Después de varias horas, agotando las posibilidades de dormir, decido salir a correr para despejarme y soltar adrenalina. Pongo a cargar mi iphod mientras me visto.
Llego a casa agotada, he notado muchísimo la falta de ejercicio que he tenido esta semana. Abro el frigorífico, cojo una bebida energética. Mientras la bebo miro por la ventana y no puedo evitar pensar en Gerard, aunque estoy tan cabreada con él que se me enturbian los pensamientos.
Decido llamar a Jimena para contarle todo, cuando suena el teléfono…
- SOS.
- ¿Me has leído el
pensamiento?
- Valentina, sabes que
tenemos telepatía de
siempre. Necesito verte ¡ya!
- Yo, también.
- ¿Estás en tu casa?
- Sí.
- Ok, voy para allá volando.
- Ten cuidado. Adeu.
La llamada de Jimena me deja un poco descolocada, seguro que es por ese tal Pedro. El amigo del irresistible sinvergüenza. Me ducho rápidamente antes que Jimena llegue… Estoy en la ducha y me pega un susto de muerte.
- Jimena ¡por favor! me has
asustado.
- Sabes que cuando estoy
desesperada no llamo, sal de
la ducha ¡ya! me quiero
morir…
- Pues yo no me quiero morir
pero tú te vas a encargar de
matarme. Espera un minuto
que ya salgo.
…
Me aclaro rápidamente el pelo y salgo de la ducha.
Desde el salón está pegando gritos ¿qué le pasa a esta mujer? ¡yo de verdad!
- Valentina no te vayas a
poner a hidratarte ¡por Dios!
- No, ya voy...
- ¡Venga!
- A ver, ¡cuéntame!
- Me he acostado con Pedro.
- ¡Lo sabía!
- ¿Cómo que lo sabías?
- Jimena, tú anoche no te
vistes.
- ¿Si? ¡que vergüenza! ahora
¿qué hago?
Ahora me toca hacer de abogada del diablo, pero no me queda otra. Mientras la escucho y aconsejo ella se desahoga desesperadamente. Ahora que ha terminado y se ha quedado a gusto, decido contarle todo. Por primera vez, le estoy pidiendo consejo.
- Perdóname, estabas
deseando contármelo y
yo con lo mío… ¡Ay
Valentina! no puedes meter
un hombre en casa el primer
día. Bueno si puedes, pero
no queda bien.
- Y tú acostarte en la
primera noche con un tío
teniendo novio si queda bien
¿verdad?
- ¡Valentina!
Nos echamos a reír… y seguimos hablando hasta tarde. Se pasó el día volando y como era de esperar a las ocho de la tarde ya teníamos sueño.
- ¿Quieres qué prepare algo
de cenar?
- No, me voy a casa. Ya es
hora de que aparezca. A ver que
cara le pongo a Diego.
- Tranquila… No pongas
caras raras que te conozco y
te vas a delatar sola. Además
Diego no se va enterar.
Bórralo de tú mente y ya está
¿ok? eso nunca pasó. Punto.
…
Tras dos largas semanas de duro trabajo. Al fin terminamos a tiempo la casa del Sr. Adriani. La verdad es que ha sido un gran reto para nosotras, del que además me siento súper satisfecha. Me alegro muchísimo que la loca de Jimena aceptara. Hemos ganado mas nombre.
- Valentina ¡lo logramos!
- ¡Si!
Nos abrazamos contentísimas las dos y le damos el día libre a Carlota que se lo merece por constante, profesional y sobre todo por aguantarnos.
- Mañana he quedado con
Ignazio para enseñarle
nuestra obra de arte y tienes
que venir conmigo.
- Faltaría mas.
Nosotras también nos tomamos el resto de día libre porque no hemos tenido tiempo de nada. Tanto así, que me ha ayudado a olvidar al innombrable.
Decido tomarme una tarde sabática de las que a mí me gustan, comiendo comida basura, chuches y viendo pelis.
…
- Valentina ¿dónde estás?
- Estoy llegando ¿qué te
pasa?
