de lágrimas que aún no recorren su bonita cara.

- ¡Eh! Mírame, estoy aquí contigo ¡vale! 
Todo va salir bien ya verás...
- Aún me hace mucha falta Isabel.
- Una madre siempre hace falta Mateo. Por desgracia al ser humano dentro de su perfección, se olvidaron de crear el botón de anular el dolor. No estamos preparados para prescindir de nuestros seres queridos. Pero no pienses así... Su corazón quizás esté débil; pero si es verdad que es tan fuerte como dices, su celebro no le dará la orden de parar. 
- Gracias Isabel, siento mucho estar así en el principio de nuestra relación. Es una putada, lo sé...
- Escuchame Mateo, déjate de rollos por favor. Yo quiero que estés bien, pero si estás mal, estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites y ahora por favor no vuelvas a decirme gracias Isabel. 

   Por fin he conseguido sacarle una sonrisa... 

- Menos mal que dejas que vea esa sonrisa que me encanta. 
- Tu sí que me encantas... A pesar de todo, no he parado de pensar en ti. No sabes cómo te he echado de menos. 
- Anda que yo... Encima toda la semana sin salir el sol, los días súper oscuros, fríos y solita en mi cama. 
- Pues no rajas todos los días quejándote de que no te dejo dormir ¿ahora qué? ¡Eh! 
- Pues eso mismo; que te he echado muchísimo de menos, pero he dormido de puta madre.
- Serás...

    Suena la alarma de mi móvil y ha llegado la hora de continuar.

- Espera, te acompaño.
- No, terminate el café tranquilo. Mi turno termina a las tres, así que vete para casa y descansa. Después nos vemos ¿vale? Te quiero...

   Le doy un beso y me voy muy preocupada de verlo tan mal.

                           ...

   ¡Por fin llegó mi hora! Se me ha hecho eterno. Estoy loquita por llegar a casa y estar con mi Mateo...

- ¡Ya estoy en casa!

   Está todo oscuro, enciendo la luz y... 

- ¡Mateo! 

   No contesta...

- ¡Mateo!

   Entro en mi habitación y ahí está el. Con la cabeza agachada sujetada por ambas manos, suelto el bolso, las llaves y asustada le levanto la cara...

- Mateo por favor mirame.
- No puedo.
- ¿Cómo que no puedes? Eres tonto o qué... 
- Me voy...
- ¿Cómo que te vas? Explícame que pasa por favor.

   Me abraza llorando... No puedo verlo así y rompo a llorar con él porque temo lo peor.

- ¿Ha pasado algo?
- Isabel, me tengo que ir... Mamá está nuevamente en la UCI. 
- Madre mía Mateo, lo siento muchísimo. 
- Esta vez se me va Isabel, no debería de haber venido... 
- La dejaste estable, no esperabas esto.
- Podía pasar en cualquier momento, pero quería venir a verte y explicarte todo.
- Mateo por favor, eso es lo de menos ahora... ¡Mirame! Mirame a la cara. Estoy aquí, no voy a ningún sitio. Te quiero ¿me oyes? No te preocupes por nada que tenga que ver conmigo y ahora ¡andando! Como tú me dices siempre. Prepárate que te voy a llevar Atocha.

   Se levanta de la cama, entra en el baño y yo voy a la cocina a encenderme un cigarro. Mi teléfono está iluminado; 
llamando mamá. 

- Dime mamá.
- Soy Sara Isabel. Te llamo porque mamá quería saber qué tal sigue la madre de Mateo y si el ha llegado bien.
- Después me paso por casa ¿tú vas a estar allí? 
- Si, pero... ¿Pasa algo? 
- Dile a mamá que Mateo llegó bien, pero ahora vamos para Atocha; se va a Jerez en el primer AVE que salga. Su madre está en la UCI. 
- ¡Joder que putada! Dale un beso de nuestra parte... Mama está escuchando y dice que deberías de acompañarlo. 
- Dile que sí, que lo llevo yo.
- Atocha no Isabel, a Jerez.
- ¡Que dice! Yo no conozco a su familia y eso es muy delicado e íntimo.
- Isabel.
- Dime mamá.
- Cuando murió Gustavo él estuvo ahí contigo a pesar de como lo trataste. Ve con él. Haz el cambio de turno que sea necesario y acompáñalo. Hazme caso por favor. No lo dejes así de mal solo en el tren. Cuando llegues a Jerez, haces noche en un hotel y ya está; pero por lo menos lo acompañas. 
- ¡Joder! Está bien. Ahora se lo digo. 