- Ignazio me ha llamado,
dice que ya está allí. Y
me ha pedido el favor de
adelantar la cita. ¡Este
hombre siempre tiene prisa!
- Ok. En dos minutos estoy.
- Te espero en el parking.
Ya llevo todo lo que
necesitamos.
- Perfecto.
…
- ¡Buongiorno! Estoy
intrigadísimo, antes que nada
me gustaría agradeceros
ante todo, que estéis aquí.
Me habéis vuelto hacer un
grandísimo favor.
Jimena se encarga de darle parla, mientras yo estoy totalmente bloqueada. Ese acento italiano… hace que vuelva a mi cabeza Gerard. Creo que estoy delirando, hasta su sonrisa me recuerda a él… no puede ser... ¡reacciona!
- ¡Valentina!
Me llama Jimena con un tono más elevado de lo normal. Mientras el Sr. Adriani y sus acompañantes nos siguen, Jimena acelera el paso.
- ¿Se puede saber qué te
pasa?
- Nada, nada…
- Pues reacciona de una vez.
Ahora mismo lo daría todo, hasta el cheque del Sr. Adriani que tan merecido lo tenemos, por volver a ver a mi piloto de caza, con esa boca y esa sonrisa traviesa que hace un perfecto contraste con la intensidad de su oscura mirada... No se porque sigo pensando en él, después de cómo me dejó, tirada en el propio parking de casa... ¡qué sinvergüenza! No se merece que me acuerde de él pero… no puedo evitarlo, igual que tampoco puedo evitar tener miedo de no volver a verlo nunca mas.
Mientras Jimena le enseña toda la casa al Sr. Adriani, yo me mantengo en las nubes, sostenida por los fuertes brazos de mi Gerard.
De repente…
- ¡Valentina!
Nuevamente Jimena. Me mira cabreada. Pues ¡qué se joda! que bastante la aguanto yo a ella.
- Fabuloso, fantástico, me
encanta todo. Os felicito por
el trabajo tan exquisito que
habéis hecho.
- Muchas gracias. Nos
alegramos muchísimo que
le haya gustado.
Jimena me mira sorprendida y a continuación me dice en voz baja…
- Menos mal que te has
dignado hablar ¡guapa!
…
- Estáis invitadas a la
inauguración. Es este
sábado. No podéis faltar,
no acepto un no por
respuesta. Esto no hubiese
sido posible sin vosotras.
- Se lo agradecemos de
todo corazón. Pero no
podemos.
- Por favore, Valentina.
¿Qué dice usted, Jimena?
- Por mí encantada.
Que le gusta llevarme la contraria…
- Se lo pido como un favor
Valentina.
Lo que mejor se te da por lo que veo, es lo único que no paras de hacer desde el principio...
- Entonces, no me queda
mas remedio que aceptar.
- ¡Que alegría! seréis mis
invitadas de honor.
…
Nos despedimos y subimos al coche.
- Valentina, amiga mía, lo
siento mucho. Pero este
sábado nos vamos de fiesta
privada ¡Yuju!
- Jimena que pintamos
nosotras en esa fiesta sin
conocer a nadie.
- Pues eso precisamente,
darnos a conocer. Tu cuenta
corriente no está tan
cabreada como tú por haber
aceptado el proyecto del
Sr. Adriani. ¿A qué no?
- La verdad es que ¡no!
Nos echamos a reír…
- Tenemos que ir a comprar
los vestidos para el sábado.
Por cierto ¿Qué te ha
pasado allí dentro?
- Nada.
- Cómo que nada, a mi no
me engañas…
- Una tontería. Solo ha
sido que me acorde de
Gerard al oír el acento tan
pronunciado del Sr. Adriani.
Simplemente eso.
- ¡Capullos! tanto él como su
amigo el novio de Heidi
¡gilipollas!
- Jimena, Pedro no era el
novio de Heidi, era su amigo.
- Si ¡claro! A saber lo que
hacían esos en la montaña...
Me río con su comparación tan ridícula, pero la verdad es que a mí siempre me resultan graciosísimas.
- Mejor no hablamos de
ellos, no existen y punto.
- Eso es, Valentina.
…
Tras varios kilómetros corriendo, llego a casa destrozada y hoy es el día de la fiesta. Al salir de la ducha, llamo a Jimena, en el primer tono descuelga pegando un grito de guerra.
- Jimena, por Dios. ¿Qué te
pasa?
- ¡Ay! que estoy atacada de
los nervios.
- Pero ¿por qué?, ¿te ha
ocurrido algo?
- Te parece poco. Qué alegría
de tu sangre… hoy es
sábado y vamos a la fiesta
privada del Sr. Adriani
¿recuerdas?
- Bueno ya lo se ¿qué pasa?
Vas a estar divina como
siempre. Además no me dirás
que no sabes que ponerte
con todo lo que compraste
el otro día.
- No es eso, es que tengo
cosquillas en la barriga.
Como una especie de
presentimiento positivo.
- Pues mira que bien. Ojalá
sea verdad. Anda cari te dejo,
tomate una tila doble para
que llegues más tranquilita.
Cuelgo y vuelve a sonar el teléfono.
- ¿Qué pasa ahora?
- ¿A qué hora paso a
recogerte? a las ocho y
media, está bien ¿no?
- ¿Dónde vas tan temprano?
- Valentina hay un buen
camino en coche y es a las
nueve y media.
- Pues a las nueve está bien.
No vamos a llegar las
primeras que vergüenza.
Vamos a parecer dos
abuelas que van al teatro por
primera vez.
- Es verdad, estoy fatal. Los
nervios y el estrés que
hemos tenido en estas
semanas me tienen histérica
será eso.
¡No aguanto mas a Diego!
- ¡Jimena! ¿y eso? no puedes
saltar de tema en tema así
sin avisar, cualquier día me
va dar un ataque.
- No lo quiero, no lo aguanto,
no lo soporto,…
- Jimena, ¿qué haces con él
entonces? No te entiendo.
- No lo se.
- Tienes que aclararte, por él
y lo más importante por tí
misma. Seguro que él no
tiene ni idea de esto ¿a qué
no? Y cuando se lo digas le
dará un ataque a él también
y con razón. ¿Es por Pedro?
- No, es de antes. Es que
tengo miedo a estar sola.
Ojalá fuese como tú. Además
es bueno conmigo y me hace
compañía.
- Por favor Jimena, para eso
están los perros. Habla con
él y díselo ¡ya! Además no
tengas miedo de estar sola,
aunque tampoco lo estás,
porque estoy yo. Sabes que
puedes contar conmigo para
todo lo que quieras.
- Lo voy a llamar y se lo voy
a decir ahora mismo.
- ¡Por favor! no seas
impaciente. Deja pasar el día
de hoy, total no lo vas a ver y
mañana se lo dices
personalmente.
- ¡Ay! gracias amiga, me has
quitado un peso de encima.
Te quiero.
- Yo más.
- ¿Qué vestido vas a
ponerte?
- El de Gucci agua marina
¿y tú?
- El de Valentino rojo.
- Espectacular.
- Espectaculares, mejor
dicho. Y lo mismo por ahí hay
algún italiano que te quite de
la cabeza a...
- ¡No Jimena! Vamos por
trabajo y además nunca tuve
intención de nada con ningún
hombre antes de aparecer
Gerard y así seguiré... Ahora
te dejo que voy para Cebado
que me está esperando
Yolanda.
- Yo ya fui esta mañana a
primera hora, que manos
tiene esa chica.
- Yo no dejo que me toque el
pelo otra. Y ahora sí que te
dejo, voy súper tarde, nos
vemos a las nueve en mi casa.
- Perfecto. Adeu guapa.
- Finsara.