   Cuelgo y...

- ¿Qué me tienes que decir Isabel?
- Que muchos besos de mi hermana y mi madre. Escuchame Mateo, me voy contigo a Jerez. Espera que no tardo nada en preparar el bolso.
- Isabel no, no quiero meterte en un compromiso.
- Mateo, voy porque quiero. Quiero estar contigo. Ahora, sí no quieres que vaya... me lo dices y ya está.
- ¿Cómo no voy a querer que vengas nena? Claro que quiero. Ojalá despierte mi madre y pueda conocerte...
- Así será, ya verás... 

   Me da un fuerte beso completamente emocionado.

- No vayas a empezar a darme las gracias que te veo venir.

   Suelta una carcajada.

- Venga nena vamos... Mientras preparas tus cosas voy a llamar a mi hermana.
- Perfecto. No tardo nada.

                              ...

   Una vez en el AVE y después de que ambos termináramos de dejar todos los asuntos pendientes atados, nos levantamos para tomar un café.

- Isabel, no me digas pesado; pero te agradezco enormemente este gesto de apoyo que has tenido para conmigo.
- No tienes nada que agradecerme. Estamos juntos y estamos juntos en todo. En lo bueno y lo malo. No me cuesta nada. Estoy encantada de acompañarte y apoyarte. Pero te pido por favor que mantengas la fe. No pierdas los nervios ¡vale! Te lo digo por experiencia. 
- Lo sé. Lo que pasa que todo esto es muy duro...
- Ya lo sé, por eso tienes que ser fuerte y afrontar lo que venga. 

                              ...

   Llegamos a Sevilla y nos recoge su amigo Tomás, para él es, como un hermano. El camino se me está haciendo eterno... La situación es algo violenta y aunque intentamos mantener alguna que otra conversación, nos invaden lagunas de silencio, en las que deja claro la angustia que los tres sentimos. 

                              ...

               Tres semanas después.

   Por fin vacaciones y puedo bajar a Jerez para estar con mi Mateo. Espero que esté mas recuperado que la última vez. Llamo a Sara para que me lleve a Atocha y mientras tanto termino de preparar mi equipaje. 

                              ...

- ¡Venga Isabel!
- Ya voy Sara ¡qué impaciente eres! 
- Y tú que impuntual.
- ¿Eso es nuevo ahora?
- No, es de toda la vida...
- Pues ya va siendo hora de que te acostumbres guapa.
- Isabel, a ver que tal está Mateo esta vez ¿no?
- ¡Uf! La verdad; espero que mejor.
- Es todo muy duro Isa, acuérdate cómo lo pasamos con la muerte de papá, sobretodo tú.
- ¡Ya! Por eso lo entiendo tanto...
- La verdad es que habéis empezado una relación con muchas desgracias. Primero el trágico accidente de Gustavo y Carmen, de pronto su madre. Ahora la putada de la distancia que os separa. Demasiado bien lo estáis llevando todo.
- La verdad que si Sara, parece que todo va cuesta abajo. Lo hemos incluso hablado, pero cuando estamos juntos, estamos tan bien... Que compensa todo lo malo. Aunque espero que la cosa se quede aquí; ya está bien de malas noticias. 
- Si la verdad que ya debería de ser todo bueno, os lo merecéis. Seréis una de esas parejas que pueden con viento y marea porque a pesar de todas las circunstancias, te veo tan feliz Isa...
- Es que lo soy Sara, cuando estoy con él es todo perfecto. 
- Eso es que estás muy enamorada.
- Aunque me joda admitirlo si, estoy muy enamorada, hasta las trancas como dice Mateo. 

    Nos echamos a reír porque a mi hermana también le hace mucha gracia el acento de Mateo y ya hemos llegado.

- Llama a mamá en cuanto llegues, por favor.
- Si tranquila, no se me olvidará. Sé que su salud depende de ello. 

   Nos volvemos a reír, cojo mi maleta del maletero, le doy un beso y me voy rumbo a Sevilla... ¡Ay qué ganas tengo! A ver dónde me lleva.

                               ...


   Estoy llegando a Santa Justa y me suena un mensaje.

"Nena me ha sido imposible ir a recogerte, lo hace Tomás, después te cuento y te prometo que antes de tu vuelta, te enseño Sevilla. Estoy loco por verte. TQ."
                         13:25am.

   ¡Joder! Vaya putada, los planes de hoy a la mierda. Loco por verme... ¡Ja! ¿Ahora qué habrá pasado? Esto es cansino ya... Salgo fuera y me enciendo un cigarro mientras aviso a mamá para que se quede tranquila... Nada mas colgar mi amiga Blanca.

- ¿Ya has llegado?
- Si Blanca, estoy fuera esperando a Tomás.
- ¿Tomás? ¿El guenorro de la foto?
- Si, el mismo. 
- ¿Y Mateo? 
- Eso mismo me pregunto yo. Recibí un mensaje casi llegando. Diciéndome que no podía recogerme, que venía Tomás. Una gracia ¡vamos!
- Bueno Isa mira la lectura positiva. Al menos te alegrarás la vista.
- Mira guapa prefiero alegrármela con mi Mateo ¿sabes?

    Se ríe a carcajadas y yo la despido porque Tomás acaba de llegar.

- ¡Hola guapa! Siento el retraso. 
- Hola Tomas, no ha sido nada...

   Se baja de su Land Rover blanco impoluto y sonriendo como siempre. Mete mi equipaje en el maletero, seguidamente ambos subimos al coche. 

- ¿Tienes hambre Isabel?
- No ¿por qué? 
- Por la hora que es, mas que nada por saber si querías picar algo o preferías esperar. En realidad, solo estamos a una hora. 
- Mejor espero y así como con Mateo.  
- ¿Qué tal el viaje?
- Bien, ¿sabes por qué Mateo no vino por mi? 
- No tengo idea alguna. Me envió un mensaje pidiéndome el favor. Hasta ahí puedo contarte.
- ¿Cómo está? Supongo que al ser un buen amigo sabrás mejor que nadie como se encuentra.
- No creas, Mateo es algo reservado cuando hablamos de sentimientos. Pero está mal; aunque mejor que la primera semana. Si no me equivoco fue la última vez que lo viste.
- Así es.
- Lo que sí sé Isabel, es que tienes muchas ganas de estar contigo. Le va venir muy bien que pases esta semana con el.
- Eso espero...
- Si te sirve de algo, nunca lo he visto así con ninguna mujer.
- ¿Así cómo?
- Así como está contigo. ¡Ya te digo yo! Lo conozco bien...

   Se ríe.

- Es un pesado, se puede llevar horas hablando de ti. Sé que lo esta pasando bastante mal con la reciente muerte de su madre pero aún peor lo lleva por la distancia que os separa. Eres un gran apoyo para el. 

   Las palabras de Tomás me tranquilizan mucho. Necesitaba escuchar lo importante que soy para el, aunque en esta ocasión sea de otra boca. 
Continuamos hablando de Mateo, me cuenta que son amigos de toda la vida, algunas de sus travesuras de niños, sus primeras escapadas de la adolescencia... Yo no paro de reír porque Tomás es muy pasional hablando y parece que lo está reviviendo. 
Sin darme cuenta ya hemos llegado. 

                              ...

- Bueno Isabel, ya estas aquí. Sana y salva tal y como Mateo quería que llegaras.
- ¿No subes?
- No, el violín lo dejé en casa. 

   Nos reímos...

- Como quieras.

   Me da mi equipaje y le doy dos besos.

- Gracias Tomás. Ha sido un viaje muy entretenido. 
- Gracias a ti guapa. Nos vemos pronto.

   Al volverme por fin veo la puerta del bloque de mi Mateo. ¡Ay Dios mío! Qué ganas de verlo. Justo sale un vecino ¡qué bien! Así le daré la sorpresa, subo hasta la cuarta planta y cuando se abren las puertas del ascensor veo a Mateo despidiendo a una mujer que tontea con el que da gusto. Dejo que se cierren las puertas del ascensor y le doy a la planta de abajo. Salgo y muy despacio, subo por las escaleras para oír mejor.

- Bueno corazón, para lo que quieras cuenta conmigo. Sabes lo mucho que significas para mí.

   ¿Quién coño es esta tía? ¡Qué fuerte! No creo que Mateo me esté engañando porque esto sería ya lo último. Subo un par de escalones mas para poder verlos aunque solo sea de refilón y Mateo esta sonriendole mientras le dice...

- Gracias Claudia.

   La acompaña al ascensor. El no me habló de ninguna Claudia. Si mal no recuerdo sus novias fueron Estrella y María; así que esta tía me tiene desubicada. 
Por fin se abren las puertas del ascensor y Mateo entra en su casa ¡Uf! Yo bajo las escaleras porque necesito aire fresco y un cigarro urgentemente. 
Suena mi teléfono y es Mateo...

- Dime...
- ¡Uy! Ese dime no suena muy bien. 
- Dime Mateo, ¿qué quieres?
- ¿Tú dónde estás? ¿Te has perdido por ahí con mi amigo o qué?
- Te noto de muy buen humor Mateo. 
- No voy a estarlo, estás aquí nena. Por toda una semana; me parece mentira. ¿Por dónde vienes? 
- Estoy justo abajo. Abre...

   Isabel relájate, Isabel relájate, intento tranquilizarme y no ser mal pensada, pero es que esa tía no me ha gustado nada. Espero que me diga la verdad... ¡Por favor diosito no me hagas pasar por ciervo otra vez! Se abren las puertas del ascensor y ahí está el. Esperándome con una sonrisa y los brazos abiertos. Sin que me de tiempo a salir; me coje por la cintura deslizando su mano por la abertura de mi jersey hasta tocar mi piel  a la vez que me besa; pega su frente a la mía suspirando y me dice...

- Por fin te tengo aquí conmigo. 
 
   Yo le sonrío mientras lo aparto disimuladamente.

- No sabes las dos semanas que llevo nena... 
- Me las imagino que da gusto.

   Me mira raro por mi tono irónico, coge mi maleta y entramos en su piso... Yo no puedo evitar la curiosidad de saber quién esa tal Claudia ¡si! Estoy celosa, muy celosa. 

- ¿Qué tal Mateo? ¿Qué has hecho hoy?
- Nada nena, esta mañana estuve con mis hermanas y mis dos sobrinos dando una vuelta y eso...
- ¿Y eso...? ¿Eso qué es?
- ¿Te pasa algo Isabel? 
- ¿A mí? Nada ¿por qué? ¿Debería de pasarme?
- Anda ven pa ca...

   Se acerca apoyando sus manos en mis caderas. 

- Yo sé lo que te pasa tonta... 
- Déjame Mateo. 
- ¡Anda ven! No te pongas así sin saber los motivos... Sé que te prometí que hoy daríamos una vuelta por Sevilla; sé que estas loca por hacerlo, pero se presentó aquí en casa una buena amiga mía de sorpresa, para discularse por no haber podido venir antes a darme el pésame por la muerte de mi madre. Es la hija de Rodrigo y Margarita ¿los recuerdas? Te los presenté en el entierro de mamá. Te dije que eran muy buenos amigos de mis padres... 
- Si me acuerdo. ¿Y cómo se llama tu amiga?
- Claudia.

   ¡Ay que alivio! De momento vamos bien aunque hay algo que no me termina de convencer.  

- ¿Y por qué no ha podido venir hasta ahora? 
- Vive en Londres. ¿Mas tranquila?
- No. ¿Por qué no me habías hablado de ella? 
- Nena yo que sé, hay gente que se me pasa por alto... No te hagas una película de esto, entre Claudia y yo no hay nada.
- Pero si hubo ¿no?
- No. Bueno de pequeños y eso nos liamos alguna que otra vez, pero nunca pasó de ahí.
- Y... ¿Por qué no?
- Isabel estás muy pesadita con el tema. Porque no y punto. Claudia es una amiga con la que me liado alguna vez que otra, pero eso es pasado. Además ni siquiera me gustaba, era mas por entretenimiento que otra cosa.
- ¿Ella opina lo mismo?
- Y yo que sé lo que opina ella Isabel. Mira; si has venido de Madrid para hacerme un interrogatorio, mejor te hubieses quedado allí.
- ¡Ah si!
- Si.
- Pues tranquilo que me voy. Y si te molesta es lo que hay. Llevo dos semanas sin verte, loca por venir, he tenido que hacer malabares para conseguir las vacaciones y estar aquí contigo. Teníamos nuestros planes desde el martes pasado, en el que tú mismo me dijiste que pasaríamos el día en Sevilla. Y por una tía que supuestamente nunca te ha gustado, nunca me has hablado de ella y además con la que te enrollabas por simple entretenimiento ¿me dejas tirada? ¿Por alguien que no significa nada para ti? Entonces mi pregunta es ¿qué posición ocupo yo? Porque si por una cualquiera de la que no me has hablado porque según tú ni te acordabas de ella me dejas tirada ¿qué será de mí cuando llegue a tu vida alguien que verdaderamente te importe? 
- Espera Isabel, espera por favor...









No hay comentarios:

Publicar un comentario