…
Relajadamente en mi baño de espuma y escuchando Beyonce empiezo acordarme de mi piloto. ¡Lo que daría esta noche porque él me viera! y lo peor de todo es que voy a estar con el Sr. Adriani, que no se porque me recuerda tanto a Gerard. Creo que estoy obsesionada y cualquier cosa que tenga que ver con Italia me lo recordará siempre ya que ha sido el único hombre capaz de despertar algo en mí. Suena la alarma ¡menos mal que la puse! si no se me hubiese ido el santo al cielo y ha llegado la hora de conectar con la vida real.
Empiezo arreglarme. Mientras me pongo la ropa interior pienso que es una pena que nadie la vea. Me encantaría a veces ir en ropa interior por la calle… Me maquillo los ojos en tonos naturales resaltando la línea encima de mis pestañas maquillándola muchísimo. El pómulo marcado en tono rosado y para los labios fucsia ¡me encanta como resalta el blanco de mis dientes!. Me pongo el vestido agua marina de Gucci, sencillo de manga larga y con una caída espectacular, aunque lo que mas me gusta es la impresionante abertura de la espalda, lo acompaño con un maxi collar de piedras y flores. Y para mis pies stilettos nude de Jimmy Choo.
- ¡Jimena! por favor ¿me
quieres matar? al final voy
acabar quitándote las llaves.
- Lo siento me hacia pis y he
tenido que subir.
- Pero avisa por Dios.
- Estás guapísima Valentina.
- Pues anda que tú.
Me coge del brazo y me coloca junto a ella frente al espejo… La verdad que al mirarnos me doy cuenta que estamos radiantes, Jimena empieza a gritar como una loca…
- De alfombra roja por lo
menos y tú no querías ir, ni
muerta digo yo que no a una
fiesta así.
- La verdad que estas fiestas
son la escusa perfecta para
lucir estos vestidos.
…
Al llegar, se ve la casa espectacular desde fuera, iluminada, con esas enormes cristaleras que la rodean. En este momento me siento orgullosa de mi profesión.
- ¿Has visto Jimena? Como
se nota que la hemos hecho
nosotras ¡eh! somos únicas e
inconfundibles...
- Sí, estaba pensando en
eso, la recompensa de
nuestro esfuerzo es el
maravilloso resultado. ¡Qué
bonita! Y además de eso, lo
que tú dices, tenemos
nuestro sello personal y por
eso somos las reinas del
césped... ¡Yuju!
No puedo evitar reírme a carcajadas porque a mi amiga se le va mucho... Casi sin poder hablar de la risa le pregunto.
- Qué dices Jimena, ¿qué
césped? desde cuando el
césped es nuestro sello.
- Me refiero a los futbolistas...
Nuevo fichaje, nuevo
proyecto que cogemos ¿no?
Y para ya de reírte...
…
Al entrar lo primero que me llama la atención es la cantidad de invitados… ¡que vergüenza! Nosotras sin conocer a nadie. ¡Que bonita toda la decoración de la fiesta! Ideal con esas enormes mesas vestidas de blanco y la coquetería de las maxi lazadas traseras de las sillas que acompañan ¡qué buen gusto! por no hablar de la tenue iluminación que hacen del jardín un autentico espectáculo, enorme pero íntimo a su vez. Al fondo resalta la piscina adornada con flores de loto flotantes iluminadas con velas que nadan libremente movidas por el viento.
- ¿Te has fijado en el ala
oeste, Valentina? Está lleno
de italianos.
Jimena pone cara de pilla mientras le sonríe a uno de ellos, que la mira descaradamente.
- Contrólate bonita, ¡recuerda!
estamos aquí por trabajo.
- Valentina ¡por favor! parece
que no me conoces…
- Últimamente ¡no!
Mientras acepto la copa de vino que me ofrecen, observo nuevamente la exquisita decoración de todo y lo acogedor que han convertido un espacio libre.
Jimena saluda con la mano al Sr. Adriani que se dirige hacia nosotras.
- Valentina, Jimena, esta es
mi esposa Aurora.
- Encantada.
Contestamos ambas a la vez como si fuéramos coristas de una orquesta.
- El placer es mío,
muchísimas gracias, sin
vosotras no hubiese sido
posible esta maravillosa
sorpresa que me ha dado mi
amado Ignazio.
- La verdad que nos
conmovió tanto la idea de su
esposo, que no tuvimos otra
opción. Ante semejante
regalo no nos nacía un no
por respuesta, ¿verdad
Velentina?
- Ha sido un detalle precioso,
por eso no pudimos
negarnos.
- Con vuestro permiso
señoritas...
Se retira el Sr. Adriani mientras nosotras seguimos conversando con esta encantadora y elegante señora.
A continuación llegan los canapés y la Sra. de Adriani se retira.
- Valentina ¿mi amado
esposo?
- Jimena por favor...
- No puede negar que tiene
un marido cirujano plástico,
¿te has fijado en sus
pómulos?
- Lo que me ha llamado más
la atención son sus ojos,
tiene la mirada súper
oscura... Por no hablar de la
nariz... la tiene perfecta.
Pero creo que es guapa por
naturaleza.
Aunque algunos retoques
si tiene...
- La verdad, hacen la
pareja ideal. El más alto que
ella, ella más joven o más
operada ¡claro! Ignacio
súper atractivo, Aurora muy
seductora para su edad.
Habría que ver a esta pareja
en su día...
Aunque pensándolo bien.
Me gustaría averiguar mejor
si tienen hijos. ¿Te imaginas
la mezcla?
Jimena está para grabarla en video y subirla a youtube, con su pose que la delata como "crítica" sujetando la copa mientras habla, habla, habla, sin pausa y entre dientes.
- Lo que me imagino es a tí
con cinta americana en la
boca... No te aguanto
cuando te pones en plan
manual de reglas
básicas... El más alto, ella
más joven ¡por favor!
- Sólo estoy comentando
Valentina, ¿qué pasa?, ¿es
malo?
- No, pero no es el
momento de eso ¿no
crees? Ya tendremos
tiempo de camino a casa.
- Y tú ¿crees que me voy a
ir contigo a casa?
Se echa a reír y yo no le veo ni un poquito de gracia...
- De qué coño te ríes Jimena,
que pasa ¿piensas engañar
nuevamente a Diego?
- Si me surge una
oportunidad aquí no la voy
a dejar escapar, total a
Diego lo dejo mañana... Me
lo has aconsejado tú
¿recuerdas?
- No te reconozco Jimena...
- La que no te reconoce soy
yo, en dos años que
llevamos nunca le fui infiel
con nadie a Diego. Lo de
Pedro fue un flechazo a
primera vista y por eso pasó
lo que nunca debió pasar...
Ahora eso sí, sabes que me
gusta mucho gustar y aquel
de allí lo tengo loco desde
que entré... ¡Eso me
encanta!
- ¡Qué necesidad!
- Toda.
A lo lejos ya no tan lejos observo, como se acerca el italiano que se ha quedado prendado de Jimena nada más llegar. Al que tiene loco como ella dice... Al mirarla me doy cuenta que le va a reventar el vestido de orgullosa que se siente, por lo que no me queda más remedio que retirarme. No me apetece ¡nada! contemplar esta situación.
Me dirijo a la piscina para observar de cerca las luces que la bordean generando un clima íntimo y romántico. Al llegar, contemplo la casa más de cerca... Ha quedado preciosa con todo en líneas rectas, creando una armonía que deja una sensación de delicadeza y minuciosidad absoluta.
No puedo evitar nuevamente pensar en Gerard. Tanto italiano suelto pero ninguno como él. No se porqué tenía la esperanza de verlo aquí ¡seré tonta! y otro día más sin volver a encontrarme con mi Piloto... Creo que me estoy obsesionando todo me recuerda a el, la sonrisa de Ignazio, el acento, hasta la mirada oscura de Aurora... ¡Menos mal! que no hable con nadie más... Tengo que olvidarlo y tiene que ser ¡ya!
Decido alejarme un poco más del bullicio e intento tomar aire fresco porque me siento un poco fatigada entre tanto canapé y vino.
De repente un susurro en mí oído…
- ¡Estas preciosa! y muy sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario